¡Pero qué morro tiene Trichet!

No debería sorprenderme y, sin embargo, lo ha conseguido. Sé que los hombres que habitan en torres de marfil tan altas como en la que reside este hombre, acaban perdiendo el sentido de la realidad, una enfermedad cuyos primeros y graves síntomas tiene que ver con la falta absoluta de cualquier mínimo atisbo de autocrítica. Y, no obstante, lo que ha dicho hoy me ha indignado.

Sostiene Trichet que “los gobiernos no han sido lo suficientemente rápidos ante la crisis”. Y lo dice el hombre que en pleno estallido de la crisis económica subió los tipos de interés porque “veía tensiones inflacionistas”, agravando la situación de empresas y familias. Pero… ¿cómo puede él acusar a alguien de no reaccionar con prontitud ante la crisis?

Algunos de los que defendieron entonces las medidas del BCE, defendían a Trichet porque, aseguraban, su único cometido era el control de los precios y no hacer política económica. Trichet es un técnico y como tal, mantenían, sólo usa argumentos y toma medidas de carácter técnico. Entonces, ¿esta crítica a los gobiernos no es una crítica política?