Cataluña y España, más conectadas de lo que parece

Los dos gobiernos, el de Rajoy y el de Puigdemont, juegan al escondite sobre el plan para celebrar el referéndum de autodeterminación

Drones y preparativos

Mientras Barcelona acoge una feria de Drones, en la que, entre otras aplicaciones, está la posibilidad de ver con precisión hasta los rincones más inexplorados del mundo, la de atacar a un grupo de insurrectos en Siria o poder mostrar el alcantarillado de la ciudad de Barcelona como antes no se había visto hasta hoy, la ciudad vive con estupor y cierta pereza el retornello de investigaciones para los preparativos del referéndum ilegal, las pesquisas para resolver si las papeletas electorales encargadas por el Gobierno de la Generalitat son para unas elecciones avanzadas o para el referéndum ilegal y la presentación de un recurso al Tribunal Constitucional, por parte del gobierno de estado, sobre los presupuestos de la Generalitat.

Mientras el mundo camina hacia el gran hermano orwelliano, que todo lo ve y sanciona, la relación entre Cataluña y España se asemeja al juego del escondite, donde el estado debe descubrir el plan oculto del gobierno de la Generalitat.

Desobediencia y clemencia

En este contexto, resulta paradójico observar cómo los impulsores del referéndum del 9N en Cataluña quieren desobedecer al estado, a las leyes al mismo tiempo que piden amparo al Tribunal Supremo en Madrid para no ser inhabilitados en sus cargo. El caso más claro es del diputado Francesc Homs que no ha conseguido seguir en su escaño pese a los esfuerzos.

Una actitud que desdibuja la épica de la confrontación y muestra hasta qué punto el Gobierno de la Generalitat quiere, acertadamente, no perder su anclaje con la legalidad.

De conexiones y desconexiones

Mientras el presidente de la Generalitat viaja a Boston, ciudad fetiche de la independencia norteamericana, para explicar la desconexión con España en una conferencia con título Cataluña, hoy y mañana, el presidente del gobierno español ha viajado a Barcelona para inaugurar una jornada sobre infraestructura con el sugestivo título Conectados al futuro y anunciar que Cataluña recibirá 4.200 millones de inversiones desde el 2017 hasta el 2020.

La actitud de Homs demuestra que se desdibuja la épica de la confrontación

En Boston, en la Harvard Kennedy School, el Presidente de la Generalitat ha mostrado, entre otras cosas, el deseo inquebrantable de Cataluña de desconectarse de un » país atrasado» como España.

El Presidente del Gobierno Español hará lo propio, en la dirección contraria, para conectar Cataluña con España, sobre la base de restablecer el diálogo por la vía de los hechos y no sólo de las palabras.

Una declaración económica de intenciones que ha contado con la asistencia del conseller de Territori, Josep Rull. Un intento de diálogo por parte del gobierno español que habrá de verificar, autentificar, ver por escrito y observar las obras desde el inicio de éstas hasta su conclusión.

Como podemos constatar, no todo está perdido, aunque no quede nada claro dónde nos encontramos.

Director de la Fundación Romea para las Artes escénicas.
Fèlix Riera