¿Reformas? ¿Quién es el reformador?

Todos dicen que España necesita reformas. Por ejemplo, la Unión Europea «exige a España que acelere las Reformas». Unos piensan que hay que profundizar en la Reforma Laboral, que se ha quedado corta, otros opinan que la culpa es de los jueces de lo laboral, que están en contra de ella. De momento parece que la reforma del 2012 no ha creado casi ningún puesto de trabajo, pero ha ayudado –la ministra dixit— a que no se destruyeran más de los que se hubieran producido sin reforma. Debate, pues, abierto.

Muchos dicen que hay que reformar la Administración de Justicia, es decir los jueces. Es el sistema, son los profesionales o ambos, que tienen un nivel de aceptación social bajísimo. ¿Hay que hacer leyes? ¿O hay que poner software? ¿Es un problema de auto organización, medios, formación y gobierno? La calidad y el tiempo de respuesta son muy deficientes. ¿Por dónde empezamos a reformar?¿Quién es el motor del cambio, de desencadenar el proceso? ¿El Gobierno, el Parlamento? ¿O con la intervención activa de la sociedad civil (las instituciones intermedias)? Por lo que acabamos de ver, por la forma en que se ha producido, la renovación del Consejo General del Poder Judicial no deberíamos hacernos muchas ilusiones.

En esta legislatura se ha reformado la Educación y la Energía. Parece que la Educación de un país que debería concitar un gran consenso o acuerdo colectivo se ha aprobado con toda la oposición en contra. Ya no se trata de las nacionalidades que votan en contra por invasión de competencias. Ha sido todo el mundo, desde el Parlamento (todos los grupos), las Asociaciones de padres, de alumnos, la comunidad educativa, etc. Y los socialistas han manifestado que cuando vuelvan a gobernar derogarán la ley. España cada vez que se evalúa (Pisa, etc.) saca peores notas. ¿No
debería estar todo el país muy alarmado por la imagen que da el estado de nuestro sistema educativo? ¿No deberíamos ponernos a trabajar desde ahora para poner las bases que permitan mejorar urgentemente la educación de nuestros hijos? ¿Por qué no probamos a hacerlo de abajo a arriba, como un movimiento popular del tipo 15-J?

¿Han visto ustedes una Reforma Energética tan mal concebida y peor ejecutada que la que se lleva entre manos en Industria con la inestimable ayuda de Hacienda? Una reforma que empieza con una Ley en julio 2013, con varios decretos y muchas O.M. y que todavía no se sabe a qué rentabilidad está el Ministerio dispuesto a pagar la producción de energía limpia. Los empresarios del sector no saben todavía qué valor tienen sus instalaciones, y si el sistema financiero va a continuar financiándolas. España con una gran dependencia energética, no sabe si toda una industria la de las Renovables –más del 20% de la producción– va a poder continuar subsistiendo. En todo este caos se van tomando decisiones retrospectivas. Los despachos de abogados se frotan las manos con el «negocio» que les va a generar los pleitos contra el Estado español. Ganen o pierdan. Y luego nos quejamos de Argentina.

Por cierto, ¿ha conseguido el Ministerio atajar y revertir el déficit de tarifa? Pues no parece. De momento 2013 arrojará unos 3.600 millones de euros de déficit, el 3.5% aproximado del PIB. ¿Y el año próximo? ¿Se imaginan al Ministerio de Hacienda arramblando esos 3.600 millones prometidos por el Gobierno, incluidos en el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado, el último día de enmiendas? Para después buscar a toda prisa una solución para lanzar la deuda a nuestros hijos y nietos.

Recuerden, además, que no estamos solos en el mundo. Que estamos interconectados a todos los niveles, y que pertenecemos a un club serio, la Unión Europea. ¿Pueden imaginarse a los responsables de los bancos europeos al ver que en España se hacen leyes con efectos retroactivos, y que mientras la disputa no se sustancie en los tribunales, tendrán que provisionar los préstamos concedidos a empresas de energías renovables?

Pregunta final. ¿Estamos seguros de que con estos reformadores vamos a reformar con criterio? Mucha gente cree que con las reformas que España necesita conseguiremos, por una parte, corregir el excesivo déficit público. Pero ¿alguien ha pensado que las reformas deben servir para que los mercados funcionen con más eficacia? Para corregir a los mercados se necesita bastante más que voluntad reformista. Se necesita fortaleza política frente a los grupos de presión y creer que la política económica puede ayudar a que los ciudadanos vivan mejor. Pero este objetivo ni se plantea.