Subvenciones a los medios: un reparto arbitrario y torpe de dinero público

* Artículo escrito en mayo de 2012 por Juan García para explicar la posición de Economía Digital acerca de las subvenciones a los medios de comunicación. Los datos no coinciden con los actuales pero sí el tema de fondo del artículo.

Una Generalitat arruinada, que de una manera imprudente asegura tener dificultades para pagar la nómina, ya recortada, de sus funcionarios; que adelgaza hasta donde puede, y un poco más allá, partidas en sanidad y educación… acaba de publicar en su Diari Oficial la concesión de más de dos millones y medio de euros en subvenciones a medios de comunicación. No a todos, por supuesto, sólo a algunos. Nosotros, por ejemplo, hemos sido de los excluidos, pero hay otros compañeros de viaje.

Antes de entrar en materia quisiera anticiparme a los que pretendan descalificar esta reflexión con el argumento, un poco simple, de que «claro, como a ustedes no les ha tocado, por eso critican el reparto de subvenciones que ha decidido el Govern» invitándoles si tienen paciencia a que busquen en el archivo de opinión de Economía Digital y comprueben que nuestra posición ha sido siempre contraria a que los medios de comunicación sean subvencionados por el gobierno de turno.

Así, hemos dicho en repetidas ocasiones que las subvenciones, concedidas bajo la excusa que se quiera, constituyen un acto clientelar, que atentan contra la libertad de mercado distorsionando la libre competencia y establecen una relación de dependencia que limita el ejercicio periodístico y en consecuencia la libertad de expresión. No queremos subvenciones, pero en un acto de legítima defensa nos presentaremos a aquellas que se convoquen, aunque en muchos casos sea a título de inventario.

Los resultados de la última convocatoria de la Generalitat se han publicado la semana pasada, aunque se conocían desde hace tiempo por los interesados. Con el DOG en la mano, sólo cabe decir que la política de apoyo a los medios que pretendía dicha convocatoria merece no sólo los calificativos contenidos en el párrafo anterior, sino que además es injusta por arbitraria y, lo peor de todo, ineficaz ante los propios objetivos que el Govern asegura perseguir.

Para situarnos debo explicarles que la prensa escrita accede a subvenciones a proyectos que presenten y la on line también y, además, a un tipo de ayuda conocida como estructural, más objetiva, en función de los lectores que tiene. Y les decía que «en principio» porque si ustedes siguen con atención y a diario el ya mencionado DOG pueden encontrarse a veces con subvenciones al margen de las citadas y cuyo objetivo real es apoyar la cuenta de resultados de las empresas periodísticas beneficiarias. Creo que fue el año pasado, por ejemplo, cuando descubrimos unas subvenciones otorgadas por la conselleria de Economía y Conocimiento a diferentes medios por su apoyo a la divulgación científica. Sin más comentarios.

La subvención estructural a la que tienen derecho los medios on line se concede, como hemos dicho, en base a los usuarios únicos que les siguen y a las inversiones realizadas en plantilla y otros conceptos. Es, digamos, un criterio «objetivo» que permite acceder a esas ayudas a cualquier medio si cumple unos requisitos mínimos. En la actual situación la seguimos considerando innecesaria, pero al menos pretende ser ecuánime. Es la parte más pequeña del conjunto de subvenciones.

La parte más golosa viene con las subvenciones por proyectos y aquí es donde el «dedo» juega más a fondo su capacidad discriminatoria. Por poner algunos ejemplos de lo sucedido este año señalaremos como Editorial Primera Plana, editora de El Periódico, se ha llevado 180.000 euros para el proyecto «primer diario de la era digital», cuyo contenido desconocemos pero que seguro que no será tan pretencioso y peliculero como su titular; Serveis de Comunicació Global Aquitania (Nació Digital) ha conseguido 68.150 euros para el proyecto «fortalecimiento empresarial del Grupo Nació Digital con la implantación de diversas actuaciones», un objetivo según el cual todas las empresas tendrían derecho a subvención similar ya que el fortalecimiento empresarial es un deseo bastante común.

La Corporació Catalana de Comunicació (El Punt-Avui), 100.000 euros, así redondos, para «la unificación de las webs de los diarios Avui y El Punt«; Acitividades Digital Media S.L. (La Vanguardia) ha conseguido 55.000 euros para el proyecto «creación de e-books, libreria digital en catalá de La Vanguardia«, un medio que curiosamente no tiene edición digital en catalán; la Editora Singular Digital 2GR, 28.150 euros para la creación y desarrollo de una sección de economía e información empresarial, una sección que con esa subvención será seguramente espectacular… y así una lista bastante larga que no detallo más para no aburrirles.

Los medios on line son, sin embargo, la parte más pequeña del pastel. Donde hay dinero de verdad es en el apoyo que reciben los medios impresos. La Vanguardia, por poner de nuevo un ejemplo, ha recibido 700.000 euros, para la edición en catalán del diario. Curioso. El diario del Grupo Godó sacó su edición en catalán en mayo del 2011; en esa fecha vendía en quioscos en su hasta entonces única edición en castellano 74.419 ejemplares, según datos de la AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles) y en global su difusión (ventas, suscripciones colectivas, individuales y porcentaje de entregas gratuitas) alcanzaba los 201.461 diarios. A 30 de abril pasado, la difusión global, sumando las dos ediciones era de 176.134 ejemplares y las ventas en quiosco de 62.421. 700.000 euros parecen muchos para una edición que en el mejor de los casos apenas canibaliza cuota a la de castellano.

Al analizar las subvenciones a los medios impresos vuelve a salir, cómo no, El Punt-Avui, que quizá por falta de creatividad, o porque no lo necesitan, justifican su petición de ayudas por el proyecto de unión de las dos cabeceras (igual que en el capítulo on line) y por lo que recibe la nada despreciable cifra de 300.000 euros. En total este diario recibirá este año 400.000 euros, si no llegan otras ayudas en otros capítulo lo que es posible. Todo ello con la excusa de fortalecer el sector de los medios en catalán. Curiosamente, hace unos días se ha conocido que El Punt-Avui suprime todas sus ediciones locales, menos la de Girona. Será para fortalecer aún más el espacio catalán de comunicación.

En fin, creo que basta con estos ejemplos para que cualquier persona sensible con la situación que vivimos se sienta herido ante esta política de ayudas a unas empresas que sin embargo tienen en su ADN, como medios de información, el control y la crítica del poder. ¡Qué cruel paradoja! Como hemos dicho en otras ocasiones una política de comunicación arbitraria y, para colmo, torpe, muy torpe, porque si alguien de verdad se cree que dando dinero a empresas periodísticas de dudosa viabilidad se fortalece en Catalunya el sector de los medios de información es probable que no merezca estar en un gobierno. Dilapidando ese dinero se consiguen complicidades, dar satisfacciones a los amigos, arreglar temporalmente alguna cuenta de resultados… pero poco más.