Apagón ibérico: causas y soluciones para mitigar nuestra dependencia de las renovables
España ha apostado correctamente por las renovables. Es uno de los países líderes en energía solar y eólica. Son una herramienta fundamental en la transición realista a una economía con menos emisiones de gases invernadero.
Pero debido a la climatología son más volátiles que las fuentes de producción de electricidad tradicionales: las centrales nucleares, las de ciclo combinado con gas natural y las hidroeléctricas. Sólo se puede almacenar entre un 5% y 10% de la electricidad creada por las renovables. Si se produce más electricidad vía renovables que el país consume, o se exporta o se pierde.
El 28 de abril a las 12:30 en España disminuyó más del 50% la producción de la solar fotovoltaica, reduciéndose de 18 a 8 gigavatios (GW).
Según Red Eléctrica, en ese momento la solar fotovoltaica generaba el 53% de la electricidad, la eólica casi un 11%, las nucleares y de ciclo combinado un 15% y el resto procedía de la hidráulica y cogeneración.
Las otras fuentes no pudieron compensar el desplome de la solar. Por ello la frecuencia (equilibrio entre producción y consumo) de la red española bajó de 50 Hz, concretamente a 48,5 Hz.
Las redes de los países europeos están conectadas. Si una se sitúa por debajo de 50 Hz, se desconecta para proteger la de sus vecinos. España estaba exportando a Francia y Portugal cuando se produjo la caída, lo que explica los problemas que padeció el sur de Francia y el apagón total luso. Marruecos, cuya red es independiente de la europea, fue decisivo en la recuperación porque suministró vía tres cables submarinos el 38% de su capacidad a España.
En España no solamente hay una moratoria de construcción de centrales nucleares.
El Gobierno quiere cerrar los siete reactores que aún tenemos entre 2027 y 2035. En Francia las nucleares generan el 70% de la electricidad. Asimismo, España ya no dispone de producción de electricidad mediante carbón. Alemania, Polonia, Italia y Países Bajos aún mantienen centrales térmicas de carbón, que se activan en momentos de baja generación renovable.
En 2024 las renovables produjeron un 56% de nuestra electricidad, un ascenso notable del 43% de 2014. El promedio de la UE fue 24%. Sólo nos superó Suecia con un 66%. Finlandia alcanzó 50%, Alemania 46% y Dinamarca 44%. El Gobierno ha fijado un objetivo de 81% para las renovables en 2030.
La apuesta tan fuerte por las renovables exige diseñar sistemas que mitiguen su volatilidad.
Debe también realizarse una investigación independiente. Red Eléctrica, el ente semipúblico, insiste en que dos subsistemas de distribución en el suroeste de España dejaron de funcionar.
Hay que averiguar el motivo. Si se produce otro episodio similar en pleno verano, cuando decenas de millones de turistas visitan nuestro país y la demanda se dispara por el empleo de aire acondicionado, las consecuencias serían nefastas.
Las alternativas para atenuar la intermitencia de las renovables son el almacenamiento en baterías, centrales de respaldo y gestión de la demanda.
España tiene capacidad de almacenamiento, especialmente en hidroeléctrica por bombeo. Pero es muy inferior a la de Francia y Alemania.
Empresas líderes en fabricación de baterías son las chinas CATL y Sermatec, la estadounidense Tesla (con sus sistemas Powerball y Powerback), LG Energy Solution y Panasonic.
Sermatec construye baterías de litio en Málaga. CATL y Stellantis están invirtiendo 7.100 millones en una planta de baterías de litio hierro fosfato en Figueruelas (Zaragoza) que debería empezar a operar en 2026.
Las centrales de respaldo engendran electricidad mediante gas natural y diésel.
España debe importar más Gas Natural Licuado (GNL) de EE UU y menos de Rusia. España adquirió de Rusia 4,65 millones de toneladas métricas (Tm) de GNL en 2024, un 21% de su importación de GNL. De EEUU compramos 13,84 Tm el año pasado, un 25% menos que en 2023.
La gestión de la demanda implica fomentar el uso de electricidad renovable en horas de alta producción cuando los costes de generación son más bajos. El porcentaje de interconexión con Francia es sólo un 2%, circunstancia que impidió que nuestro vecino estabilizara nuestra red. La oposición de los ecologistas ha frenado la instalación de cables entre España y Francia.
Alemania y Dinamarca han invertido más en almacenamiento en baterías, gestión inteligente de la demanda e interconexión con sus vecinos. Así se compensan las oscilaciones de las renovables.
Para gestionar la intermitencia de nuestra alta dependencia de renovables necesitamos más baterías de almacenamiento, centrales de generación tradicionales, mayor interconexión con Francia e importar más GNL de EE UU, Argelia y Catar.