Subvenciones, Twitter y Barça

 

Subvenciones: el nuevo Govern, desde que tomó posesión no ha hecho más que anunciar recortes. Por ahora, ni una medida positiva que sirva para animar el país. Nada de eso. Recortes, despidos y medidas depresivas. Ahora la «lisensiada» Ortega, según explica Xavier Rius en e-Noticies, ha decidido recortar o, mejor dicho, cancelar las suscripciones que determinados medios tenían con todos los ayuntamientos de Catalunya (947) y los Consejos Comarcales (41) y pagaba, a precios no muy de mercado, Governació o Interior, o como se llamara en los anteriores gobiernos. Así, la «lisensiada» ha decidido que por el bien del país, los novecientos y pico ayuntamientos dejarán de recibir las revistas «Sapiens» (35.200 €), «Descobrir Catalunya» (€43,700) y «El Temps» (146.000 €) . Gracias a ello saldremos de pobres, encararemos el futuro con optimismo y perjudicamos a los más modestos. Al igual que en Salut y en Ensenyament. Podría estar de acuerdo con que se acaben las subvenciones o las suscripciones encubiertas, siempre y cuando fueran para todos.

¿Lo ha hecho la «lisensiada» Ortega con todo el mundo? ¿Ha anulado todas las suscripciones y todas las subvenciones de todos los grupos editoriales de este país, o sólo se ha atrevido con los más pequeños?. Y puestos a lucir transparencia, la “lisensiada” vicepresidenta podría enseñar todas las suscripciones, todas las subvenciones y todos los tratos de favor.

Estaría muy bien que lo hiciera y veríamos cosas muy curiosas, incluso un puñado de miles de suscripciones para diarios del país vecino que no se caracterizan especialmente por su sensibilidad catalana.

Va, “lisensiada” vicepresidenta, supere el trance de su carrera universitaria y doctorese en transparencia. Le prometemos un artículo felicitándola por su valentía. Y tampoco es tan difícil ni la compromete; al fin y al cabo muchas de estas subvenciones y suscripciones vienen del anterior Govern.

Twitter: Ya sé que son las redes del futuro. Que es el lenguaje (?) del momento y que nadie puede pasar sin twittear. Incluso los hay que cuentan sus intimidades más íntimas. Que si la ducha, que si el perro, que si blanco que si negro… Bien, es su problema y su vida. Lo que no puedo admitir es que los políticos diriman sus diferencias por Twitter o que expliquen lo que pasa en el país por este medio.

Primero fue Recoder piando/comunicando la huelga de Rodalies, ahora, hace unos días, el propio conseller y el alcalde de Barcelona se zurraban «piando» a partir de los recortes en las obras públicas que afectarán Barcelona. Que dos altos cargos, un conseller y un alcalde se peleen a base de «twitts» y confundan el Twitter con comunicar y gobernar no quiere decir que sean personajes que están en la última sino que ni saben comunicar ni gobernar. Y a estas alturas sólo nos faltan tonterías y frivolidades como éstas.

Barça: en realidad los Barça-Madrid no hacen más que reflejar el problema de toda la vida entre Catalunya y España. Es el reflejo más fiel de la vida política. Ellos, que han tenido impunidad total durante el franquismo y buena parte de la democracia, van ahora de víctimas simplemente porque no pueden hacer lo que quieren, y la era Laporta, el primer y único presidente capaz de decir lo que pensaba y defender a muerte el Barça, los descolocó. Ahora, nos lo hacemos perdonar. Recordamos «el señorío» del Real Madrid (¿cuando ha sido un club señor el Real Madrid?), y enviamos al entrenador a dar un puñetazo sobre la mesa. El presidente actual, en lugar de ponerlos sobre la mesa y ponerlos en su sitio, come con ellos, «por cortesía» y hace ver que ni ha pasado, ni pasa nada. Y estos días, más que nunca, el presidente del club tenía que dar la cara y defender lo que tenía que defender. Y es que hemos pasado del Luz de Gas al colegio de las madres ursulinas.

Ya lo dicen en Madrid. «Catalonia is Spain» (banderola en el Bernabeu) y «al margen de todo», el Barça es un digno finalista» (comentarista de TVE al final del partido).

Y si quieren más del genio que gastan los españoles lean un comentario en el anterior artículo: «El ejercito español en su legitimo derecho tendría que poner las cosas claras y reeducaros a todos». Y Rosell nos debe este puñetazo sobre la mesa, porque el Barça es la única noticia positiva y estimulante que tenemos en Catalunya desde hace mucho tiempo.

Una pregunta tonta: ¿quién tiene razón, el «¿Va a ser la mísma Vanguardia, Javier?». «Va a ser la misma», o el mensaje que sale de la dirección general de que «no es la misma»?