Tezanos contamina la campaña catalana con su tracking trucho

El CIS, que se ha convertido en un instrumento del Gobierno, maniobra para dejar al PSC como ganador y alentar al voto socialista en las elecciones catalanas

La noticia me llegó hace unas semanas: una llamada telefónica de un buen amigo, consultor político con varios quinquenios de elecciones a sus espaldas, en la que me avanzaba que el CIS de Tezanos acababa de abrir en Madrid un call center propio.

– Vaya, ¿estás seguro?

– La fuente es directa.

– ¿No estará pensando montar trackings diarios para contaminar la campaña catalana?

– Pues tiene toda la pinta.

¿Cómo funcionaba esto hasta ahora en nuestro país? Pues miren, como en el resto de países occidentales avanzados de nuestro entorno: el CIS, mediante concurso público competitivo, subcontrataba a alguna empresa del sector «el campo» del sondeo, esto es, la realización material de las encuestas reservando a su equipo el trabajo fino de interpretación de las mismas.

Pues bien, ya tenemos una respuesta a todas estas preguntas: el CIS ha anunciado que realizará “sondeos flash”, vamos, los trackings diarios de toda la vida, ofreciendo a los medios de comunicación esta información de alto valor estratégico de forma abierta.

¿Y qué hay detrás de todo esto? ¿Acaso Tezanos se ha caído del caballo camino de Damasco al mejor estilo de Saulo de Tarso y ha tenido una epifanía que lo ha transformado en un firme creyente en la transparencia pública y la rendición de cuentas? Nada más lejos de la realidad.

La intención de Tezanos con la publicación de estos trackings diarios solo tiene un objetivo, que no es otro que contaminar y envenenar la campaña catalana con unos sondeos que sostengan la especie de que el PSC va a ser primera fuerza gracias al “efecto Illa”, tratando de mantener en el imaginario colectivo el espejismo de un PSC triunfante. Un efecto bandwagon de libro.

El ‘efecto bandwagon’ para alentar al voto del PSC en las catalanas

El llamado efecto bandwagon, ampliamente estudiado en las elecciones estadounidenses, es un sesgo cognitivo que en medio de una campaña electoral lleva a que algunas personas voten por aquellos candidatos o partidos que es probable que resulten ganadores (o que son proclamados como tales por sondeos y  medios de comunicación), esperando estar en el ‘lado ganador’ al final.

El efecto bandwagon ha sido aplicado a situaciones que involucran a la opinión de la mayoría, como es el caso de los resultados políticos, donde la gente modifica sus opiniones de acuerdo al punto de vista de la mayoría. Un cambio tal de opinión puede ocurrir debido a que los individuos trazan inferencias de las decisiones de los otros, como en una cascada de información.

No es la primera vez que Tezanos y el “ministerio de las ocurrencias” del Palacio de la Moncloa juegan a este peligroso deporte. De hecho, este es el sentido estratégico de que el CIS, un instituto público que debería dedicarse a otras cosas, haya convertido su en mensual su barómetro históricamente trimestral.

De esta forma, se confirma que el CIS, lejos de atender los intereses generales del país, se ha convertido bajo el mando de Tezanos en un arma propagandística, quizás la principal, al servicio del actual Gobierno.

El CIS, lejos de atender los intereses generales del país, bajo el mando de Tezanos se ha convertido en un arma propagandística, quizás la principal, al servicio del actual Gobierno

Triste final para un instituto que llegó a ser ejemplo de buenas prácticas en todo el mundo.

Así que ya saben, prepárense para 2 semanas de circo tezanesco diario, dos semanas que se va a dedicar en cuerpo y alma a convencer a los catalanes de que Illa ya ha ganado las elecciones y que toda resistencia es fútil.

Y todo ello, además, sin tener que soportar el peligroso engorro de subcontratar a una empresa externa la realización de las encuestas.

Un genio el amigo.