«Carmena me ofreció trabajo mientras viajaba en Metro»

La dependienta de la tienda de la alcaldesa de Madrid conoció a su futura jefa en la línea cuatro: estaba en paro, su niña iba descalza. Carmena la contrató

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Una tarde de verano, Lourdes Núñez se montó en el Metro en la estación de Goya con su bebé en brazos. Era un día caluroso y la niña no llevaba zapatos. En esa época, en plena vorágine de la crisis, Lourdes no tenía empleo. Había dejado la empresa de hostelería para la que trabajaba tras haber quedado embarazada. Además del empleo en hostelería, en España sólo había cuidado ancianos.

A su lado, una mujer de la tercera edad quedó sorprendida porque la niña de Lourdes iba descalza. La señora abordó a la joven madre para decirle que casualmente llevaba consigo unos zapatos que habían confeccionado un grupo de mujeres presas. Y aprovechando la circustancia, probaron varios modelos en los pies de la bebé.

«A ella le impresionó que la niña no llevara zapatos. Y no los llevaba porque hacía calor, no porque estuviera en una situación de miseria. La llevaba cargada, no caminando. Es cierto que no tenía trabajo pero nunca estuve en una situación límite», explica Núñez.

Entrevista laboral en siete paradas

El destino está escrito. Es lo que cree Lourdes al recordar todo el cúmulo de casualidades. Ella llevaba a la niña descalza y su acompañante de viaje casualmente cargaba zapatos que le habían confeccionado un grupo de reclusas en un proyecto social. Lourdes le comentó que sabía coser y mostró interés por la iniciativa de reinserción de presas. «Entonces fue cuando Manuela me ofreció trabajo», explica Lourdes.

Sucedió hace tres años. Lourdes no tenía idea de quién era aquella mujer, pero llegó a casa emocionada a contar la anécdota a su marido. En la estación Goya era una desempleada pero, siete paradas después, salió en Arturo Soria con trabajo. Fueron 14 minutos de conexión personal, suficientes para ganarse la simpatía y la confianza de la actual alcaldesa.

A los pocos días, Manuela Carmena iba a casa de Lourdes a buscar los modelos que iba confeccionando. Al tiempo descubrió que Carmena era una ex jueza. No podía creer cómo «una mujer tan importante» viajaba en Metro y le había ofrecido trabajo a una inmigrante que acababa de conocer. Al final, Carmena también terminó ofreciendo asesoría para regularizar la situación de sus familiares.

Hoy Lourdes trabaja como dependienta en Zapatelas, la tienda con fines sociales que Carmena abrió en el barrio de Malasaña, en pleno centro de Madrid. Ya no tiene por qué preocuparse con quién dejar a la niña en vacaciones. Su jefa asume los gastos de una niñera que se hace cargo de sus hijos en el horario laboral.

No es de extrañar que desee que la alcaldesa culmine pronto su etapa política y que regrese a la tienda a sugerir modelos, telas y diseños. Lourdes siente que la tienda de alguna manera se ha quedado huérfana. «La echamos de menos. Es el alma de todo esto». 

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