Junqueras deja al Pdecat en la estacada y ya espera a Rajoy

El líder de ERC se blinda con Puigdemont con una oferta al Gobierno, pero sin renunciar al referéndum

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Oriol Junqueras tiene un plan, del que ofrece muy pocas pistas. Pero por ahora ha dejado en la estacada al Pdecat, aunque eran los ex convergentes los que pretendían atarlo en corto. Y, tras ese paso, ya espera a Mariano Rajoy, con la idea de que puedan suceder dos cosas: que el Gobierno reaccione, y antes de que se convoque el referéndum busque alguna aproximación con el Gobierno de la Generalitat, o que, con la ley en la mano, lo impida y busque la inhabilitación de todos los implicados, entre ellos el mismo Junqueras.

El líder de Esquerra firmó un extenso artículo este lunes en El País, junto con Carles Puigdemont, dentro de una estrategia que pasa por blindarse con el presidente de la Generalitat, y dejar sin sentido cualquier crítica, formulada por el Pdecat, de que no quiere comprometerse con el referéndum para no ser inhabilitado. Será el primer acto de otros que llegarán en las próximas semanas con el objeto de ofrecer la máxima unidad en el Govern, entre él y Puigdemont, como explicó este domingo Economía Digital.

Lo que se propone, antes de celebrar el referéndum, es que el Gobierno central ofrezca una salida, con una consulta pactada en los términos que considere. Se trata de una oferta retórica, porque ya se conoce el rechazo del Gobierno de Mariano Rajoy, que este mismo lunes reiteró. Pero es una forma de cubrirse las espaldas, para reordenar el patio interno.

Puigdemont y Junqueras han trazado una estrategia para no convocar elecciones antes de final de año

Esa unidad compromete también al Pdecat, claro, pero va más allá, porque lo que hace Junqueras es apoyarse en Puigdemont, que no quiere ser el candidato a las elecciones, y que no tiene ataduras con su partido. Para el líder de Esquerra es una situación ideal, con el Pdecat preocupado por la falta de un líder, una vez Artur Mas ha quedado muy erosionado por el juicio del Caso Palau de la Música, por el caso del 3% del Ayuntamiento de Torredembarra, además de la inhabilitación por dos años tras el juicio de la causa del 9N, y a pesar de los intentos de su entorno por mantenerlo en la carrera.

Pero llega el momento crucial para todos. Esta semana la CUP ofrecerá su apoyo a los presupuestos y eso supone una válvula de escape para Junts pel Sí, y para Junqueras en concreto. Aunque los republicanos juegan con una ironía –si no se aprueban la cuentas, la Generalitat reducirá el déficit, y Esquerra podría exhibir que gestiona muy bien las finanzas públicas— saben que muchos sectores sociales están esperando como agua de mayo esos presupuestos, entre ellos todo el colectivo sanitario, que se encuentra ahogado.

Junqueras necesita garantías de que con él en la Generalitat el Gobierno de Rajoy cambiará

Sin embargo, supone, además, que con unos presupuestos en 2017 se gana todo un año, porque se podrían prorrogar para 2018. Y Puigdemont y Junqueras han trazado una estrategia en la que las elecciones al Parlament –si se frustra el referéndum– no tienen por qué ser antes de que acabe este año. Con las encuestas en la mano, Junqueras será el próximo presidente de la Generalitat, y contaría, ya de partida, con unos presupuestos, –la prórroga de los de 2017–, más expansivos que los vigentes, de 2015.

Los republicanos buscan cómo cubrir todos sus flancos, con el vértigo que supone convocar un referéndum que tendrá la oposición del Gobierno, con todo el aparato legal del Estado. La cuestión es que Oriol Junqueras necesita tener alguna garantía de que la actitud del Gobierno será diferente si tiene un interlocutor sólido en la Generalitat. Y por ahora, según fuentes republicanas, no ha recibido ninguna señal, a pesar de los esfuerzos de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, con la operación diálogo.

Pero el terreno se esclarece. Y en la escena se va reduciendo el número de actores. Junqueras toma posición. Espera a Rajoy, mientras el Pdecat sigue inmerso en la confusión.

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