Mas avala a Gordó y provoca una brecha con el Pdecat

Mas se reunió con el exconsejero de Justicia y asumió su decisión de dejar el escaño, al entender que la petición de Pascal era “necesaria pero injusta”

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Alto riesgo. Nunca Convergència sufrió una escisión. Y ahora corre el peligro. Artur Mas ha avalado la decisión de Germà Gordó de no dejar su escaño en el Parlament, tras abandonar el grupo de Junts pel Sí y el Pdecat. Considera que la petición de la coordinara general del partido, Marta Pascal, para que abandonara el escaño era “necesaria, pero injusta”, al entender que en el estadio judicial en el que se encuentra Gordó, imputado por el caso del 3%, sin haber llegado al juicio oral, no implica culpabilidad, ni la exigencia de abandonar su puesto en el Parlament como diputado.

Mas rompió este jueves su silencio, en unas declaraciones concedidas al digital El Nacional, que dirige uno de sus fieles, en su proyecto político, José Antich, exdirector de La Vanguardia, y compañero de viaje desde el inicio del proceso soberanista. El expresidente de la Generalita aseguró, antes de participar en un acto en Berga, que está “absolutamente convencido de la inocencia” de Gordó, aunque entiende también que el Pdecat debe cuidar al máximo su imagen, “en un contexto político en el que se está reclamando una gran exigencia desde el punto de vista la ejemplaridad pública”.

Mas considera que Gordó debe poder defender su inocencia

El todavía presidente del Pdecat aseguró, en esas mismas declaraciones, lo que desveló Economía Digital este sábado. Y es que Mas se reunió con Gordó, en la tarde del viernes, tras recibir los dos presiones de su partido: “Por la tarde me reuní con Gordó”.

Marta Pascal había llegado a un acuerdo, suscrito por el coordinador territorial, David Bonvehí, en la mañana del viernes. Y pasaba por la renuncia de Gordó a la presidencia de la comisión de Justicia en el Parlament, tras conocerse su imputación, por parte del TSJC. Mas había sido informado. Pero Pascal no estaba convencida y buscó la renuncia del escaño por parte de Gordó. Fue cuando lo comunicó a través de su cuenta de twitter.

Ante eso, Gordó comenzó a tomar decisiones, que acabó acordando con Mas en la tarde del viernes. Con una corriente interna organizada en el seno del Pdecat, Nova Convergència, Gordó consideró que podía aguantar la presión, y defendió su escaño en el Parlament, como diputado no adscrito, y fuera ya del Pdecat.

Mas se reunió con Gordó el viernes, como desveló Economía Digital

Aunque las relaciones con Mas no fueron buenas en los últimos tres años, porque Gordó se había distanciado del proceso soberanista, tal y como se estaba llevando a cabo, ahora Mas entiende su posición, tras defender su inocencia.

El problema ahora es mayúsculo para todo el partido. Por un lado, el proceso soberanista entra en su fase decisiva, y este viernes el presidente Carles Puigdemont, junto a Oriol Junqueras, anunciará la fecha y la pregunta del referéndum.

Pero el partido puede sufrir bajas a cuentagotas en las próximas semanas. El miércoles abandonó el Pdecat Teresa Pitarch, presidenta del Institut Català de les Dones, forzada a dejar su cargo en el Govern, algo que con otros partidos en situaciones similares no ha ocurrido. Un ejemplo fue el de Jordi Anguera, director de la Agencia Catalana de Consumo en el gobierno tripartido que presidió José Montilla. Entonces, en 2010, dejó Esquerra Republicana, partido en el que militaba, y pasó a ser miembro de Solidaritat, el partido que encabezaba Joan Laporta. Anguera mantuvo su cargo en el Govern, tras ponerlo a disposición, que dependía del departamento de Economía.

Mas es un dolor de cabeza para el Pdecat, que quiere asegurarse un futuro

Este jueves, el Pdecat registró otras dos bajas, las de Jordi Miró, director general de Antenció a la Familia, y Jesús Marín, portavoz del partido en el Ayuntamiento de Canet de Mar. Se trata de dos miembros de Nova Convergència.

Lo que ocurre son dos desavenencias que se están expresando de una misma forma: los encuadrados en Nova Convergència defienden la inocencia de Gordó, que fue un colaborador estrecho de Mas en Convergència, y, al mismo tiempo, están en contra de correr hacia un muro como pretende Puigdemont con el referéndum.

Y ahora Mas ha salido en su defensa, lo que puede provocar una mayor distancia con la dirección del Pdecat, que ha sido minusvalorada por el expresidente desde la refundación de Convergència.

Con Pascal, sin embargo, está buena parte del grupo del partido integrado en Junts pel Sí; y el poder territorial, de jóvenes alcaldes en el territorio.

La figura de Mas, que sí concita enormes aplausos en sus actos comarcales, ha comenzado a ser un verdadero dolor de cabeza para el partido, que quiere, por encima de todo, garantizarse un futuro.

 

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