Mas convocará elecciones pese a no lograr la lista unitaria

La presión independentista no le deja capacidad de maniobra y encabezará una candidatura con miembros de la sociedad civil que logre atraer

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El President Artur Mas lo tenía claro. Puso como condición la elaboración de una lista unitaria, con Esquerra Republicana, y miembros de la sociedad civil, en particular personalidades de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, para avanzar las elecciones.

Lo dijo tras la suspensión, por parte del Tribunal Constitucional, de la consulta del 9N, y como plan complementario tras anunciar el «proceso de participación» en el que se acabó convirtiendo el referéndum originario. E insistió en ello en su conferencia en el Fòrum de Barcelona.

Pero esa lista unitaria con Esquerra no será posible. No la tendrá.

Pese a ello, Mas aseguró este miércoles que la próxima semana tomará una decisión, dejando claro que desea seguir impulsando el proceso soberanista.

Dejar a ERC en una posición de debilidad

Diferentes fuentes de Convergència no ven otra salida que la convocatoria electoral. Y la dirección de Esquerra lo ve inevitable, a falta de una sorpresa de última hora.

Mas deberá convencer a Unió Democràtica, cuya dirección prefiere agotar la legislatura. Los demoscristianos, sin embargo, ya no son un bloque homogéneo, y diferentes dirigentes y cuadros de Unió desean seguir adelante, con lo que podrían formar parte de esa candidatura del President.

La presión de la ANC, que dirige Carme Forcadell, y de la Asociación de Municipios por la Independencia, que preside el ex dirigente democristiano Josep Maria Vila d’Abadal, ha llevado a Mas a inclinarse por una opción, que, de hecho, él mismo había valorado: integrar en su candidatura a miembros de la sociedad civil, que apuestan claramente por la independencia, dejando a Esquerra en una posición de debilidad.

Las críticas a «CiUrel Casals»

Otras entidades, como Òmnium Cultural, cuya dirección ha apostado en gran medida por Mas desde el inicio del proceso y por el proyecto unitario, ha acabado de provocar una gran división en el movimiento independentista.

Su presidenta Muriel Casals, abogó este fin de semana por apoyar «el acuerdo que surja» entre CiU y ERC, fuera el que fuese, despertando una animadversión larvada en la parroquia republicana. Ese recelo lo ilustró un militante de Esquerra, David Florejachs, –a la sazón chófer de Junqueras– quien en su cuenta de twitter bautizó a la presidenta de Òmnium Cultural como «CiUrel Casals».

Junqueras trata de propiciar ahora un acercamiento

Oriol Junqueras, también en su cuenta de twitter –la política catalana se ha instalado ahora en esa práctica curiosa que obliga a un rastreo permanente– aseguró que el acuerdo «está cerca», justo después de que Mas se mostrara «atónito» por la actitud poco colaborativa de ERC en relación a esa candidatura unitaria.

Fuentes de Esquerra admiten que Mas se ha apropiado «la bandera de la unidad», y que podría perjudicarles electoralmente. Junqueras ha respetado la decisión de Mas, dejando claro que Esquerra en ningún momento objetó que el President pudiera incluir a miembros de la sociedad civil en su candidatura.

Los plazos que se autoimpone el President Mas

Al mismo tiempo, Esquerra optará también por incluir a quien lo desee y se considere conveniente. El propio Lluís Llach se ha pronunciado al asegurar que si participa en una lista lo hará por convicción, y no por una supuesta imposición del President, avalando las tesis de ERC.

Pese a todo, ha sido la presión que el mismo Mas se ha ejercido a sí mismo, con plazos constantes, y la presión del movimiento soberanista lo que le ha dejado sin posibilidad de otra opción: elecciones anticipadas, con el objeto de lograr el mejor resultado posible.

¿Y después? Sobre eso, nadie se muestra dispuesto a aventurar nada.

 

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