Quim Torra volverá a la carga con las leyes suspendidas por el TC

Quim Torra se disculpa por los tuits xenófobos contra los españoles y considera que se han "sacado de contexto"

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Zarandeado por todas partes –también por esa prensa extranjera que tanto ocupa y preocupa al independentismo–, el candidato a la presidencia de la Generalitat, Quim Torra, se ha puesto la piel de cordero en su segundo discurso de investidura en el Parlament y se ha disculpado por sus tuits de contenido xenófobo contra los españoles y ha subrayado, una y otra vez, que la república por la que apuesta será “de todos”, de los “siete millones y medio de personas» que la integran.

Torra ha dicho que los tuits de la discordia que se le han vuelto boomerangs, se han «sacado de contexto» y estaban dirigidos “al gobierno del Estado”. Y, por lo que respecta a sus artículos, ha admitido posibles excesos “fruto de la intensidad que a veces reclama el periodismo”.

“No queremos una Cataluña uniforme, sino unida en la diversidad”, ha remarcado, y ha abogado por “una república basada en la diversidad y en el respeto”, y en la que “todo el mundo ganará derechos y nadie perderá ninguno”.

Pulso al Estado

Torra, por otra parte, ha reivindicado la «soberanía» del Parlament para hacer «leyes justas que ayuden a todas las personas» y, por ello, ha garantizado que recuperará las 16 leyes suspendidas por el Tribunal Constitucional y por la «apisonadora» del Gobierno del PP.

«El gobierno que presidiré, con apoyo de la mayoría parlamentaria, volverá a impulsar todas y cada una de las leyes que el Gobierno del PP ha llevado al TC y que han quedado suspendidas: 16 en total. Algunas aprobadas por unanimidad, con apoyo del PP, algo que no ha servido para evitar que la apisonadora del Gobierno del Estado las dejara en suspenso», ha afirmado.

Hacer república

En un discurso de unos 40 minutos, algo más corto que el del debate del sábado, el de la primera ronda de la investidura, Torra ha apuntado las líneas básicas de un programa de gobierno que bien podría ser el de cualquier legislatura ordinaria. Luego, sin embargo, lo ha supeditado todo a aquello de “hacer república”, ese mantra aún menos definido que las líneas de trabajo sectoriales.

Torra ha ofrecido guiños en clave social como un salario mínimo de 1.100 euros o “más financiación” en educación y sanidad. Pero ha sonado a trámite en un discurso en el que el peso ha vuelto a recaer en la denuncia y el reproche al gobierno español y a la judicatura por el 155 y la situación de presos y expatriados.

Quim Torra ofrece un salario mínimo de 1.100 euros, así como más financiación en educación y sanidad

Por lo demás, no ha habido sorpresas.Torra ha prometido reforzar la apuesta por el modelo de la escuela catalana y por la “normalización” del uso del catalán en la judicatura, y ha apostado por seguir avanzando con la hacienda propia, una de esas estructuras de estado que se suponía que el gobierno de Carles Puigdemont tenía preparadas y que no pasó de farol. 

En todo caso, ha admitido el candidato, antes tocará recuperar el control de la agencia tributaria catalana. El caso de lo fiscal es metonimia: también antes de construir esa república que por ahora no pasa de entelequia tocará recuperar el autogobierno perdido.

Nuevas instituciones: La asamblea de electos

Torra, en todo caso, reiteró que el despliegue de su programa está supeditado a disponer de “recursos económicos y poder político”, y su gobierno, al dictado de Puigdemont, o, en su terminología, “el gobierno libre de Europa”. Y que todo avanzará en paralelo lo que él llama “la recuperación de la democracia en su máxima expresión”: la confección de una constitución catalana por parte de una “asamblea de electos”, una de las patas de esa construcción nacional que, en la mejor tradición convergente del procés, Torra reafirma mientra pide a Rajoy que se preste a dialogar.

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