La vieja guardia convergente se apodera del Ateneu Barcelonès

La vieja guardia convergente gana peso en el Ateneo Barcelonès después de forzar la dimisión de la vicepresidenta primera, Gemma Calvet, exdiputada de ERC

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Las rencillas personales y políticas dentro de la junta del Ateneu Barcelonès han desencadenado una guerra por el control de esta institución catalana. Con cerca de 4.000 socios es un referente cultural. Hace unos días dimitió su vicepresidenta primera, Gemma Calvet, exdiputada de ERC. Los republicanos pierden peso en favor de la vieja Convergència.

En una carta dirigida a los socios, el presidente del Ateneu Barcelonès, el historiador Jordi Casassas, comunicó este miércoles que su junta había aceptado la dimisión de Calvet por las “graves deficiencias” en la gestión del premio Crexells. Se trata del decano de los premios literarios. El jurado decidió añadir cuatro finalistas a los siete elegidos por votación popular. Uno tras otro renunciaron por considerar que se vulneraron las reglas del premio. La junta suspendió la edición del Crexells de este año y Calvet pagó los platos rotos. Pero no dimitió sólo por eso ni fue el principal motivo.

La guerra del Ateneu también se dirime en las redes sociales. A través de Twitter, Calvet anunció el 30 de mayo que dimitía por la gestión del Crexells y por “otras discrepancias anteriores con la junta de la que he formado parte”. Sin embargo, no precisó cuáles eran estas discrepancias.

En otro tuit, Genís Roca, el candidato derrotado en las elecciones del Ateneu del año pasado, criticó este jueves la carta de Casassas por “ventilar” la dimisión de Calvet “obviando las razones” reales de su decisión. Pero, cuáles son las razones?

A preguntas de Economía Digital, Calvet declinó comentar su salida del Ateneu. Casassas no respondió la petición de este medio para aportar su versión. Los miembros de la junta prefieren guardar silencio. Incluso el escritor Jordi Coca indica que no quiere meterse en “este jardín” pese a ser uno de los que empujaron a Calvet para que se fuera. Sin embargo, socios veteranos tienen muy claros los motivos de la crisis: la republicana Calvet chocó con el Pdecat y con la gerencia del Ateneu. Perdió el pulso.

Estas fuentes indican que la junta de Casassas ha caído en manos del Pdecat o, para ser más precisos, de “la vieja Convergència”. Este 30 de mayo, precisamente el día que dimitió la republicana Calvet, el expresidente Jordi Pujol dio una conferencia coloquio en el Ateneu sobre la lengua catalana en la enseñanza. No todos los miembros de la junta veían con buenos ojos este acto, pero Casassas impuso su criterio.

Ateneu Barcelonès: los convergentes ganan peso en su junta directiva en detrimento de ERC

Casassas nunca ha estado en la órbita convergente, pero mantiene una excelente relación con el expresidente Pujol. Sin embargo, diversos miembros de su junta tienen una larga trayectoria en el partido empezando por el vicepresidente segundo, Carles Llorens. Este fue uno de los que presionaron a Calvet para que dimitiera. En una reunión de la junta, mucho antes del asunto del premio Crexells, Llorens tomó la palabra para exclamar que alguien “sobrava”. No dijo el nombre, pero se entendió que se refería a Calvet.

Llorens ocupó diversos cargos en Convergència, en el gobierno de Pujol y también en el de Artur Mas. Fue director de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo de 2011 a 2014. La Sindicatura de Comptes le dejó en mal lugar. Uno de sus informes advertía que, en el ejercicio de 2011, este organismo concedió subvenciones por valor de más de siete millones de euros de forma directa.

Otra convergente histórica es Pilar Blasco, que presidió la Asociación Catalana de Municipios (ACM). Casassas no ha impedido que los viejos convergentes ganen peso en la institución.

Calvet contaba con aliados como Xavier Muñoz, secretario de la junta, que formó parte de Ciutadans pel Canvi, la plataforma de apoyo a Pasqual Maragall que derivó hacia ERC. Desde el exterior, Calvet ha recibido el apoyo de Jaume Asens, tercer teniente de alcalde de Ada Colau. Este escribió en Twitter que su dimisión era una “mala noticia para la ciudad y para la pluralidad de sus instituciones culturales”.

Como vicepresidenta primera del Ateneu, Calvet también chocó contra la gerente, Eulàlia Espinàs, y la coordinadora cultural, Diana Cot, por el funcionamiento de la institución. No congeniaron. Un veterano ateneista asegura que este es el primer motivo de la dimisión de Calbet. No pudo con ellas.

Economía Digital

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