Diez inventos de mujeres que han cambiado nuestra historia

Los principales inventos de mujeres no obtuvieron reconocimiento ni generaron beneficio a sus creadoras

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Algunos de estos inventos de mujeres han cambiado la Historia, aunque algunas de sus creadoras no obtuvieron el reconocimiento que debían a lo largo de su vida. De hecho, en bastantes casos, no obtuvieron beneficio económico alguno por su trabajo. 

La historia del siglo XX puede leerse desde el punto de vista femenino como la lucha del 50% de la población por obtener los mismos derechos sociales y laborales que la otra mitad. Sin embargo, al repasar la lista de los inventos más importantes hechos por una mujer durante el siglo pasado se evidencia que esos derechos quedaron muy lejos de conseguirse en el ámbito profesional y, también, el científico. 

Es más, hubo muchas más mujeres inventoras importantes en el siglo XX cuya aportación científica fue enorme y también minimizada en muchos casos. Por suerte, hoy se están haciendo esfuerzos por restaurar estas figuras, como la de Hedy Lamarr, seguramente, la mujer que mayor impacto ha tenido en todas nuestras vidas, ya que gracias a su aportación hoy tenemos el WIFI, el bluetooth o el GPS.

En los próximos meses oiremos hablar mucho de ella gracias a Bombshell, una cinta rodada en 2017 por Netflix que repasa la increíble figura de Hedwig Eva Maria Kiesler —nombre de nacimiento de Lamarr—, inmigrante austríaca, actriz de Hollywood y científica de impacto global. ¿Por qué no se ha hecho antes una película sobre semejante personaje histórico? Sería una buena cuestión para preguntar a quienes manejan la industria del cine.

Siempre es mejor tarde que nunca, pero lo que nadie podrá recuperar jamás es lo que hubieran podido aportar las mujeres que nunca tuvieron, o nunca tendrán, oportunidades. Aquí puedes ver lo que sí hicieron algunas de las que sí las tuvieron… o que se las consiguieron ellas solas a base de insistencia.   

10. Grace Murray Hopper — Lenguaje Cobol de programación

Vida: 1906-1992.

Otros logros: hasta 1950, desarrolló el UNIVAC, primer ordenador comercializado en la Historia. 

En los años 50 del siglo XX, comenzaron a usarse los ordenadores con fines militares, pero había muchos modelos incompatibles entre sí porque empleaban diferentes lenguajes de programación. Desde Harvard, las aportaciones a de Grace Murray Hoper en los inicios de la computación fueron decisivos: en 1955, creo el primer compilador —traductor entre lenguaje común y uno informático— basado en su concepto Flow-Matic

Cuando el Departamento de Defensa de EEUU supo de su investigación sobre un lenguaje de programación que usaba comandos en inglés, decidieron crear un grupo de trabajo que terminó resultando en la creación del lenguaje COBOL. Este está basado casi en exclusiva en las ideas de Grace Hopper y aunque ella tuvo un papel secundario en ese grupo, es de las pocas inventoras que cambiaron al Historia a quien desde siempre su aportación le ha sido reconocida.

En sus últimos años, abuela COBOL, como se conocía cariñosamente a Murray Hopper en los círculos de informáticos, recibió múltiples homenajes y sobre todo se dedicó a dar cientos de charlas por todo el mundo. En el vídeo de arriba, aunque no vea muy bien, queda claro que conseguía conectar con la audiencia más joven con un estilo mucho más desenfadado que su imagen. Le gustaba explicar la diferencia entre nanosegundos y picosegundos con los que operaban las máquinas que había inventado con pequeños trozos de alambre y pimienta molida.

9. Stephanie Kwolek — Kevlar

Vida: 1923-2014.

Otros logros: firmó 19 patentes y diseñó decenas de experimentos para ser usados en institutos y universidades. 

Stephanie Kwolek pasó 40 años trabajando en la empresa química Dupont, donde se especializó en investigar con largas cadenas de moléculas que se forman a baja temperatura. Sus experimentos le llevaron a descubrir en 1971 una solución cristalina de un polímero extremadamente resistente y rígido. Este material cinco veces más duro que el acero acabó llamándose Kevlar y es resistente al desgaste, la corrosión y las llamas.

Kwolek recibió en vida numerosos reconocimientos a su trabajo y firmó hasta 19 patentes para su compañía, aunque jamás se benefició económicamente del mayor de sus logros, con el que Dupont ha ganado miles de millones de dólares. Sin embargo, en su caso lo que probablemente le resultara más satisfactorio es haber logrado salvar miles de vidas y no solo de soldados protegidos con chalecos anti-balas, también de motoristas puesto que los mejores cascos se hacen con su Kevlar.

Cuando se retiró, Kwolek se dedicó a cuidar de su jardín y a seguir trabajando el laboratorio de su casa. Desde allí apadrinó de decenas de chicos y chicas que querían iniciarse en algún campo científico y, mientras lo hacía, desarrolló algunos experimentos, como el truco de la cuerda de nailon, que todavía se utilizan en los institutos y universidades de EE.UU. 

8. Margaret Knight — Bolsa de papel

Vida: 1838-1914
Otros logros: diseñó un motor rotativo. 

Aunque el invento más notorio de Margaret Knight fue la máquina que fabrica las bolsas de papel que en España solo conocemos por las películas norteamericanas y que, quizá, pronto se generalicen también aquí, Margaret Knight fue una consumada inventora. De hecho, fue a los 12 años cuando produjo su primera creación: un dispositivo de seguridad para detener un telar mecánico en la fábrica de su familia. 

Tuvo que litigar contra uno de sus colaboradores algunos años para conseguir que le atribuyeran su mayor invención. El antiguo colega que trató de traicionarla argumentaba que «una mujer no puede idear máquinas complejas», así que omitiremos mencionar su nombre aquí para que ocupe el lugar el que le corresponde en la Historia. Finalmente, ganó Knight y logró que la suya fuera la primera patente atribuida a una mujer en EE.UU. 

Margaret Knight acogió a principios del siglo XX la llegada del automóvil con gran entusiasmo y como su gran oportunidad y, a pesar de que ya era mayor, le dio tiempo de producir avances tan sugerentes como varios diseños de motores rotativos. En su vida produjo decenas de patentes, pero la considerable fortuna que ganó y que gastó en sus otros inventos vino de sus todavía en uso bolsas de papel. 

7. Mary Anderson — Limpiaparabrisas

Vida: 1866-1953. 

Otras actividades: fue viticultora, ranchera y gestora inmobiliaria. 

Durante un viaje en tranvía en tranvía de Nueva York en 1902, la promotora inmobiliaria y viticultora estadounidense Mary Anderson se percató de los problemas que el conductor tenía para hacer frente a la nieve que se pegaba a los cristales. Mientras manejaba el volante, tenía que ir abriéndola para que se escurriera hacia abajo. 

Tras diversos ensayos, en 1905 con registró la patente para el aparato limpia-ventanas de Anderson que, aunque era de accionamiento manual ya era muy parecido al brazo basculante con una lámina de goma que todavía hoy barre con una presión uniforme en todo su recorrido la superficie del las lunas de los coches, camiones, aviones de todo el mundo

Anderson trató por todos los medios de obtener un beneficio económico de su invento, pero además de que fue rechazado por numerosas compañías, tuvo la mala suerte de que su patente se registró en 1903 por 17 años. En 1922, tras el boom del automóvil, Cadillac incorporó el parabrisas de Anderson en sus coches, que se hizo rápidamente equipamiento estándar, pero ella jamás vio un dólar por ello. 

6. Barbara S. Askins — Autoradiofotografías

Vida: 1939 –  
Otras aportaciones: su invento mejoró la visualización médica de los rayos X. 

En la imagen, Barbara S. Askins.

Barbara S. Askins es la primera de las inventoras que cambiaron la Historia en esta lista que tuvo familia e hijos. De hecho, estudió y desarrolló toda su carrera después de tener familia. Tras obtener su master en ciencias por la Universidad de Alabama, fue fichada por la NASA y allí trabajó desarrollando la técnica de emulsiones fotográficas. 

Con sus aportaciones, se consiguieron mejorar las imágenes obtenidas en una emulsión fotográfica revelada y sometida a la radiactividad del espacio, ya que consiguió desarrollar un método que, al exponer la película a una segunda radiación, las imágenes  logradas fueran mucho más intensas. Este desarrollo, como muchos otros de la carrera espacial, ha implicó un inmenso paso adelante en la medicina, que mejoró su visualización de los rayos X. 

Askins ha obtenido numerosos reconocimientos, como el premio a la inventora del año 1978. Sin embargo, además de las millones de vidas que ha ayudado a salvar indirectamente, gracias a su trabajo varias generaciones pudimos disfrutar de las fantásticas imágenes de Marte y Venus obtenidas en los 70 por las misiones Mariner de la NASA y que hasta dos décadas más tarde, fueron las únicas disponibles de los planetas vecinos. 

5. Marion Donovan — Pañales desechables

Vida: 1917-1998.

Otras aportaciones: fue editora de las revistas Harper’s Bazar y Vogue.

Marion Donovan fue, quizá más que una inventora, una persona que dedicó su vida a la resolver de los problemas cotidianos a través de nuevos productos. Cuando tuvo una hija, se dio cuenta del problema que generaban los pañales de tela, que no solo arruinaban el resto de la colada, sino también frecuentemente la ropa de los bebés

Con una cortina de ducha, desarrolló una cubierta impermeable para su primer pañal desechable, que mejoró con la inclusión de broches de plástico en lugar de imperdibles. Obtuvo varias patentes de su invento y desde 1949 trató de venderlo sin éxito a las compañías del sector, así que abrió una tienda en la Quinta Avenida de Nueva York para comercializar sus pañales directamente. 

En 1951, le compraron su invento por la fortuna de un millón de dólares, pero ella siguió toda su vida elaborando soluciones imaginativas para problemas cotidianos, muchos relacionados con la mujer. De Donovan nacieron las cajas de pañuelos faciales, una abrazadera de calcetería o el DentalLoop, el primer hilo dental que no necesitaba de ser enrollado entre los dedos para ser usado. 

4. Temple Grandin — Ganadería humanizada

Vida: 1947- 

Aportaciones: máquina de dar abrazos.

Temple Grandin es de las inventoras más reconocidas de esta lista por el impacto de sus aportaciones y por su propia singularidad, ya que es autista. Se le han dedicado muchos documentales y varias películas a su figura, abajo puedes ver el trailer de la que le dedicó HBO en 2010. Sin embargo, ella ha conseguido de esa condición obtener no solo grandes beneficios sino alguno de sus inventos más reconocidos, como la máquina de dar abrazos.

Este dispositivo se utiliza en clínicas de todo el mundo para reducir la ansiedad y mejorar la atención de quienes padecen autismo y otras afecciones psiquiátricas. Pero además, Grandin se especializó como psicóloga en el comportamiento de los animales, además de en etología y zoología. Desde los años 70, Grandin ha reformado el sistema agropecuario de EE.UU. 

Con la invención e introducción de métodos de cuidado de los animales de granja mucho menos dolorosos y también es responsable de que los mataderos modernos sean, en la medida de lo posible, lugares mucho menos salvajes con las vacas. Sus avances en neuropsicología aplicados al autismo también han sido notables, empezando por si libro autobiográfico, publicado en 1986, que ha ayudado a millones de familiares de personas autistas a comprender mejor esta realidad. 

3. Sally Fox — Colores orgánicos

Vida: 1955-

Aportación: conservación de variedades autóctonas de algodón.

Sally Fox revolucionó la industria textil mundial a finales de los años 80 y, por suerte para todos nosotros, la suya ha sido una revolución ecológica y sostenible porque gracias a su insistencia hoy podemos adquirir prendas de algodón de casi cualquier color totalmente naturales. Y es que el 20% de la contaminación industrial del agua se debe directamente al sector textil. 

Mientras trataba de desarrollar plantas más resistentes a las plagas, Fox empezó a cultivar varias especies de algodón marrón y verde y a seleccionar las semillas más largas para replantarlas cada año. Combinando los resultados, empezó a obtener algodones de un color 100% natural que no necesitan se decolorados y, posteriormente, coloreados todo a base de productos químicos

En la actualidad y a pesar de haber ganado millones vendiendo sus productos a marcas de ropa de todo el mundo, Fox prosigue su labor de desarrollar nuevos algodones de colores. Cada color nuevo tarda aproximadamente una década en estar listo, pero a Fox, que no se considera una inventora, pero sí alguien que aplica la inventiva, eso no es ningún problema. 

2. Mary Phelps Jacob — Sujetador moderno

Vida: 1891-1970

Otros logros: fundó la editorial que publicó los primeros trabajos de Ernest Hemingway, Charles Bokowski o Henry Miller. 

Activista de los derechos de la mujer, editora, escritora, sin embargo, Mary Phelps Jacob pasará a la posteridad por haber desarrollado un invento que solo una mujer pudo pensar y necesitar: el sostén flexible moderno. A pesar de que la quema del sujetador fue una especie de símbolo del feminismo en los 60, medio siglo antes, otra feminista lo había inventado. En sus últimos años, Caresse Crosby —usó toda la vida el nombre de su primer marido—, trató de crear el centro mundial de la paz en un pequeño pueblo italiano. 

Cuando tuvo que asistir a un baile de gala en 1919, a la edad de 19 años, se dio cuenta de que el escote del vestido que iba a llevar dejaba a la vista gran parte del corsé de alambres que todas las mujeres de la época usaban. Con dos pañuelos, aguja, hilo y unos alfileres conformó un sujetador de urgencia. Sin embargo, durante aquel baile, todas las mujeres envidiaron la libertad de movimientos que le proporcionaba y le preguntaron dónde podían conseguir uno. 

Mary Phelps supo ver en seguida que ahí había un negocio y se puso a desarrollar su invento, que patentó en 1914. Al casarse, en 1920, hizo separación de bienes con su primer marido para poder fundar la Fashion Form Brassiere Company. Aunque finalmente desistió de continuar con su empresa y vendió la patente de su sostén por 1.500 dólares a una compañía que ganó 15 millones de dólares con él durante las tres décadas posteriores. 

1. Hedy Lamarr — Comunicación inalámbrica

Vida: 1914-2000

Otros logros: hasta 1958 rodó 30 películas.

La figura de Hedy Lamarr fue recordada en la película Bombshell realizada para Netflix en 20017. Y es que la suya fue una vida absolutamente de película. Superdotada, en 1933 abandonó sus estudios de ingeniería para dedicarse a la interpretación y ese mismo año participó en la película Extasis, donde su personaje aparecía totalmente desnudo y, además, fingía un orgasmo, dos cosas que jamás se habían hecho en el cine. 

Mientras proseguía con sus estudios, ayudó a su marido —un industrial vinculado con el Tercer Reich— a obtener contratos armamentísticos basados en sus propios avances. En 1937, huyó de la Alemania nazi y de su esposo y en el viaje hacia EE.UU. conoció a un productor que la contrató antes de llegar al país. Aunque retomó esta actividad, horrorizada por lo que había visto en Alemania, Hedy Lamarr empezó a colaborar con el gobierno norteamericano. 

De su trabajo con el compositor George Antheil se desarrolló un sistema de comunicación inalámbrico para torpedos teledirigidos por radio, mediante una técnica de modulación de señales que hacía saltar su frecuencia entre las 88 disponibles. Sin embargo, sus aportaciones no se usaron durante la Segunda Guerra Mundial porque, para que fueran verdaderamente eficaces hacía falta el desarrollo de la electrónica, que llegó en 1957. 

Aunque inicialmente su técnica tuvo solo aplicaciones militares, en los últimos años todo el mundo ha disfrutado del WIFI, del Bluetooth o del GPS gracias a la conmutación de frecuencias que Lamarr y Antheil patentaron. Su figura ha sido usada como inspiración por muchas actrices a la hora de preparar personajes de mujeres complejas e inteligentes, aunque como se ve en la extraña entrevista que puedes ver arriba y en la que aparece un joven Woody Allen, jamás se quitó el sambenito de ser la mujer más bella de su época. 

Noticia original de Business Insider España. Autor: Vicente Cano

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