El RACC identifica cuáles los tramos con más riesgo de accidente de la Red de Carreteras del Estado

El riesgo de sufrir un accidente grave en las carreteras convencionales es 3 veces mayor que en las autovías y casi 4 veces superior que en las autopistas

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El RACC ha presentado la 18ª edición del estudio de evaluación de carreteras EuroRAP con el que, un año más, ha analizado la accidentalidad en la Red de Carreteras del Estado (RCE) con la colaboración del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana y la Dirección General de Tráfico (DGT).

El estudio EuroRAP se publica cada año en España desde 2003 y evalúa más de 25.000 km de carreteras interurbanas de titularidad estatal con el objetivo de mejorar la seguridad vial.

Su metodología, utilizada en más de 100 países, compara el número de accidentes graves y mortales de los últimos 3 años en un tramo de carretera con el volumen de vehículos que circulan por él.

En la última edición de Resultados del Estudio EuroRAP el RACC ha identificado de 2.160 km con riesgo elevado de accidente grave o mortal, lo que representa el 8,6% del total de kilómetros y un descenso de 2,4 puntos respecto al año anterior.

En las últimas 8 ediciones del estudio, el número de kilómetros con un riesgo ‘elevado’ o ‘muy elevado’ se ha reducido del 18,4% (trienio 2010-2012) al 8,6% (trienio actual, 2017-2019).

El tramo de carretera con mayor riesgo de accidente está en Huesca

En España el 15% de la red de carreteras convencionales (de calzada única y un carril por sentido) tiene un riesgo ‘elevado’ o ‘muy elevado’ de accidente grave o mortal. El nivel de riesgo en estas vías es mucho mayor que en las carreteras desdobladas, que no presentan tramos de estos niveles de riesgo.

Por comunidades autónomas, encabezan la lista Aragón (18%), Asturias (14%), Galicia (11%) y Castilla y León (10%). Galicia tiene 3 tramos entre los 10 más peligrosos de España, y Andalucía tiene 2.

En el extremo opuesto Madrid es la única comunidad autónoma que no tiene tramos de elevado riesgo en su RCE (0%), seguida por La Rioja y Murcia con solo un 4%. En el caso de País Vasco y Navarra este porcentaje también es del 0%, en ambos casos porque prácticamente no tienen km de carreteras pertenecientes a la RCE.

El tramo con mayor riesgo de sufrir un accidente grave o mortal en España está en Huesca, en la N-240 entre el cruce con la antigua N-240 a Bailo y el límite provincial entre Huesca y Zaragoza, en un tramo que tiene una longitud de 13,8 km.

Recomendaciones del RACC para mejorar la seguridad vial

Desde el RACC consideran necesario dar un nuevo impulso a la seguridad vial en España con el objetivo de reducir los accidentes y las víctimas y de acercarse al objetivo de la UE de reducir un 50% las víctimas mortales en la década 2010-2020. Algo que todavía está lejos de cumplirse, puesto que la reducción entre 2010 y 2019 ha sido de solo el 29%.

En este sentido, el RACC presentó en 2017 sus propuestas “20 medidas para 2020”. Entre estas medidas destacan algunas relativas a la carretera, como extender las inspecciones y auditorías de carreteras a toda la red calificándolas por estrellas (de 1 a 5) en función de sus sistemas de seguridad (barreras, cruces seguros, protecciones para motociclistas, estado del firme, puentes, etc.) y planificar que al menos el 90% del tráfico interurbano circule por vías de 3 o más estrellas de seguridad.

Para lograrlo es necesario recuperar la inversión en mantenimiento haciendo también uso de los fondos europeos Next Generation de recuperación económica por la pandemia del Covid-19 para

  • Dotarse de un fondo extraordinario para la mejora de los sistemas de seguridad de las carreteras, optimizado mediante la aplicación de metodologías coste-beneficio como EuroRAP.
  • Desarrollar una infraestructura digital de carreteras que permita conectar vehículos e infraestructuras para incrementar la seguridad en situaciones de riesgo (meteorología extrema, vehículos parados en la vía, presencia de peatones o ciclistas, etc.).
  • Actualizar la señalización de orientación, con mejoras específicas adaptadas a una población en envejecimiento, inclusión de la velocidad en la señalización de los radares, etc.

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