Los 22 de Sánchez: de los ‘viernes sociales’ a los ‘martes huidizos’

El Gobierno traslada los Consejos de Ministros de viernes a martes, limitando el control parlamentario

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Tras convocar las elecciones generales del 28-A, en febrero de 2019, Pedro Sánchez anunció los «viernes sociales» para impulsar medidas laborales y de protección. Fue el nombre que dieron los socialistas a los Consejos de Ministros que tuvieran lugar en el periodo preelectoral, que acabó alargándose varios meses más por la repetición de los comicios en noviembre. De «viernes sociales», el Gobierno pasó a los «viernes antisoberanistas», un nombre que Sánchez no eligió pero que sirvió para explicar los Consejos de Ministros después de la sentencia del procés y antes del 10-N.

Pero el Ejecutivo ha anunciado este martes que ahora los titulares de los departamentos ministeriales se reunirán los martes y no los viernes. El efecto que esto producirá en la rendición de cuentas del Gobierno ante las Cámaras puede inspirar una nueva nomenclatura: los «martes huidizos». Y es que la decisión de adelantar al martes las reuniones semanales de los ministros condicionará la labor de control parlamentario ejercida tanto desde el Congreso de los Diputados como desde el Senado, según declaraciones de fuentes parlamentarias recogidas por Europa Press.

Los martes por la mañana que ahora se usarán para los Consejos de Ministros han sido durante décadas el momento tradicional en el que los ministros de turno ofrecen comparecencias en el Congreso y en el Senado. A partir de esta semana, esto ya no será posible, pues los ministros deberán estar en la Moncloa en su reunión semanal. Las sesiones plenarias copan la agenda de las Cortes los martes por la tarde y los miércoles y jueves por la mañana, por lo que las comparecencias del Gobierno se reducirán ahora a dos tardes: los miércoles y los jueves.

Para compensar la falta de ministros los martes por la mañana, el Congreso debe recurrir a los lunes y viernes, días que hasta ahora los grupos parlamentarios pedían liberar para que sus diputados pudieran estar en sus circunscripciones. Así las cosas, la decisión del Gobierno de coalición de Sánchez y Pablo Iglesias de pasar a los martes el Consejo de Ministros pone al Congreso ante un sudoku para ejercer control al Ejecutivo, no solo por estos acomodos de fechas, sino también por otras razones de peso.

Las sesiones de control

Las sesiones de control al Gobierno también comportarán cambios a raíz de esta medida. Hasta ahora, las preguntas a los ministros se han registrado los jueves por la tarde de la semana anterior pero con opción a introducir cuestiones de última hora los lunes, después del Consejo de Ministros del viernes y dos días antes del Pleno. De esta forma era posible preguntar al Ejecutivo sobre las decisiones tomadas el viernes anterior menos de una semana después de anunciadas, pero ahora previsiblemente habrá que esperar más.

Con los Consejos de Ministros celebrándose los martes por la mañana, la oposición solo podrá pedir explicaciones a las medidas aprobadas por el Gobierno ocho días antes. Fuentes parlamentarias coinciden en que ocho días es una eternidad en política porque no habrá tiempo para poder llevar a la sesión de control lo que el Ejecutivo haya aprobado en la víspera, a menos de que la Cámara modifique sus normas, que según las mismas fuentes es una posibilidad que debe valorar la presidenta del Congreso, Meritxell Batet.

En el Senado, las sesiones de control son los martes por la tarde, lo que complica aún más el panorama pues tan solo hay unas pocas horas entre la reunión del Gabinete gubernamental en Moncloa y las sesiones de preguntas al Gobierno. Además, los ministros no renunciarán a sus escaños de diputado, por lo que el Congreso podría replantearse sus días de votación en sesión plenaria ante la posibilidad de que haya ausencias en días determinados.

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