La productividad del tejido productivo se desploma por los ERTE y la pandemia

La recuperación económica se está produciendo a costa de una pérdida de productividad, debido a que las horas trabajadas aumentan más que la actividad, los ERTE o el agotamiento.

La productividad se ha desplomado en España.

La productividad peligra en España.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La economía española inició desde finales del mes de marzo la recuperación en la mayoría de sus indicadores tras más de un año de shock económico por la Covid-19, lo que ha propiciado a su vez una mejora del empleo, si bien ésta se está produciendo a costa del desplome de la productividad, uno de los mantras de la economía española que está siendo uno de los eslabones débiles de esta recuperación, con un cambio de patrón respecto a lo sucedido en anteriores crisis.

La incipiente recuperación económica está siendo intensa, con un incremento trimestral del PIB del 2,8% en el segundo trimestre, gracias a una notable expansión del consumo privado impulsada por la bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia, pero con una composición aún no idónea, ya que las importaciones crecieron más que las exportaciones, hubo una menor inversión y la productividad siguió desplomándose.

Los datos de Contabilidad Nacional del segundo trimestre reflejan que la productividad por hora efectivamente trabajada no ha logrado mejorar, sino que muy al contrario cedió un 7%, profundizando el retroceso del 0,6% del primer trimestre, y siendo la caída mucho mayor que el alza del 4,5% que se registró en el mismo periodo el año pasado. La productividad refleja la capacidad de la unidad productiva para emplear y gestionar de forma eficiente los recursos disponibles

Y es que aunque el empleo ha ido paulatinamente mejorando en los últimos meses y podría recuperar ya en el mes de agosto su nivel prepandemia, lo cierto los niveles de producción se encuentran muy alejados de las cifras de antes de la Covid-19 y podrían no recuperarse hasta la segunda parte del próximo ejercicio.

El empleo se recupera a costa de la pérdida de productividad

El avance en la vacunación, las mayores necesidades de personal en la hostelería con motivo de la campaña estival y las contrataciones de profesores de cara a septiembre están impulsando el empleo en el mes de agosto en España y ello ha llevado al Gobierno a realizar unas previsiones bastante positivas sobre los datos de afiliación a cierre del verano.

El Ministerio de Seguridad Social calcula que agosto cerrará con una afiliación media de 19,48 millones de personas, lo que supone un crecimiento de unos 80.000, según el último avance experimental de afiliación quincenal que publica el departamento de José Luis Escrivá.

De cumplirse la previsión del Gobierno, se trataría del cuarto alza mensual consecutivo, en términos desestacionalizados, y permitiría recuperar al final de mes aproximadamente el mismo nivel de empleo que existía en febrero de 2020, antes del inicio de la pandemia.

Esta recuperación del empleo frente a la merma de la producción y su no recuperación del todo hasta bien entrado el año 2022 refleja que la reactivación del empleo y la economía se está produciendo a costa de una pérdida nada desdeñable de la productividad.

Factores: parón de actividad, los ERTE y el agotamiento

Aunque los expertos consultados por Economía Digital auguran que este desajuste será coyuntural y en un no muy largo periodo de tiempo la productividad remontará, achacan la caída de productividad al parón de la actividad, ya que con el desconfinamiento un buen número de empresas reabrieron pero con un volumen de negocio más reducido.

De esta forma, aunque muchas empresas han vuelto a la actividad con menos trabajadores en activo, al incluirlos en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), ha sido frecuente que el volumen de negocios y actividad haya sido aún inferior respecto al personal, por lo que el empleo ha caído menos que el volumen de negocio y, en consecuencia, la productividad se ha desplomado y es inferior al nivel de empleo precrisis.

El economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, explicó a Economía Digital que la productividad por trabajador ha caído de manera importante como consecuencia tanto de la utilización de los ERTE como de la provisión de crédito del sistema financiero utilizando las garantías provistas por el ICO. Estos han permitido que en circunstancias de una caída histórica de la demanda y, en muchos casos, de la producción, se haya mantenido el empleo.

Precisamente, apuntó Cardoso, también han permitido que las relaciones entre empresa y trabajador no se rompan y ello ha hecho que cuando ha vuelto la demanda, la producción aumente de manera inmediata. En todo caso, hacia delante, y conforme la utilización de los ERTE decaiga, pronostica que las empresas cuyos ingresos no se recuperen completamente necesitarán de mecanismos de flexibilidad que les permitan conservar la mayor parte de puestos de trabajo.

En ese sentido, cree que sería recomendable continuar manteniendo disponible la opción que tienen actualmente de adherirse a los convenios sectoriales o descolgarse de ellos.

El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE), Antonio Pedraza, confirmó a Economía Digital que aún no se dan las condiciones idóneas para que haya una productividad elevada al no haberse recuperado del todo el ritmo normal de la industria. Pedraza avisó también sobre el lastre para la competitividad que supone el aumento de la inflación y también sobre otros parámetros como la deuda.

Los cuellos de botella y las restricciones en la actividad y la producción explican la caída de la producción, a lo que se suman también otros factores como el agotamiento físico y mental, que ha lastrado la productividad de los trabajadores en las pymes un 30% durante la pandemia, según una encuesta de Personio.

Cambio de patrón durante la crisis

La baja productividad del tejido productivo es uno de los problemas crónicos de la economía española y se ha agudizado en los últimos meses con motivo de la crisis debido a que las horas trabajadas han aumentado más que la actividad, y por lo tanto se ha producido una merma de la productividad de la mano de obra, algo inusual en los ciclos bajistas de la economía nacional.

Habitualmente los periodos de recesión y caída económica parejos a destrucción de empleo habían conllevado un alza de la productividad del factor trabajo, llevando a España a liderar el avance de productividad a nivel europeo, mientras que en las fases de recuperación la productividad suele disminuir.

Esto obedece, entre otros factores, a la casuística del empleo temporal en España, ya que el empleo que sobrevive a las crisis solía concentrarse en sectores con una reducida productividad, explican los expertos.La elevada dualidad del mercado laboral español contribuye a que los ajustes de capacidad de las empresas en los periodos de recesión se concentren en el factor trabajo.

Sin embargo, ese patrón ha variado en la crisis del coronavirus, que en materia laboral se ha caracterizado por los ERTE y el consecuente mantenimiento del empleo, por lo que durante la crisis la productividad no ha aumentado sino que ha disminuido.

Remontada a medio plazo

Los expertos insisten en que la productividad ha bajado bastante durante la crisis porque en un principio se pensaba que se recuperaría la actividad, si bien eso se ha ido aplazando y señalan como aspectos cruciales par asu mejora la educación, el capital humano y el capital organizativo de las empresas que tengan la capacidad de utilizar eficazmente su mano de obra disponible.

En este punto, apuntan a la “enorme” rotación laboral característica del mercado laboral español destruye capital humano específico de las empresas al interrumpirse de forma cuasi permanente los contratos temporales.

En todo caso, creen que el desajuste coyuntural de la productividad se irá corrigiendo este año a medida que vuelva la normalidad en el empleo tras los ERTE y se corrijan los cuellos de botella en el suministro de materias primas y productos intermedios que está lastrando la producción, sobre todo en el sector industrial, pese al mantenimiento de las plantillas.

Desde EsadeEcPol, el economista investigador del Centro de Políticas Económicas, Carlos Victoria, remarcó como uno de los grandes desafíos de España el aumento de la productividad, ya que a lo largo de la serie histórica ha sido mucho menos que la de los países vecinos, debido a los costes laborales unitarios. “La productividad solo va a crecer mediante inversiones en capital humano y progreso técnico; ahí deben estar centradas las inversiones”, apostilló.

Sergio Martín de Vidales Diago

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp