Las ciudades más coloridas del mundo para combatir al Blue Monday

Dicen que hoy es el Blue Monday, el día más triste del año. Para combatir la melancolía, proponemos viajar por estas ciudades que explotan de color y alegría

Cinque Terre, uno de los pueblos de colores más populares en Internet

Cinque Terre, uno de los pueblos de colores más famosos del mundo

¿Acaso hoy es el día más triste del año? Considerando que ya pasó la resaca de las fiestas navideñas y las vacaciones de invierno, que toda la Península se encuentra en medio de una borrasca, y que hay que arrancar la semana, es posible que lo sea.

La expresión Blue Monday (lunes triste), que nada tiene que ver con aquella canción de New Order, surgió por un estudio de un investigador de la Universidad de Cardiff, quien tomó en cuenta factores como el clima, la frustración por los deseos de Año Nuevo que no se cumplen, la pesadumbre por retomar la rutina; y otras consideraciones más o menos serias para determinar que el tercer lunes de enero es el día más melancólico del año.

La idea que el tercer domingo de enero es el día más triste del año surgió por un estudio realizado en la Universidad de Cardiff

Pues la mejor forma de evitar caer en ese sentimiento proponemos viajar por el mundo, aunque sea de manera virtual, por algunas de las ciudades más coloridas del planeta; para que a la tristeza azul se contraponga la alegría del arcoíris.

Cinque Terre (Italia)

Cinque Terre en realidad no es una ciudad, sino la unión de cinco pueblos de la costa de Liguria, todos parecidos pero ninguno igual, que repiten el patrón de decorar sus fachadas de colores vistosos, como si a alguien se le hubiera ido la mano con el filtro de contrastes en Photoshop.

El color de Cinque Terre

Estos son Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola Riomaggiore, que según un estudio de la plataforma Uswitch tienen un despliegue cromático de ocho colores predominantes, desde el rojo oscuro y el naranja intenso hasta variaciones del amarillo, verde y azul.

Burano (Italia)

Seguimos en Italia. Y no podemos dejar de hablar de Burano, una de las islas de la laguna de Venecia famosa no solo por la antigua producción artesanal de vidrio y piezas de encaje, sino también por sus coloridas casas, que ofrecen un bonito paseo cuando en La Serenísima hay demasiada gente paseando.

El color de Burano. Foto: Tjaard Krusch | Unsplash.

Dicen las leyendas que tal despliegue cromático se debe a que las casas así podían servir de guía a los pescadores y trabajadores que llegaban en barca en medio de la cerrada neblina que suele invadir la laguna.

Bahía (Brasil)

Esta es una de las ciudades más fascinantes de Brasil, heredera de un rico pasado colonial que no deja de lado un trágico pasado por el tráfico de esclavos.

Calles del Pelourinho. Foto Joel Oliveira – Unsplash

Precisamente el barrio de Pelourinho fue el primer hogar de cientos de miles de esclavos ni bien desembarcaron en Brasil; un lugar que tras ser nombrado Patrimonio de la Humanidad se convirtió en un colorido núcleo gracias a la rehabilitación de pequeñas iglesias y las fachadas de las antiguas casas.

Willemsatd (Curazao)

Muchas ciudades del Caribe tienen en su pequeño centro un variado despliegue de colores, pero sin duda uno de los más bonitos es Willemsatd, la capital de la pequeña isla neerlandesa de Curazao.

Se dice que el gobernador de Curazao ordenó quitar el blanco de las fachadas porque le daban migraña

Las casas de colores de Curazao.

Los colores pastel de las fachadas se reflejan en las aguas del paseo marítimo, un arcoíris que surgió tras la decisión de un gobernador colonial del siglo XIX que decidió eliminar el blanco de las casas porque, decía, le causaba migrañas.

Ciudad del Cabo (Sudáfrica)

Ciudad del Cabo ha sido durante décadas un potente foco de inmigración de pueblos del Índico. Uno de ellos es el malayo, que se asentó en el barrio de Bo-Kaap, sobre las laderas de Signal Hill, una de las formaciones que integran la imponente Table Mountain.

Este barrio de trabajadores comenzó a cambiar el blanco de sus fachadas por los colores para festejar el fin del Ramadán.

Calle de Bo-Kaap. Foto Devon Janse Van Rensburg – Unsplash

Otra versión indica que los esclavos liberados pintaban sus casas para anunciar a los vecinos que habían roto con las cadenas de su opresión.

La Boca (Argentina)

Este es uno de los barrios más interesantes para recorrer en una visita a Buenos Aires. Reconvertido en un potente foco turístico donde siempre hay parejas bailando tangos entre parrillas y tiendas de recuerdos, llama la atención la cantidad de comercios y casas (muchas de ellas viviendas populares bautizadas como ‘conventillos’) pintadas de vivos colores.

En el barrio porteño de La Boca los inmigrantes genoveses aprovecharon la pintura que sobraba de los barcos para pintar sus casas

En La Boca era más barato pedir pintura que sobraba a los astilleros. Foto Uswitch

Este mosaico cromático se habría originado a fines del siglo XIX, cuando los humildes habitantes del barrio (en su mayoría genoveses) aprovechaban la pintura que le sobraba a los barcos del puerto para decorar sus casas.

St. John’s (Canadá)

Gran parte del año la capital de la provincia de Terranova está atrapada por la niebla, o si es invierno, por la nieve.

Para darle un poco de alegría a los residentes y de paso para darle un empujón turístico a la ciudad en los años ’70 el ayuntamiento promovió el cambio de colores de las fachadas de su centro urbano.

Casas de color en St. John’s, en Terranova. Foto Pxhere

Así surgieron las ‘casas de gelatina’, que con sus tonos rojos, verdes, amarillos y azules emergen desde diferentes ángulos gracias a la complicada orografía de la ciudad.

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