5 experiencias gastronómicas que solo se pueden vivir en Navidad

Recetas reservadas a estas fiestas, castañas asadas, dulces icónicos (o con un twist), brindis y uvas de la suerte son algunas de las tradiciones relacionadas con las mesas de Navidad en España

Recetas, costumbres y tradiciones gastro de la Navidad. Foto: Hotel Urso.

Podríamos viajar por el mundo a través de las comidas navideñas que son típicas en cada lugar, del julbord en Suecia -más que un plato una suerte de enorme bufé típico de las Pascuas- al pollo frito y las ‘fortunas’ en Japón pasando por las tamaladas en México o el gourmetten en Países Bajos, la variante neerlandesa de la raclette suiza.

En España, por supuesto, tenemos todo un catálogo de tradiciones asociadas a estas fechas, que incluyen luces, belenes y mercadillos navideños y que, en el capítulo gastronómico, abarcan un buen número de propuestas que incluyen las recetas más típicas que dominan las mesas navideñas y los dulces que solo comemos en estas fechas, pero también costumbres arraigadas y de procedencia a muchas veces curiosa. Estas son las que no te puedes perder.

Castañas en los mercados navideños

Si el vino caliente y especiado es la tónica habitual en los famosos mercados navideños del centro de Europa, aquí el must para calentarse las manos mientras se hace turismo, ya sea para disfrutar de los espectáculos de luces que iluminan ciudades como Málaga, Madrid y, por supuesto, Vigo, o para volver a sentirlas después de un buen rato curioseando puestos de adornos y artesanías.

Las castañas asadas son un clásico de nuestra navidad. Foto: Rodrigo Jiménez | EFE.

Además de las castañas y los boniatos y aunque se sirve en cualquier momento del año, una buena taza de chocolate con churros es para muchos otros un pasaporte directo al espíritu navideño.

Recetas de Navidad

Ponerse un vino para cocinar, otro para cortar el embutido, otro mientras picas algo ‘ayudando’ en la cocina. Y aún no hemos llegado a la mesa de Navidad, en la mayoría de las casas un despliegue se sabores, colores y aromas que arranca con un buen surtido de entrantes.

Como si de una barra de pinchos se tratase (y casi olvidando los platos principales que vendrán después), las preparamos con los productos más icónicos de la gastronomía española: jamón ibérico, quesos, mariscos, conservas, encurtidos, hojaldres, carpaccios, foie… Y son solo los entrantes.

Besugo al horno. Foto: Cookpad.

Entrando en el menú, es muy frecuente encontrar un plato de cuchara en forma de sopa o caldo. El puchero andaluz, la escudella catalana, la sopa de ajo en Castilla – La Mancha, la crema de almendras en Baleares, el puchero y pelotas en Murcia, o la sopa de trucha en muchos lugares de Castilla y León son algunas de las más populares.

Entre los platos principales, los asados de cordero, cochinillo o ternasco -preferiblemente al horno de leña- y los pescados como el besugo o la lubina al horno son los reyes de las principales comidas y cenas como Nochebuena, Navidad y Nochevieja.

Los dulces de siempre (o con un twist)

Y si la mesa de entrantes parece larga, la de postres roza lo inabarcable. Nada más acabar la comida, la mesa se prepara para un festín dulce que, para muchos, es el que verdaderamente pone el sabor navideño en España.

La lista es larga y en cada región cuentan con sus propias especialidades, pero si hay algunos que destacan son los mantecados y polvorones de Estepa, los turrones de Jijona o el Pan de Cádiz.

Foto: Turismo de Jijona.

Y pese al auge del panettone y el pandoro los últimos años, si hay otro dulce muy nuestro es el roscón de reyes. Aunque se encuentra en pastelerías, cafeterías y restaurantes durante todas las fiestas, lo más tradicional es comerlo en la tarde del 5 de enero o en la merienda del día 6, después de que los Reyes Magos hayan dejado regalos a todos los niños.

La nota divertida está en encontrar la sorpresa que guarda en su interior, que dará suerte al afortunado en cuya porción aparezca (además del ‘privilegio’ de pagar el roscón del siguiente año).

Además de los clásicos, nuevos dulces (o, más bien, reinterpretaciones muy personales de los clásicos) se estrenan cada año para sumar aún más sabores a la mesa.

Es el caso de roscones de grandes chefs como el tres estrellas Michelin Dabiz Muñoz (DiverXO, StreetXO, RavioXO), que este año ha preparado con masa de brioche con cítricos y relleno de chantillí de maracuyá y mascarpone, adornado con semillas de amapola y salsa de dulce de leche con chile. Está cubierto de crumble de coco y salsa de chocolate blanco y maracuyá, decorado con daditos de jengibre confitado, bolitas de cereal y rosa y violeta cristalizada, y espolvoreado de leche de coco en polvo. Cuesta 45 euros y se puede adquirir en El Corte Inglés.

Además, turrones tan originales como los que lanza Torrons Vicens, para lo que ha contado con la colaboración del chef Albert Adrià y que incluyen turrones de Donuts, blando de pistachos, el relleno de relleno de praliné de avellana y crujiente de neulas, mandarina con praliné de avellana o marrón glacé.

Brindis 100% español

Brindis hay muchos pero, en la inmensa mayoría de las mesas españolas, el producto es uno: el cava. Seas de chocar al grito de ‘salud’, ‘chinchín’ o el ‘arriba, abajo, al centro y para dentro’ y siempre mirando a los ojos del resto de comensales, seguramente tu copa esté llena del espumoso español más reconocido internacionalmente.

Si quieres probar algo nuevo, busca este año cava elaborado en Requena (Valencia) o Almendralejo (Extremadura), ambos dentro del Consejo Regulador del Cava y cuyas bodegas elaboran amparadas en la D.O. Cava.

Sorprende este año con un cava extremeño. Foto: Bodegas Martínez Paiva.

Las 12 uvas de la suerte

La tradición más especial para cerrar el año arranca con familias y grupos de amigos enteros mirando a un reloj en la televisión, haciéndose un lío con los cuartos y tratando de comerse una uva por cada campanada cuando suenan las 12 en punto.

También se puede hacer en persona, por ejemplo en la Puerta del Sol de Madrid, donde más gente se concentra para vivir esta experiencia fuera de casa (de hecho, es necesario llegar a la plaza con varias horas de antelación).

Según la tradición, si terminas las uvas a tiempo tendrás un año lleno de suerte.

a.
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