Por qué Beso Beach es el chiringuito más famoso (y chic) de Formentera
Con el mar de frente y un concepto único, Beso Beach se ha convertido en una experiencia. Sin dejar de ser básicamente un chiringuito de playa, su propuesta es popular y democrática.

El famoso banco de El Beso Beach. Foto Francisco Fonteyne
Hay que estar decididos a compartir su propuesta gastronómica que baila entre el Mediterráneo y el Cantábrico, famosos entre las mesas y conversaciones de altos decibelios obligados por la música.
Así es Beso Beach, chiringuito de referencia del verano playero y marca de referencia internacional.
Los orígenes de Beso Beach
Todo comenzó al norte de Formentera en 2012, en Es Cavall d’ en Borràs, la playa sin olas que protege el alga posidonia y que forma parte del parque natural pitiuso de Ses Salines.
Diez años después, Rafa Viar y Angie López, pareja en la vida y socios en el negocio, cuentan con cuatro puntos más abiertos en este orden: Tulum (México), Ibiza, Sitges y Estepona. Todos ellos bajo el paraguas de un solo concepto: el mar como vecino inmediato, cocina comprensible para todas las nacionalidades y un servicio impecable.
Tras el chiringuito de Formentera Viar y López exportaron su marca a Tulum, Ibiza, Sitges y Estepona
Así es como en una década han logrado que su marca se reconozca como referente de una parada de playa obligada para los que vienen a llamarse “gente guapa y famosa”. Para los menos famosos es un espectáculo real, sin presentador ni cotilleos.
Todo es tal cual se ve y así se disfruta, porque es cierto que en la mezcla está el equilibrio, y si en un lugar eso fue y es cierto es en Formentera, el origen.
Veranos y besos
Su lema es tan popular que hasta un chiringuito de Port Lligat, en la Costa Brava, lo exhibe en su entrada indebidamente apropiado: “No hay verano sin beso”.
Y es que la frase se ha convertido ya en un genérico, y a menudo en la excusa perfecta para besos furtivos, oficiales y oficiosos, pero besos al fin. La copia, al fin y al cabo, puede considerarse un homenaje, pues nadie copia lo que está mal resuelto.
La clave de la música
La música, uno de los elementos más importantes de este tipo de negocio, está clasificada como Fresh House, que para quien no lo tenga claro significa música house evolucionada a un estilo más libre.
Messi, Ronaldo, McCartney, Moss, Naomi Campbell y Calvin Klein son algunos de los famosos que han pasado por Beso Beach
A los críticos musicales corresponde el análisis del cambio desde que Roger Sánchez, el DJ dominicano nacido en el neoyorquino Queens popularizó el género en Ibiza a mediados de los años 90, en plena cultura underground.
El caso es que encaja como anillo al dedo en el lugar y es, además, bailable, por lo que en cualquier momento, antes, durante o después de comer puede cualquiera marcarse los pasos que le vengan en gana. Y si el calor aprieta, basta caminar escasos metros para sumergirse en el mar.
Desfiles de famosos
Para los observadores resulta interesante descubrir rostros populares, pues por Beso Beach han pasado Orlando Bloom, Naomi Campbell (en Pedro de Ibiza le fabrican sus sandalias de cuero a medida), Calvin Klein, Kate Moss (una chica que siempre parece estar de mal humor incluso ahí), Cristiano Ronaldo y Cesc Fábregas.
También Leo Messi, que cada año repite Ibiza igual que David Bustamante, Cayetana Guillén o Mariah Carey, los siempre amables chicos Estopa, Mariano Rajoy, Paul Mc Cartney…Inacabable lista de famosos en una coctelera del verano mediterráneo.
El marketing detrás de Beso Beach
Angie López, que proviene del sector de la moda de grandes marcas, impulsa también el merchandising alrededor de la marca: indumentaria, accesorios de playa, piezas de bisutería y una colección de aromas diseñada por perfumistas profesionales.
Ella es, además, el rostro visible de la marca, la figura con la que todo famoso posa en la foto y la mayor coleccionista de besos.
Es lo que ocurre cuando se está al pie del cañón día a día, con la espléndida sonrisa puesta y el negocio organizado. Como ella misma dice: “El Beso es una forma de vida, una experiencia, un lugar para compartir. ¿Hay algo mejor que compartir?”
Su hija Judith Masoni la secunda como directora de marketing. De ella dice Angie “es el regalo de mi vida”.
Curiosidades de Beso Beach
Hay datos curiosos del chiringuito de Formentera, como que en tres horas se servían 1.300 mojitos. Antes del Covid, claro, que la vida hay que contarla así, antes o después de la pandemia.
También que es famoso por ser uno de los puntos de selfie obligados en el mundo, con la puesta de sol a la espalda y en una noche despejada las rocas Es Vedrá y Es Vedranet.
Curiosa también la anécdota del banco de madera, selfie obligado también, en la que se lee aquella frase emblemática: no hay verano sin beso.
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La anterior propietaria del lugar reclamó ese banco al vender su chiringuito. Su pretexto era más que sentimental: su hijo había fallecido en un accidente y ese objeto significaba su memoria.
La razón del éxito
Son muchos los que se preguntan por qué millonarios de todo el mundo se dan cita en las islas Pitiusas.
«Aquí el payés ha convivido con el hippy, muy a menudo hijo de millonario»
Anna Alós
La respuesta es fácil y la gente de Beso Beach lo tiene claro. La mezcla de todos los bolsillos, el trato igualitario a los famosos y la muerte de “el qué dirán” son sellos de esa geografía.
Allí nunca se ha cuestionado a nadie siempre que no afecte al vecino, el payés ha convivido con el hippy, muy a menudo hijo de millonario.
Después llegaron esos otros millonarios de cartera de tarjetas de platino a los que les cuesta más mezclarse pero van a los mismos lugares que los demás, solo que en vez de aparcar el coche alquilado se bajan del yate y se compran un pantalón de lino con betes de cinturilla (cintas para atar).
Estilo ante todo
Ya lo dijo Smilja Mihailovich: “Viste y actúa como quieras, pero siempre con estilo”. Se entiende que se refería al buen estilo.
Ella lo tenía, era esposa de un fontanero palaciego y amante de Pedro II de Yugoslavia, que una noche con más copas de la cuenta la invistió “princesa” y ella se quedó con el título de broma, con la agenda real y una casa de regalo en Ibiza.
Ese fue el verdadero motivo de la internacionalización de la isla, el mailing de una mujer croata, pequeña, con un físico anodino y lista como nadie, “la reina de las cortesanas”, como dice Ana P, una de sus mejores amigas en la isla. ¿A la falsa princesa le hubiera gustado El Beso? Probablemente sí, porque allí se puede vestir con lentejuelas (algunas las llevan incluso de día) y con pareo.
La experiencia está servida si el sello es El Beso, que cuenta también con una goleta turca para navegar entre Ibiza y Formentera, vehículos 4×4, y un helicóptero entre Barcelona y las Pitiusas con la marca impresa.
Lo ponen fácil para disfrutar del mayor privilegio que el ser humano posee: el tiempo. Sobre todo para besar despacio.