Sos del Rey Católico: un monarca top, una vaquilla y mucho que ver y comer
Al norte de la provincia de Zaragoza se halla Sos del Rey Católico, uno de los Pueblos más Bonitos de España, cuna de Fernando el Católico y lugar donde Berlanga rodó 'La Vaquilla'

En cada rincón de Sos del Rey Católico hay una imagen de postal. Foto: Ayuntamiento de Sos.
A unos 120 kilómetros de Zaragoza capital, en la comarca de las Cinco Villas, que engloba poblaciones como Sos, Uncastillo, Sádaba, Ejea de los Caballeros y Tauste, se descubre impertérrita Sos del Rey Católico, una histórica y bien conservada villa medieval, antaño lugar estratégico por su situación entre los reinos de Aragón y Navarra, que está ubicada entre montañas, muy próxima a los Pirineos y aledaña a la Sierra de Leyre.
No les vamos a engañar, hay que ser todo un valiente para decidirse a viajar a esta coqueta localidad (incluida en la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España) durante la época invernal porque realmente hace frío (las temperaturas bajo cero no extrañan a nadie) e incluso la nieve puede hacer acto de presencia en cualquier momento.
Y, sin embargo, merece la pena. Con unas impresionantes vistas a la sierra de Santo Domingo, la localidad es tan hermosa que produce en el viajero que la recorre esa sensación de estar sumergido dentro de la historia, que incluso quien pasea por sus centenarias calles le deja de importar la climatología.
Porque Sos, con una población que no llega a los 600 habitantes, es un pueblo medieval de ensueño, envuelto en un espectacular recinto amurallado, de calles empedradas y empinadas. Un lugar espléndido para callejear y complacer la vista con sus iglesias, sus casonas y palacetes de ricas fachadas típicamente aragonesas, con sus portadas con escudos y ventanas de inspiración gótica o renacentista, además de admirables rincones con encanto que irradian historia, tradición y apostura.
La cuna de un gran rey
Por otra parte, esta noble villa, declarada conjunto histórico artístico en el año 1968, es lugar de origen del rey Fernando el Católico, quien nació aquí el 10 de marzo de 1452, concretamente en el Palacio de Sada (hoy sede de la oficina de turismo, punto de partida de sus visitas guiadas y centro de interpretación para conocer la vida y la importancia histórica de este personaje).
Y, claro, todo el mundo que visita Sos se pregunta por qué tan ilustre dignatario real vio la luz en este pequeño pueblo aragonés. Pues básicamente por avatares de la historia que hicieron que la noble familia de los Sada acogiera a Juana Enríquez, madre de Fernando, cuando ya estaba en un avanzadísimo estado de gestación, pues no quiso que su hijo naciera en la cercana Sangüesa, ciudad navarra en la que residía con su marido el rey Juan II, ya que por entonces el monarca estaba enfrentado con su hijastro Carlos, Príncipe de Viana y pretendiente al trono de Navarra.
Así que la madre del futuro rey Fernando, años después esposo de la reina Isabel de Castilla, para evitar que su hijo entrara en una lucha intestina por la sucesión, optó por dar a luz a su regio descendiente en tierras aragonesas.
En recuerdo de tan insigne acontecimiento, el ayuntamiento de la villa solicitó a Alfonso XIII poder llamarse Sos del Rey Católico, y así ha sido desde enero de 1925.
Visitar Sos en torno al 10 de marzo, día en el que vio la luz por primera vez Fernando II de Aragón, es un planazo, pues todos los años se celebran las conocidas Jornadas Fernandinas. Durante unos días tienen lugar en sus calles recreaciones históricas, hay conferencias, conciertos y animación callejera. Además se ofrecen en sus bares tapas medievales y se representa un mercado medieval, entre otros actos y actividades para conmemorar el nacimiento del monarca.
Lugares imprescindibles
La verdad que hay mucho que ver en Sos del Rey Católico, por lo cual, lo mejor que podemos hacer es recomendarles los 9 lugares más interesantes que por nada del mundo hay que perderse.
En primer lugar, los portales. Se conservan en la actualidad siete portales de la muralla que dan acceso al recinto intramuros, entre ellos el Portal de Zaragoza, una de las antiguas entradas a la villa que conduce hasta la plaza principal, y el Portal de la Reina, con su torre erguida y esbelta, puerta almenada con matacán y curiosas inscripciones de la época de la Guerra de la Independencia contra los franceses.
El resto de puertas de entrada: Uncastillo, Jaca, Sangüesa, Levante y Poniente hacen mención a los nombres de los lugares hacia los que partía el camino tras salir de Sos. Todas, excepto el Portal del Mudo, que debe su nombre a la leyenda de un joven vecino que prefirió perder la lengua antes que revelar información a los franceses durante la guerra de la Independencia.
Es muy curioso observar la muralla medieval que se distingue entre los muros de las casas que la aprovecharon en su construcción. Algo que se ve muy claramente en el extremo norte de la población, justamente donde se sitúa el Parador de Turismo, donde se mantiene un buen tramo de lienzo completamente limpio.
Palacio de los ‘Español del Niño’
Tampoco hay que perderse el Palacio de los ‘Español del Niño’, una edificación renacentista de finales del siglo XVI. Manuela Pérez de Biel compró el palacio a mediados del siglo XIX y fomentó su uso como colegio para niñas. Hoy en día se está rehabilitando para albergar un Palacio de Congresos.
El Palacio de Sada es otro de los edificios más emblemáticos de la ciudad pues en su interior nació el rey Fernando el Católico. En su fachada principal, rematada con almenas, se observa el escudo nobiliario de Los Sada. El palacio alberga en la actualidad la oficina de turismo y un didáctico centro de interpretación que recrea la vida y la época del rey Fernando II de Aragón.
En la plaza de la villa, centro neurálgico de Sos, antiguamente lugar en el que se emplazaba el mercado, y rodeado de nobles edificaciones, se encuentra el Soportal del Mercado, un curioso rincón donde se conserva el hueco triangular en el que se colgaba la balanza romana y la hendidura vertical que correspondía a la vara aragonesa o jaquesa, elementos esenciales para que el almutazaf (oficial del mercado), ejerciera su potestad de control y vigilancia.
Barrio judío
En la misma plaza de la villa se alza también la Casa de la Villa, un majestuoso palacio renacentista de finales del siglo XVI y hoy sede del ayuntamiento de la localidad. Además del escudo de la villa, exhibe en su planta superior una bella galería de arcos de medio punto y un rico alero de madera habitual en los nobles edificios aragoneses.
Perfectamente conservada, la Lonja medieval es el lugar que ocupaba el mercado y también lugar de reunión del concejo durante gran parte de la Edad Media. Curiosamente, en el soportal de arcos apuntados se mantienen los dos orificios excavados que se utilizaban para guardar el hielo necesario para la conservación de los alimentos perecederos. Hoy es sede de la biblioteca municipal.
Además, la localidad cuenta con un barrio judío en la parte más alta del pueblo. De callecitas empedradas, no hay que perderse la calleja «salsipuedes», la Plaza de la Sartén o la calle Fernando el Católico.
Y un par de apuntes más para visitar: la iglesia de San Esteban, ubicada junto a lo poco que queda del Castillo de Sos, de la que puede verse su primitiva cripta, con pinturas murales góticas muy bien conservadas, así como su portada románica, una pila bautismal del siglo VIII y el famoso Cristo románico del Perdón. Tan sólo puede visitarse el interior de la iglesia con una visita guiada que sale desde el Palacio de Sada.
El segundo es la Torre del Homenaje, del siglo X, y único elemento en pie del primitivo castillo de la villa, además de uno de los mejores miradores desde los que observar el pueblo y sus alrededores.
Una vaquilla inmortal
No hay habitante de cierta edad de Sos que no recuerde con cariño y con cierta melancolía aquel emocionante verano de 1984 en el que el célebre cineasta Luís García Berlanga tomo literalmente las calles y las plazas de la villa, para convertirlas en un inmenso plató cinematográfico y rodar su célebre película La Vaquilla, un divertido y ácido filme que ofrece una visión tragicómica de la Guerra Civil Española y en la que participaron numerosos vecinos de Sos.
La película, estrenada en 1985, fue un enorme éxito de taquilla y de crítica y sirvió para situar a Sos del Rey Católico en el mapa. De hecho, La Vaquilla se ha convertido en una interesante ruta turística que transcurre por lo lugares reales donde se rodaron sus principales escenas.
En el año 2009, cuando se cumplieron 25 años de su estreno, el Ayuntamiento de Sos colocó un conjunto de esculturas de bronce, obra del escultor José Luís Fernández, que representan las 12 sillas utilizadas por los actores principales, junto a claquetas en las que pueden leerse algunas de las frases más recordadas de la película. El conjunto se completa con una escultura de Berlanga a tamaño natural, sentado y descalzo (como a él le gustaba rodar), que está estratégicamente colocada a la entrada del túnel que se dirige a la cripta de la iglesia de San Esteban.
Por otra parte y situada en una puerta independiente del Palacio de Sada, se halla el Centro de Interpretación de La Vaquilla, exposición permanente que dispone de dos salas con material fotográfico y audiovisual del rodaje de la película.
Pero Sos no fue tan sólo el escenario de la película de Berlanga, sino que el 2 de octubre de 2007, sus calles se convirtieron en el decorado perfecto para grabar el anuncio de la Lotería de Navidad de ese año, participando también como extras muchos de sus habitantes.
Gastronomía de Sos
La gastronomía es otro de los fuertes de esta localidad donde, entre otros, se disfruta de un magnífico ternasco de Aragón, así como de carnes de caza como el conejo, la perdiz, el ciervo o el jabalí, que forman parte de su tradición culinaria. Igualmente, son muy típicas las morcillas, las longanizas y los perniles.
También se destacan las borrajas, los cardos y las coles, así como las setas, pues es fácil encontrarlas en la zona a partir del mes de noviembre. Y no podemos dejar de lado las legumbres, en especial las alubias pochas, así como pescados como el bacalao y la trucha.
Con estos productos se preparan sustanciosos platos como las migas al pastor, el conejo y el pollo escabechado, los jarretes de cerdo guisados, así como el ternasco asado que nunca puede fallar, mejor si es un con vino local, como los que se elaboran bajo la calificación Ribera del Gállego-Cinco Villas, con uvas de variedades como la macabeo, cabernet sauvignon, garnacha blanca y syrah, entre otras.
Dónde comer en Sos del Rey Católico
Con una buena oferta de restaurantes, entre lo mejorcito de la localidad destaca el Restaurante Las Cinco Villas, ubicado en el interior del Parador de Sos del Rey Católico. Ofrece una sabrosa cocina genuinamente maña con especialidades como las borrajas en salsa de azafrán, los cardos con almendras y jamón, las migas con huevo y chorizo de matanza, el bacalao ajoarriero, y por supuesto, el delicioso y tierno ternasco de Aragón con patatas panadera. Precio medio: 40/50€
Merece la pena también acercarse al casco viejo de Sos, concretamente al número 13 de la calle Fernando el Católico para disfrutar de la culinaria del restaurante La Cocina del Principal.
Ubicado en una noble casa medieval del siglo XV, y considerado como uno de los establecimientos más emblemáticos del Prepirineo, está recomendado por la Guía Michelin y ofrece platos tradicionales como las pochas, alcachofas, cardos y borrajas, frutos naturales de la huerta, así como carnes rojas de caza, setas y ternasco de Aragón. Todo ello cocinado a la manera tradicional, a la brasa de carbón vegetal y asado al horno. Excelente ambiente, buena música, servicio atento y carta de vinos muy bien definida. Precio medio: 55/60€
Otra buena opción es el Restaurante Vinacua que encontrarán en el interior del hotel del mismo nombre (C. Pintor Goya, 26). Es un local muy frecuentado por los locales y destaca por su cocina de producto y por sus platos tradicionales.
Ofrece un menú diario a unos 17 euros a elegir entre 4 primeros, 4 segundos y 4 postres. Las alubias pochas, el bacalao y el conejo con caracoles son de diez. Además, muy ricas tapas. Precio medio: 20/25€