Los dos aspectos fundamentales a tener en cuenta al elegir el mejor coche eléctrico para ti

Con el paso de los años, y en busca de un futuro cada vez más sostenible, los coches eléctricos se han hecho con un papel prioritario dentro de la industria automovilística. Un tipo de vehículo que cuenta con grandes ventajas no solo para los usuarios, sino a nivel global, interfiriendo de forma directa en otros aspectos como el medioambiente.

Además, son el pilar fundamental en torno al que giran los planes de movilidad de cada vez más ciudades, en los que cuentan con una importancia capital, por encima de otros vehículos diésel o de gasolina. No obstante, a día de hoy aún se trata de un mercado desconocido para un gran sector de la población, que desconoce los aspectos básicos a tener en cuenta antes de dar el salto al eléctrico.

Si bien en lo que respecta a los coches tradicionales todo el mundo tiene una idea más o menos clara de los aspectos que debe valorar, una vez que entramos al mundo del eléctrico estos aspectos cambian por completo. Y si bien hay varios puntos en común a tener en cuenta en lo que respecta a los coches eléctricos y los de gasolina, los eléctricos cuentan con algunos aspectos fundamentales que pueden marcar la diferencia a la hora de decidirnos por uno u otro modelo.

Las claves que no debes olvidar al pasarte al mundo de los coches eléctricos

Dentro de los puntos en común entre uno y otro aspecto, como es lógico, el presupuesto disponible consolida el aspecto fundamental a la hora de entrar a valorar un abanico de modelos.  Al igual que ocurre con los coches tradicionales, establecer un precio máximo es un aspecto fundamental a la hora de sondear unos modelos u otros. Es importante tener claro si damos prioridad a la relación calidad-precio, o si queremos apostar por los mejores modelos del mercado.

No obstante, más allá del presupuesto y de todos los puntos en común con los vehículos de gasolina, hay dos aspectos que destacan enormemente por encima del resto: la autonomía y la recarga. Y a la hora de entrar a valorar estos dos aspectos, es importante también tener claro el uso que le daremos al vehículo. Y es que no es lo mismo buscar un coche para desplazarte por la ciudad, que uno para hacer largos viajes.

Por ello, volviendo al aspecto de la autonomía, este puede ser un punto en contra de los coches eléctricos, especialmente para aquellas personas que necesitan hacer una gran cantidad de kilómetros a diario, lo cual se ve ciertamente limitado con un coche eléctrico. Sin embargo, a lo largo de los últimos años, han aparecido modelos con una enorme autonomía que, sin llegar a competir con los coches de gasolina o diésel, sí mejoran bastante este aspecto.

De hecho, a día de hoy, un coche eléctrico es más que funcional para todo tipo de desplazamientos diarios, siempre y cuando sean por ciudad o por carreteras interurbanas. Esto está muy relacionado con la batería del propio vehículo, sobre la cual ya os brindamos algunos consejos a la hora de mantenerla intacta, por lo que apostar por un modelo con una gran batería será una apuesta segura si lo que necesitas son desplazamientos largos.

Para establecer una idea más o menos fija, una batería de 35 kWh tiene un alcance aproximado de 200 kilómetros, por lo que en lo que respecta al uso diario, a no ser que necesites desplazarte de una ciudad a otra, un coche eléctrico promedio es más que válido. Además, existen también modelos más avanzados que cuentan con una mayor autonomía, pero también se ve reflejado en un aumento considerable en el coste.

No obstante, la mayor ventaja de estos vehículos se encuentra en la recarga. Un factor que nos permitirá ahorrar mucho dinero en gasolina, y, aunque todavía no sea algo en lo que se ha realizado una inversión total, los puntos de carga están cada vez más presentes en la mayoría de ciudades, siendo un aspecto fundamental a la hora de poder recargar la batería de tu vehículo.

Por otro lado, también es posible cargar el coche en tu hogar, por lo que no tendremos que preocuparnos al acabar el día por el hecho de que al día siguiente la batería vuelva a estar a su capacidad máxima para cubrir otro largo viaje. Todo ello, eso sí, teniendo claro el límite de potencia de recarga que soporta nuestro vehículo a título individual, un factor fundamental si queremos conservar esta batería lo máximo posible.