La SGR valenciana multiplica por cuatro su actividad previa al covid 

Con más de un 80% de avales para autónomos, microempresas y pequeñas empresas, pasa de avalar operaciones por valor de 29 millones a superar los 130 millones

José María Badia, director general de Afin SGR

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La Sociedad de Garantía Recíproca valenciana (Afin SGR) ha multiplicado por cuatro su actividad de concesión de avales con respecto al ejercicio de antes del Covid. En 2019 formalizó avales por valor de 29,1 millones de euros, en 2020 alcanzó los 54,8 millones, en 2021 subió hasta los 169 millones de euros mientras que hasta el 30 de noviembre de este año ya lleva 130,8 millones de euros, es decir, cuatro veces más que lo alcanzado en 2019.  

Respecto a los tipos de clientes, más del 80% son autónomos o pequeñas empresas. Los trabajadores por cuenta propia (especialmente taxistas) suponen el 17% de las operaciones, mientras que las microempresas (menos de 10 trabajadores y de dos millones de facturación) reciben el 29,5% de los avales de Afin SGR. A esto se le suma que las pequeñas empresas aglutinan el 27% de los avales mientras que las medianas empresas suponen el 18,5% de los clientes de Afin SGR y la gran empresa, el 8%.  

Respecto a los sectores más representativos de la SGR, ninguno representa más del 15% de los avales formalizados. Entre los sectores más destacados están la hostelería, la alimentación, el textil y calzado, el químico o el automóvil. Además, relacionados con productos concretos podemos encontrar sectores más específicos como pueda ser el taxi, los bares y restaurantes o el pequeño comercio 

José María Badia, director general de Afin SGR, explica a Economía Digital que el objetivo de la sociedad es atender a las empresas valencianas. “Si somos el 10% del PIB nacional y el riesgo vivo que tienen todas las SGR de España es de 6.000 millones, nosotros aspiramos a tener 600 mllones”. Hace cuatro años, el riesgo vivo de Afin SGR era de 200 millones y actualmente supera los 400 millones.  

El cambio de rumbo de la SGR, que en 2011 tuvo una serie de fallidos ocultos y detectados por el Banco de España y cuyo rescate costó 421 millones, se ha superado con un cambio de métodos internos. “Hemos cambiado procesos, reestructurando y mejorando la eficiencia. Hemos pasado de hacer 200 operaciones a superar las 2.600 el año pasado. Esto no sólo es porque entran operaciones sino porque se han cambiado formas de trabajo para atender a esos volúmenes”. 

Además, durante este año se han firmado convenios con las entidades financieras que cubren el 95% de la red de oficinas bancarias de la Comunidad Valenciana.  

Morosidad del 1% tras la experiencia Covid 

La tasa de morosidad de la SGR se sitúa en el 1%. Según los datos de la compañía, el 81% del riesgo vivo tiene una clasificación normal de riesgo mientras que los fallidos se sitúan en 1,38 millones de euros. “Hemos pagado seis millones menos de lo previsto por impagos”, añade Badía.  

Este resultado se alcanza una vez pasada la experiencia del Covid, donde la SGR aumentó su actividad. “A la SGR llegan las operaciones más complejas y nuestra misión es avalar a las viables. El ejemplo más claro que hemos tenido ha sido con las líneas Covid. Nosotros avalamos para conseguir financiación a gran parte del sector de la hostelería y el taxi”, señala el director general de Afin Sgr.  

Jose María Badia explica: “Es difícil que con el negocio cerrado, la hostelería hubiera podido recibir financiación tradicional porque las entidades financieras no están dispuestas a financiar a un negocio cerrado. Y nosotros hicimos un estudio de su viabilidad y trabajamos un producto para dar oxígeno y que el negocio no cerrara para preservar el tejido industrial de nuestra zona”. 

El resultado, asegura, es más satisfactorio, tal y como se refleja en la tasa de morosidad de la sociedad. “Es verdad que el negocio de la hostelería ha repuntado con mucha fuerza y este verano era complicado encontrar mesa en un restaurante. Es difícil que con el negocio cerrado, la hostelería hubiera podido recibir financiación tradicional de entidades financieras privadas. Sin embargo, gracias a las líneas de financiación bonificadas del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), lanzadas para atender esta situación, y tras realizar un estudio adaptado de la viabilidad de cada negocio, se pudo facilitar la financiación necesaria para la supervivencia de estos negocios”, concluye Badía.  

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