Barcelona se ahoga ante la fiebre inmobiliaria extranjera

En la ciudad mediterránea escasean los inmuebles de calidad en un año en que ha registrado operaciones por un valor de casi 2.000 millones de euros

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Encontrar un edificio en condiciones es el mayor reto para los inversores. España se ha convertido en objeto del deseo del capital extranjero, atraído por la rentabilidad del ladrillo frente a los bajos tipos de interés. Las operaciones superan los 10.700 millones de euros en el país y Barcelona atrae hasta 1.977 millones; más que en los años previos a la crisis. «El único freno que puede haber es que el mercado no encuentre aquello que pide», alerta Anna Gener, directora general de Aguirre Newman en BCN.

Los inmuebles de calidad escasean en la ciudad mediterránea. «Encontrar 1.500 metros cuadrados en el centro para montar oficinas en un edificio de cierta calidad es prácticamente imposible», advierte Hipólito Sánchez, director de inversiones. Tras el Eixample, el lugar de deseo es ahora la zona del 22@. En 2015, la inversión ha aumentó a 885 millones de euro. Un 52% más.

Mientras, la moratoria hotelera imposibilita la apertura de nuevos alojamientos en zonas más congestionadas. «Ha dejado a mucha gente con ganas de entrar, pero la inversión no parece haberse resentido todavía», añade Gener. Se ha incrementado un 25% respecto al 2014 pero todavía está lejos de los 500 millones de 2013.

El Paseo de Gracia y Portal de l’Àngel, imposibles

Para rematar, la escasez en zonas comerciales como el Paseo de Gracia o Portal de l’Àngel hace que los precios se disparen a los 205 y los 260 euros por metro cuadrado al mes, respectivamente. La venta de la tienda de Adolfo Domínguez en la ‘milla de oro’ barcelonesa animará el mercado en los primeros meses de 2016.

El último de los afectados, las superficies industriales. «Es imposible encontrar en la primera y segunda corona una superficie que alcance los 20.000 m2»,  sentencia Sánchez. El crecimiento del comercio electrónico hace que cada vez se demanden mejores ubicaciones para cumplir con los plazos de entrega que establecen. Además, la llegada de Amazon a El Prat podría ejercer de señuelo para otras tecnológicas.

El residencial apuesta por el lujo

Pese a la exigüidad, la confianza es que el próximo año se mantenga la línea alcista. El motivo: «Quizás ahora mismo no, pero hay propietarios que querrán vender en un futuro cercano cuando vean la situación», anima la directiva. El principal beneficiado de un centro repleto de locales obsoletos es el mercado residencial. «Son muchos los que adquieren un bloque para rehabilitarlo y convertirlos en viviendas de lujo», explica. Los precios ya alcanzan los 9.000 euros por metro cuadrado en algunas zonas de la ciudad.

Los inversores son casi siempre extranjeros. El 85% del capital procede del exterior; entre fondos, instituciones y socimis. El porcentaje prácticamente se monopoliza en las grandes operaciones, donde las patrimoniales familiares no pueden competir.

Además, la limpieza de promotores que ha supuesto la crisis económica facilita el liderazgo internacional. «Ven que pueden otorgar valor al mercado y sustituyen a los actores locales tradicionales», ilustra. La previsión es que la tendencia se mantenga el año próximo y sigan colonizando las transacciones.

Pasan de la política

Un mantra ha rodeado siempre el mercado inmobiliario: «Necesita estabilidad política». Pues en el momento de mayor agitación de los últimos años, Barcelona parece desmentirlo. «No hemos recibido ni una sola petición para buscar una sede fuera de Cataluña y ningún inversor ha paralizado el proyecto por el clima independentista», destaca Sánchez. «Sí que existen cambios de domicilios sociales, con el consiguiente perjuicio, pero no se pierden puestos de trabajos aquí», completa Gener.

La previsión de Aguirre Newman para 2016 es que se igualarán los casi 2.000 millones de euros transaccionados en 2015. Una cifra superior a los años de bonanza económica. Siempre de la mano de dinero foráneo, la compra de oficinas, suelo y el sector residencial serán el principal impulso del sector.

Carles Huguet

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