El pavor real de los empresarios: ¿Podrá Mas controlar la situación el 28S?

La candidatura de Junts pel Si se ha coordinado para constituir el Govern e iniciar una negociación con el Gobierno central

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Las organizaciones empresariales se han expresado. Y han mostrado también su diversidad. El último en pronunciarse ha sido el presidente de Telefónica, César Alierta, quien ha asegurado que no existe ninguna campaña del miedo, como denuncia Artur Mas, sino una campaña «de realidad».

Alierta se refiere a dos grandes cuestiones que están relacionadas: la posible salida de Cataluña de la Unión Europea, tras una proclamación de independencia, y la salida de los bancos, porque no pueden quedar desamparados sin la cobertura del Banco Central Europeo. Una situación similar se produjo en Montreal, tras el primer referéndum soberanista en 1980.

La patronal catalana Foment, que preside Joaquim Gay de Montellà, fue precisa al alertar de esos peligros, pero fue contestada por un grupo de patronales de pymes, como la Cecot, arropadas por diversos economistas. Y, a pesar de otros pronunciamientos, de la CEOE, de Círculo de Empresarios, o de la patronal de la banca, el movimiento independentista sigue adelante, y Artur Mas proclama, sin titubeo, que el gran problema lo tendrá España si Cataluña no paga su parte de la deuda pública del Estado.

Votos prestados

Ante esta situación, y a menos de una semana de las elecciones, los empresarios han reducido todos sus temores a un hecho concreto: ¿Podrá Mas controlar la situación el 28S, dado que todas las encuestas dejan a Junts pel Si al borde de la mayoría absoluta?

Eso es lo que genera pavor. Gay de Montella podría realizar una aproximación a Mas para sondear lo que piensa hacer realmente con el mandato que reciba en las elecciones. Pero ahora el propio Mas está concentrado en lograr hasta el último voto del bloque independentista. La cuestión, sin embargo, y a ello se agarra el empresariado, es que Junts pel Si, tanto Mas, como Josep Rull, u Oriol Junqueras, por parte de ERC, es consciente de que está recibiendo en los últimos días el apoyo de potenciales electores no estrictamente independentistas.

Y que ese voto ‘prestado’ tiene un objetivo: negociar con fuerza ante el Gobierno español que salga de las urnas en las elecciones generales.

Reparto de áreas en el Govern

De acuerdo. Pero, ¿Mas puede controlar la presión? Las fuentes consultadas de la candidatura ofrecen total seguridad. El propio Mas la ha concedido en actos y en entrevistas: «No habrá en ningún momento inseguridad jurídica».

Eso pasa por esperar lo que ocurra en las elecciones generales, aunque no se ahorrará «una declaración de soberanía, de que se inicia un proceso hacia la independencia», se afirma, tal y como se acordó con Esquerra Republicana.

Para ello, Convergència y Esquerra han acordado la formación de un Govern en el que Raül Romeva, el cabeza de lista, ya tendría asignada una conselleria, la de Exteriores, y con Junqueras de presidente del Parlament. También se asegura que Mas-Colell seguirá como conseller de Economia, aunque él mismo aseguró que quería agotar el mandato, al incio de la anterior legislatura, y seguir su carrera profesional.

Todo controlado. Pero sobre el papel. Los impoderables son grandes. Y el empresariado, que ya admite que Mas podría ser, de nuevo, el gran interlocutor, teme que todo se desborde con una mayoría absoluta.  

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