CiU y ERC se tragan las estructuras de estado para aprobar las cuentas de 2015

La oposición reprocha que los ingresos sean "ficticios" y que el gasto social retroceda al nivel de 2004

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Los próximos meses serán duros para el President Artur Mas. También para su socio de gobierno, Oriol Junqueras, porque todo lo que pretenden impulsar, hasta septiembre, será poco más que humo.

Promesas que no se podrán transformar en algo tangible. Eso sí, el Govern de CiU, ya tiene, desde este miércoles, las cuentas de 2015 aprobadas, pero tanto CiU como ERC se han tragado las llamadas estructuras de estado, después de que el Consejo de Garantías Estatutarias las anulara al entender que vulneran la Constitución y el Estatut.

Precisamente, los presupuestos de 2015 se han aprobado tarde. Se presentaron en enero, pero es que el PP logró retrasarlos un mes, porque decidió objetar las estructuras de estado, como la creación de una Hacienda propia, ante el Consejo de Garantías. Y acertó, porque el Govern se ha visto obligado a dar marcha atrás.

Declaraciones de intenciones

Los grupos parlamentarios de CiU y ERC, –tras el reproche de Convergència de que había sido Esquerra la que, con sus enmiendas, había provocado que esas estructuras de estado fueran declaradas anticonstitucionales– acabaron negociando y pactando unas medidas descafeinadas. Se renunció a los proyectos de ley, para acabar con planes directorios, inventarios o catálogos.

Es decir, casi declaraciones de intenciones sin mayor trascendencia, pero que servirá para que el Govern de Mas y ERC afronten las elecciones con la idea de que se podrá poner en marcha un país nuevo, si los catalanes votan a favor de los partidos independentistas el 27S

Una prueba de ello es que ahora se insta al Govern a aprobar en cinco meses un Plan Director de la Administración Tributaria, que se deberá poder implementar en un año. Es la reacción tras la decisión del Consejo de Garantías de invalidar la pretensión inicial de que la Generalitat pudiera legislar sobre todos los tributos que se pagan en Cataluña, incluidos los tributos cedidos por el Estado, como el IRPF o el IVA.

Inventario de patrimonio

También se decidió, antes de que el PP lo impugnara, la modificación en tres meses de la Ley del Patrimonio de Cataluña con el objeto de «prever el mecanismo de inventario, división y reasignación de bienes de las administraciones». En otras palabras, se pretendía realizar un inventario para prepararse ante una posible victoria del bloque independentista el 27S. La salida acordada ahora es instar al Govern a elaborar en seis meses «un inventario del patrimonio de activos y pasivos de las Administraciones públicas de Cataluña y su valoración».

Los presupuestos se aprobaron, por tanto, con esas nuevas incorporaciones, que salvan las objeciones del Consejo de Garantías. El gasto previsto, para 2015, es de 22.481 millones de euros, con unos ingresos de 19.981 millones. La cifra que queda en el aire para cuadrar las cuentas, 2.500 millones, se confían a una negociación posterior con el Gobierno central. Los republicanos, a pesar de las distancias iniciales, también han acabado aceptando esas cuentas, calificadas por toda la oposición, como «ficticias».

Nuevas vías para obtener más ingresos

El diputado de ERC, Pere Aragonés, defendió los presupuestos, aunque con el latiguillo de que se ha aprovechado ya todas las posibilidades de unas cuentas autonómicas, y que la única salida es la creación de un estado propio. «Es necesario un cambio, dejar el estado español, dejar el estado de la dependencia y realizar el salto hacia la independencia», sentenció.

Sin embargo, otras fuerzas políticas reclamaron otras alternativas. La diputada del PSC, Alicia Romero, defendió la posibilidad de lograr más ingresos por otras vías, como la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica; reformando el impuesto de sucesiones; con la retirada de facilidades fiscales, o con una lucha más convencida contra el fraude fiscal.

La recuperación económica y el independentismo

El PP, por su parte, criticó que, pese a la idea de que el gasto social se ha incrementado, el volumen real en las partidas destinadas a sanidad, educación y bienestar social «se sitúan en los niveles de 2004». El diputado popular, José Antonio Coto, insistió en que el proyecto del Govern va perdiendo fuerza, como muestran las encuestas, a medida que la economía cobra aliento. «El separatismo se difumina con la recuperación económica». 

Los próximos meses, por tanto, serán muy largos para el Govern de Artur Mas, y también para el presidente de ERC, Oriol Junqueras. 

 

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp