Mas tira la toalla del 9N

El President propone como alternativa un “proceso participativo” y provoca la ruptural total con Esquerra, que pide ya unas plebiscitarias

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La consulta, amparada en el decreto de convocatoria del 9 de noviembre que firmó el President Artur Mas no será posible. No habrá un referéndum de autodeterminación.

El President Mas convocó este lunes, de nuevo, a los partidos pro consulta, por tercera vez, para buscar una salida ante la suspensión cautelar de la consulta por parte del Tribunal Constitucional. Con todos los plazos ya superados, con la renuncia de la mayoría de ayuntamientos a facilitar los locales para poder votar, y con escasas garantías democráticas para que se pudiera seguir adelante, Mas tira la toalla.

Y ha admitido, ante los partidos pro consulta, reunidos en el Palau de Pedralbes, que el 9N, como se había planteado, no será posible.

Un sucedáneo

La presión de Esquerra Republicana sigue siendo enorme. El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, conocía de antemano, como el propio Mas, los planes del Gobierno español, por lo que siempre ha defendido que se debía celebrar la consulta al margen de lo que dictara el Tribunal Constitucional. Pero ese umbral de la legalidad, Mas no lo quiere franquear.

Como alternativa, Mas ha propuesto exprimir al máximo la ley de consultas, y aprovechar algunos recovecos, que no estarían impugnados, a juicio del Govern, por el Tribunal Constitucional.

Se trata de apostar por un “proceso participativo”, sin todavía concreciones, que Esquerra Republicana y la CUP rechazan, al entender que se trata de un sucedáneo, según fuentes conocedoras de la discusión entre los partidos. La CUP convocó de inmediato una asamblea participativa en la plaza Sant Jaume en la misma noche para fijar su nueva posición, aunque desde el rechazo a que el 9N acabe siendo un sucedáneo menor.

Esquerra rompe con CiU

Y Esquerra salió de la reunión con cajas destempladas. No quiere saber nada de ese «proceso participativo», que podría ser, desde una encuesta hasta una audiencia pública o fórum participativo. Y Oriol Junqueras reclama ya, –el partido hizo correr una serie de puntos reivindicativos– unas elecciones plebiscitarias para que el nuevo Parlament proclame una declaración de independencia. Aunque se podía interpretar también –los republicanos deberán esclarecerlo– como la exigencia de una declaración inmediata en la actual cámara catalana.

Los republicanos admiten que «el Gobierno español ha hecho lo imposible» por impedir la consulta, pero también aseguran que el Govern de CiU no ha querido jugar a fondo la partida. Y, ante esa situación, después de recordar que Esquerra pidió entrar en el Govern para «blindar la consulta», no queda otra opción, a juicio de ERC, que unas elecciones al Parlament con carácter plebiscitario.

Es decir una ruptura total, que deja a CiU en una situación muy precaria.


El Govern ofrecerá una alternativa que nadie quiere

Ahora todo está pendiente de que el Govern ofrezca una alternativa. El propio Artur Mas la ofrecerá o dibujará su propio futuro político este martes a primera hora de la mañana desde el Palau de la Generalitat. Y el Consell Executiu analizará todos los flancos que se abren a partir de ahora.

Joan Herrera, el líder de ICV, aseguró, al finalizar la reunión, –el único que habló públicamente– que será en ese momento cuando todos los partidos se pronunciarán, pero que, en cualquier caso, el 9N «no se realizará como se tenía pensado».

Herrera se mostró escéptico con esa posibilidad. ICV había propuesto una gran movilización para el 9 de noviembre, pero lejos de una votación que todos los partidos son conscientes de que no se podía celebrar. La idea de los ecosocialistas, con poca recepción por parte de CiU y ERC, es que los ciudadanos pudieran firmar, en las puertas de los colegios electorales cerrados el 9N. Con esas firmas, a favor de poder votar, con un número muy significativo, ICV considera que la consulta «no se hubiera quemado», y que se podría presionar tanto al Gobierno español como a Bruselas.

Tensa reunión

Los dirigentes de los partidos pro consulta se reunieron este lunes en el Palau de Pedralbes desde el mediodía, con una interrupción sobre las cuatro de la tarde.

La cumbre se reanudó más tarde, hasta la noche. Con idas y venidas de los diferentes líderes, la discusión se centró en las posibles alternativas, para ofrecer a la ciudadanía catalana una opción que muestre el apoyo a una consulta. Y la tensión fue latente en toda la reunión, que ha finalizado casi a las diez y media de la noche.

Las consecuencias son claras: CiU y ERC han roto. No hay 9N. Y el futuro de Mas está en entredicho.


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