Arantxa Sánchez Vicario pierde la primera batalla en el juicio contra su familia

La juez de Andorra archiva la querella interpuesta contra su exabogado y exasesor, Buenaventura Castellanos

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Arantxa Sánchez Vicario ha sufrido el primer revés en la batalla judicial que la enfrenta con su familia, a quienes acusa de robarle buena parte del dinero que cosechó durante su brillante carrera como tenista. El juzgado de Instrucción número 4 de Andorra ha archivado la querella presentada contra el exabogado y exasesor de Arantxa, Buenaventura Castellanos, a quien la tenista atribuye –al igual que a su padre– delitos de apropiación indebida y administración desleal.

La jueza notificó la semana pasada el sobreseimiento provisional de Castellanos, ya que el exasesor de Arantxa “no era la persona que realizaba los actos de disposición ni ostentaba la condición de administrador”, según el auto de la juez firmado el 12 de julio pasado y al que ha tenido acceso Economía Digital.

El juzgado considera que, aunque Castellanos era el asesor financiero de la familia Sánchez Vicario en los años en los que Arantxa denuncia el robo de su dinero, asegura que no autorizó ninguna de las supuestas apropiaciones. El mismo auto sostiene que quien autoriza las operaciones bancarias que ahora se encuentran bajo investigación fue su padre, Emilio Sánchez Benito, que tenía poderes plenos para la administración de la fortuna de su hija.

Apelación

El auto concluye que no hay indicios suficientes para asegurar que el exabogado de Arantxa recibiera bienes o patrimonio de la tenista, tal como asegura Arantxa. La juez, que investiga los movimientos en las cuentas de Andorra de la excampeona, afirma que el experto financiero sólo recibió las retribuciones pactadas por sus servicios.

La decisión, que no es firme, podría ser apelada los próximos días por los actuales abogados de Arantxa que estudian recurrir, según fuentes cercanas a la tenista. El otro imputado, Emilio Sánchez Benito, el padre de Arantxa hoy con problemas de salud, seguirá bajo investigación, aunque fuentes judiciales consideran que la vía elegida por los abogados de Arantxa –la penal y no la civil– tiene pocas posibilidades de prosperar, dado que el padre contaba con plenos poderes para administrar los bienes de su hija.

La tenista mantiene otro juicio abierto contra sus padres, de 74 y 79 años, en Barcelona para desalojarlos del piso donde viven en la avenida Diagonal, propiedad de Arantxa.

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