El presidente de Freixenet reconoce el boicot que sufre la compañía

José Luis Bonet afirma que la protesta tendrá poca incidencia en los resultados del grupo

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El presidente de Freixenet, José Luís Bonet, reconoce que la compañía sufre boicot en Navidades. El empresario, que también encabeza la Cámara de Comercio de España, asegura que la protesta de ciertos consumidores no tendrá una «gran incidencia» porque campaña va viento en popa.

Bonet minimiza el impacto del boicot en la cuenta de resultados del grupo, pero alerta de que el «problema catalán existe» y debe ser resuelto «por el bien de todos […] y de la mejor manera posible». El empresario indica que es necesario tener «mucha paciencia y prudencia; hay que hablar y llegar a consensos y yo no veo otra manera de solucionarlo que tendiendo puentes».

Consecuencias económicas del proceso

El presidente de Freixenet es uno de los empresarios catalanes que más distancia ha tomado con el proceso soberanista liderado por Artur Mas y ha mostrado públicamente su opción. Se ha reafirmado en sus tesis este martes en el Foro Nueva Murcia.

Además de ser una opción política, Bonet avisa de las consecuencias económicas que provoca, como el boicot al cava. La protesta actual está lejos de la de 2004, cuando el Consejo Regulador del Cava calcula que se perdió el 10% del mercado interior por unas declaraciones del entonces líder de ERC, Josep Lluis Carod-Rovira. El político pidió que se boicoteara la candidatura olímpica que había presentado Madrid para organizar los Juegos Olímpicos de 2012 y su demanda tuvo un efecto rebote.

De hecho, fuentes cercanas a la organización que fiscaliza el sector afirman que el segmento de mercado que cambió en ese momento el cava por otros espumosos nunca se ha recuperado.

Responsabilidad del Gobierno central

Bonet ha repartido las responsabilidades del conflicto actual entre el Gobierno de Artur Mas y el central. El empresario, que a título individual se ha mostrado cercano a las tesis del PP, considera que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha estado «acertado en algunas cosas» y ha fallado en otras al lidiar con el envite nacionalista catalán. «Como todo el mundo», ha matizado.

Asimismo, ha calificado de «incidente» la admisión a trámite por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) de la querella por supuesta desobediencia al organizar el 9N contra Mas, la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, y la consejera de Educación, Irene Rigau.

Bonet ha evitado ir más allá en la valoración del proceso judicial contra el Ejecutivo catalán. «No conozco el tema en profundidad», ha alegado.

Economía Digital

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