Freixenet vs. Codorníu: cisma entre los reyes del cava por el prosecco

Los dos grandes del cava apuestan por estrategias diametralmente opuestas con el prosecco, el producto que más hace la competencia al espumoso

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“No somos champagne, somos Codorníu”, clamaba hace un lustro la cavista catalana en su eslogan publicitario. Hoy, prepara una nueva campaña para diferenciar el cava del prosecco, el espumoso italiano que roba cuota de mercado al vino catalán en Europa. En cambio, el otro grande del sector, Freixenet, decide unirse al enemigo y triplicará la producción a lo largo de 2019- “No roba clientes al cava”, insisten.

El nuevo plan estratégico que el fondo estadounidense Carlyle tiene ya en marcha para Codorníu incluye una potente campaña internacional con tal de tratar de concienciar a los clientes de las diferencias en la elaboración del cava frente al prosecco. El primer accionista de la decana del sector asegura que quiere potenciar la producción tradicional del producto y no probará otras aventuras tras abandonar, ya hace dos años, la elaboración de la marca blanca.

La empresa ahora dirigida por Ramón Raventós tiene una dificultad añadida: no tiene bodegas en la región italiana de la que procede este vino. Así, en su hoja de ruta aboga por estrechar vínculos con los viticultores del Penedès e invertir en las bodegas de Sant Sadurní, obsoletas en algunos puntos, según ha podido saber Economía Digital.

Freixenet insiste: «El ‘prosecco’ no roba cuota de mercado al cava»

La estrategia de Codorníu contrasta con la de Freixenet. “Con el proseccoFreixenet aspira a llegar a nuevos públicos y atraer al consumidor más joven con el fin de acercarlo al mundo de los espumosos”, explican desde el líder del cava. Con tal de acercarse a estos nuevos consumidores, la empresa propiedad del grupo alemán dr.Oetker y la familia Ferrer triplicará el volumen de botellas del espumoso.

El consejero delegado de Freixenet, Pedro Ferrer explicó en la presentación de la campaña de Navidad que en 2020 aspira a poner al mercado unos 15 millones de unidades frente a los cinco millones que se producen en la actualidad. “El objetivo es saltar del 5% que el prosecco representa ahora mismo en la división de espumosos a un volumen que ronde el 15%”, cuantificó.

El vino se producirá en la región italiana de Véneto, donde el grupo Henkell Freixenet ya cuenta con bodegas.

Tanto trabajadores como pequeños elaboradores lamentan que la apuesta por el prosecco va en detrimento del cava, pues se trata de dos espumosos que muchos clientes no logran diferenciar y el precio del vino italiano es inferior debido a sus bajos costes de producción. Freixenet responde: «En el Reino Unido, el primer mercado de Freixenet Prosecco, el incremento de esta bebida ha sido parecido al incremento del cava», sostiene. Y da otro ejemplo: en Finlandia, Freixenet logró ser la primera marca española de espumosos y también la primera de ​prosecco».

La posición de la DO Cava

Con estrategias diametralmente opuestas, Freixenet y Codorníu comparten mesa en el Consell Regulador del Cava, el organismo que rige la Denominación de Origen. Por el momento, las divergencias no saltaron a la palestra y las votaciones de la institución –como el nuevo presupuesto que incrementa las cuotas de sus afiliados– salieron adelante con el voto de ambas empresas.

Presidida por el exconsejero delegado de Codorníu, Javier Pagès, el consejo se acerca más a la tesitura de la decana del sector. La organización ya trabaja en dos campañas para poner en valor del cava. La primera: la segmentación de las botellas según la viña de la que procede el producto para que así el comprador pueda conocer la calidad de la uva y si la botella está elaborada de por un productor artesanal o simplemente un marquista.

El segundo proyecto ya en marcha es el de la zonificación de la DO Cava, una de las peticiones históricas de los pequeños productores que impulsaron la marca Corpinnat, fuera del sello cava. Todavía por definir, el plan pasa por delimitar diferentes regiones –como podrían ser Cataluña, Extremadura, Valencia— para hacer explicita la procedencia del espumoso.

La sangre entre Freixenet y Codorníu no llegó todavía al río y, pese el mosqueo de los pequeños elaboradores, con la primera, el Consell Regulador trata de mantener la normalidad tras la ya escisión de Corpinnat. El próximo golpe podría sufrirlo de la propia Codorníu, que también trabaja para elaborar otros vinos desde el Penedès fuera del paraguas.

Carles Huguet

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