La ruptura de Álvarez y el oficialismo de Cilleros encienden la UGT

Los 601 delegados eligen al sustituto de Cándido Méndez con muchas dudas sobre quién debe dirigir el futuro de la central refundada, con solo tres federaciones

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El debate sobre el derecho a decidir, por el que aboga Josep Maria Álvarez –al frente de UGT en Cataluña desde 1990–, se va a colar en el cuadragésimo segundo congreso confederal de la central sindical que, hasta el próximo sábado, reúne en Madrid a 601 delegados, encargados de elegir al sucesor de Cándido Méndez como secretario general.

Y todo apunta a que, si la discusión sobre este asunto se encrespa en exceso, pudiera dar al traste con el ligero favoritismo con el que parte Álvarez que, en principio, cuenta con el apoyo de las dos mayores federaciones, la de Servicios Públicos y la del Metal y Construcción.

Si lo de Cataluña no da lugar a un enfrentamiento entre los delegados, Álvarez haría valer este apoyo. Si lo hace, el monolitismo de voto quedaría roto, con lo que la candidatura de Miguel Ángel Cilleros ganaría enteros para suceder a Méndez, su principal valedor.

Cilleros es el secretario general de la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo, que agrupa a sectores como el ferroviario, aéreo, transportes urbanos, marítimo, comercio y hostelería.

Además de Álvarez y Cilleros, el líder del sindicato en Canarias, Gustavo Santana –el más joven de los tres candidatos, con 40 años–, se convierte en la tercera opción, caso de lograr –no será fácil– el 25% de los avales de los delegados.

Intenso debate interno

El debate interno se presume tenso. Por muchas razones. Los dos principales candidatos, Álvarez y Cilleros, acuden a la cita con grandes dudas provocadas por la clara división interna existente por el proceso de fusión de federaciones.

Las de Cilleros, incluso con voces discordantes en su propia federación que han jalonado su mandato de sanciones, inhabilitaciones y denuncias. Y, en el caso de Álvarez, cuyo manifiesto apoyo al derecho a decidir sobre el futuro político en Cataluña ha provocado la división en la mayoría de las delegaciones territoriales.

Federaciones y estructuras territoriales

El formato del congreso contempla que las seis federaciones, junto a las organizaciones asociadas (los autónomos de UPTA, la agraria UPA y los pensionistas) aportan 361 delegados, y las estructuras territoriales los restantes 240.

Históricamente, el voto férreo de los de los delegados de las federaciones hacía vale su peso en oro, pero la incertidumbre derivada de la reducción, de seis a tres, de esas federaciones, hace que todo quede en el aire.

Cambio de voto a última hora

Hay muchos intereses en juego, y muchos de los 601 delegados acudirán al congreso con un voto endeble que, en función de cómo se desarrollen los acontecimientos, podría cambiar hacia un lado o hacia otro.

De partida, Álvarez contaría con la ventaja que le otorga el apoyo de las dos grandes federaciones (Servicios Públicos y Metal y Construcción), mientras que Cilleros, además de la actual cúpula, contaría con el respaldo de la federación que dirige, la de Servicios para la Movilidad y el Consumo, y con el de la Servicios Privados.

Comisiones

Las delegaciones se repartirán por cuatro comisiones de trabajo. Dos dedicadas al ordenamiento interno del sindicato y otras tantas al programa fundamental y al programa de acción para los próximos cuatro años.

El 78% de los delegados y delegadas estarán en estas últimas y sólo el 22% se dedicará a los asuntos internos. Se han presentado a discusión 2.536 enmiendas a los documentos base que se debatirán en las comisiones, con cuestiones en las que, además de la reorganización del sindicato en tres federaciones estatales fuertemente sectorializadas, se plantea la limitación de mandatos o la adaptación de las uniones autonómicas a las características de cada ámbito territorial.

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