Las empresas trazan su plan para esquivar la huelga de estibadores

Patronal y sindicatos retoman las negociaciones para tratar de evitar un parón que, además de condicionar la actividad en los puertos, puede dejar sin suministro a las principales firmas del país

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El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, tomó este viernes una decisión que puede acarrearle la primera gran crisis de su mandato. Con la aprobación del decreto que liberaliza las contrataciones en el sector de la estiba, la posibilidad de una huelga que paralice los puertos durante buena parte del mes de marzo está cada vez más cerca, aunque patronal y sindicatos seguirán negociando estos días para evitar un parón que puede pasar factura a muchas de las principales empresas españolas.

Es el caso del gigante de la moda Inditex que, a pesar de que mueve por mar sólo un pequeño porcentaje de sus productos, ya empieza a registrar demoras en las entregas. En el puerto de Vigo, una de las radas desde las que opera, los retrasos afectan a 30 contendores cuya mercancía –alrededor de medio millón de prendas–, todavía no ha llegado al centro de distribución de Arteixo.

No obstante, fuentes sindicales indican que la compañía tiene alternativas para paliar esta situación, aunque de momento no les han trasladado ningún plan de contingencia. Mover la mercancía por carretera es la opción más socorrida por las compañías y adelantar pedidos son los ases que se guardan en la mano las empresas para hacer frente a los paros previstos para los días 6, 8, 10, 13, 15, 17, 20, 22 y 24 de marzo.

Las frutas exóticas, las más vulnerables

El de la alimentación es otro de los sectores clave en los puertos españoles. Mercabarna, un enorme centro de aprovisionamiento y distribución situado en la Zona Franca de Barcelona, agrupa a más de 700 empresas dedicadas a las frutas y hortalizas, la carne y el pescado.

Según explican fuentes de esta sociedad, los productos que más riesgo correrían ante una crisis prolongada serían los productos hortofrutícolas. Por su carácter perecedero –el pescado que llega en contenedores a la capital catalana casi siempre es congelado– y por el peso de las importaciones, sobre todo en frutas y hortalizas exóticas (piña o aguacate) o contra-estación (melones, uvas o cerezas), que se trasladan en grandes contenedores desde los proveedores del hemisferio sur. No así las exportaciones, que tienen como destino Francia u otros países europeos, a los que llegan por vía terrestre.

Aun así, los mayoristas de Mercabarna relativizan por ahora el posible impacto de la huelga. «Al ser en días alternos, programarán sus barcos y envíos para sortear los paros», explican fuentes del centro logístico. «Ya están acostumbrados a encontrarse con problemas en los puertos; y cuentan con alternativas», explican. Una de las empresas consultadas mencionó la posibilidad de utilizar el puerto de Rotterdam (Países Bajos) como alternativa de salida o llegada, si es que el conflicto no tiene solución inmediata.

Seat se organiza

Otra de las industrias clave es la del motor. Desde el puerto de Barcelona salen diariamente en torno a mil coches de la marca Seat provenientes de la planta de Martorell, a escasos treinta kilómetros del puerto. A los mismos muelles, y también con una frecuencia diaria, llegan los motores alemanes que harán funcionar a estos vehículos. 

Aun así, fuentes próximas al fabricante español por ahora quitan hierro a la incidencia de la huelga sobre su actividad. La posibilidad de cargar y descargar los martes, jueves y fines de semana abre la puerta a concentrar la actividad portuaria de Seat en esos días –también a acelerar la actividad en los días previos a los paros– , explican. Por su parte, en el caso de los motores que llegan desde Alemania, la marca contempla como alternativa traerlos por carretera si la vía marítima está colapsada.

Materias primas aseguradas

Otra industria fundamental es la del petróleo que, a diferencia del resto, no se verá afectada por la huelga de la estiba por las particularidades de su operativa en puerto, con lo que no habrá riesgo de desabastecimiento en las estaciones de servicio. Como explican desde la compañía, el crudo se distribuye directamente desde el barco a sus refinerías a través de poliductos propios, con lo que no es necesario el transporte dentro de puerto. Sin embargo, los graneles sólidos como el azufre o el coque sí que precisan de estibadores para su descarga, pero la empresa apunta que dispone de espacio de almacenamiento suficiente para poder hacer acopio de estas materias.

Contar con instalaciones propias es una ventaja para Repsol, pero también para otras empresas como la multinacional del aluminio Alcoa. En Galicia, en la localidad lucense de San Cibrao, la compañía dispone de un muelle propio en el que las labores de estiba las realiza personal de la propia empresa.

Esto no ocurre en el sector químico, uno de los grandes motores exportadores de la economía española. Jesús Soriano, director del área de Logística y Transporte de Feique (Federación Empresarial de la Industria Química Española), explica a este diario que desde la patronal recomiendan a sus asociados dos líneas de actuación: planificar vías alternativas de aprovisionamiento o expedición de mercancías, como pueden ser las terminales intermodales de los puertos españoles o muelles ubicados al sur de Francia (Marsella) o Portugal (Sines, Lisboa u Oporto), y negociar días de carga y descarga alternativos con clientes y proveedores, según cómo se desarrollen los paros.

El plan de Fomento

Más allá de estas recomendaciones, Soriano apunta que una de las claves estará en los servicios mínimos fijados por Fomento –el sector químico transporta una gran cantidad de mercancías peligrosas, que presumiblemente no se verán afectadas por la huelga– y en «las acciones que se puedan derivar» de la protesta, como pueden ser el cierre completo de algunas puertas en accesos o los problemas derivados en las carreteras.

En el Ministerio de Fomento también tienen un plan de contingencia preparado para evitar el desabastecimiento de productos en caso de que finalmente se lleve a cabo el calendario de tres semanas de paros en los puertos. Dicho plan se basa fundamentalmente en el establecimiento de unos servicios mínimos que garantizan el tránsito de mercancías perecederas, peligrosas y los transportes a las islas y Ceuta y Melilla.

Además, el departamento que dirige Íñigo de la Serna abordará, en función de su actividad, planes específicos para cada uno de los puertos, por los que entra y sale del país un volumen de carga anual valorado en unos 200.000 millones de euros, que supone el 86% de las exportaciones y el 60% de las importaciones.

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