Samsung sobrevive al annus horribilis del Galaxy Note 7

Samsung, empujado por un gran cuarto trimestre, aumentó sus beneficios el 11,3% en 2016, el año de los mil y un escándalos

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Samsung Electronics consiguió aumentar sus ganancias el 11,3% en el último ejercicio y mostró unos resultados especialmente buenos en el cuatro trimestre, que indican una sólida recuperación tras el varapalo financiero que supuso la retirada de su teléfono Galaxy Note 7. El gigante tecnológico surcoreano logró en todo el ejercicio un beneficio neto de 22,73 billones de wones (18.180 millones de euros), el 11,3% más que en 2015, mientras que en el último trimestre del año registró un buen resultado gracias a su rama de chips y pantallas.

Entre octubre y diciembre la ganancia neta fue de 7,09 billones de wones (5.669 millones de euros), el 13,3% interanual más y un 56% superior a los tres meses precedentes. En ese lapso, su beneficio operativo fue además de 9,2 billones de wones (7.350 millones de euros), lo que supone un 50% interanual más y su mejor dato desde el tercer trimestre de 2013.

Para rematar estos resultados -que se situaron por encima de las previsiones de la mayoría de analistas– y subrayar la robustez de sus balances, Samsung anunció también que acometerá una recompra de acciones valorada en unos 9,3 billones de wones (7.425 millones de euros).

Esto implicará el pago de dividendos, en concepto del ejercicio 2016, por un total aproximado de 3,8 billones de wones (3.034 millones de euros), casi un 25% más que en 2015. Así, Samsung se apreció este martes el 0,26% en la Bolsa de Seúl y muchos economistas prevén más alzas y nuevos máximos históricos para sus títulos en el futuro próximo.

Crisis del Galaxy Note 7

Estos números actúan de bálsamo después de los peligrosos incendios que sufrió el phablet Galaxy Note 7 de la compañía, que obligaron a dejar de fabricarlo el pasado octubre, lo que le supuso un coste operativo de 6,1 billones de wones (4.876 millones de euros).

Aún así, y pese a que entre octubre y diciembre las ramas de pantallas o semiconductores (cuya facturación creció un 12% interanual) tiraron del carro, el sector de telefonía también mostró que se está sacudiendo cualquier efecto que el fiasco del Note 7 haya podido tener sobre su imagen.

La compañía de Suwon (sur de Seúl) vendió en el último trimestre del año 90 millones de teléfonos (el 80%, smartphones) y con ello logró ingresar 22,65 billones de wones (18.076 millones de euros), un 3% más que entre julio y septiembre, cuando comenzaron a salir a la luz los fallos del mencionado modelo.

Ralentización del mercado

El mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo espera además que en el primer trimestre de 2017 -periodo en el que lanzará su nuevo teléfono de bandera, el Galaxy S8– aumenten sus ventas de terminales.

No obstante, a lo largo de 2017 también prevé «que el crecimiento del mercado de los teléfonos intelegientes se ralentice, pese a que los nuevos servicios como los relacionados con la Inteligencia Artificial supondrán una nueva oportunidad para diferenciarse», según detalló en un comunicado. En todo caso, los datos de este martes cimentan, junto al informe presentado en la víspera que descartaba problemas de hardware o software en los Galaxy Note 7 defectuosos, una buena semana para Samsung.

Sobre todo después de que el pasado 16 de enero la fiscalía pidiera detener al número uno del grupo y vicepresidente de Samsung Electronics, Lee Jae-yong, por su vinculación con el escándalo de corrupción de la Rasputina que está sacudiendo a Corea del Sur. La orden finalmente no se materializó al ser desestimada por un tribunal el pasado jueves, evitando el que habría sido un durísimo golpe para el conglomerado.
Economía Digital

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