Werfen guarda 21 millones para hacer frente al acoso de Hacienda

El grupo sanitario de la familia Rubiralta incrementa las provisiones por las inspecciones a las que está sometida en España, Francia e Italia

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A los asesores fiscales de Werfen se les giró trabajo. Al grupo de diagnóstico sanitario de la familia Rubiralta se le acumulan las cartas de Hacienda en los últimos meses. La compañía asume que le tocará pagar al fisco por lo que ya se arma e incrementó sus provisiones para el abono de impuestos atrasados hasta los 21,5 millones de euros; una cantidad que no irá a parar sólo a las arcas del Estado español, pues la administración italiana y francesa también ajustan cuentas con la firma catalana.

Según las cuentas de la compañía dirigida por Marc Rubiralta, el grupo decidió elevar las provisiones especialmente en sus filiales españolas ante las nuevas investigaciones de Hacienda. El año pasado ya tuvo que pagar 115.000 euros por el IRPF, el IVA y el Impuesto de Sociedades entre 1987 y 1999. También hizo frente a una sanción de 35.000 euros por el IRPF de entre 2009 y 2011.

Pequeñas cantidades en comparación con las inspecciones que la cabecera del conglomerado, Werfenlife, tiene abiertas en el país. Las pesquisas sobre el tributo de sociedades, el IVA y el IRPF de ejercicios entre 2008 y 2011 generaron actas por 13,9 millones de euros. No obstante, el grupo las recurrió al estar disconforme con la resolución final.

El fisco italiano quiere hacer pagar 18 millones a Werfen por la mala tributación del impuesto sobre beneficios del año 2013

No son el único frente abierto: la empresa también se encuentra en conversaciones con el fisco portugués por un impuesto de 3,8 millones de euros  para evitar la doble imposición del tributo, ya pagado en España.

Pero la persecución fiscal también se produce fuera de la Península Ibérica. En Italia, la filial italiana Instrumentation Laboratory está sometida a un sinfín de inspecciones por parte del fisco transalpino. Por el momento, ya recurrió dos actas por 900.000 euros por el impuesto sobre beneficios de 2011 y 2012.

La sangría no cesó aquí: ahora hace un año las autoridades notificaron que, por el mismo tributo, debían hacer frente a un pago de 17,9 millones de euros relativos a los años 2013 y 2014. Tras meses de análisis, Werfen presentó sus alegaciones el pasado mes de abril. El argumento que utiliza la empresa catalana  es la petición de eliminar la doble imposición entre España e Italia por las operaciones hechas entre empresas intragrupo.

Y la terna sancionadora la completa el fisco francés. La filial gala tuvo que llegar a un acuerdo con la Hacienda del país que dio lugar a un pago de 1,6 millones de euros. Podría no ser el último. “Como consecuencia de las distintas interpretaciones de la legislación podrían surgir pasivos adicionales, ya sea por las mencionadas inspecciones o de los ejercicios abiertos a la administración”, admite el propio grupo.

Werfen, en 2018

El grupo sanitario de una rama de los Rubiralta —Francesc Rubiralta se quedó con la siderúrgica Celsa en 2006 tras varias desavenencias– ganó 161 millones de euros, informó la propia empresa en abril. Con las ganancias estancadas, el Ebitda sí creció el 6,1% hasta los 301 millones de euros.

Mientras, elevó la facturación el 5,3% hasta los 1.359 millones de euros. Destaca el crecimiento de ventas en Norteamérica, un 6,5%, seguida de la zona Asia-Pacífico y América Latina, con incrementos del 6,2%.

El continente americano cuenta con el 42% de la plantilla de la compañía y representa el 26% del total del negocio de Werfen, pero Europa Occidental sigue siendo el mayor mercado, con un 42% del total.

Carles Huguet

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