La burbuja de los centros de datos se infla: España solicita la misma potencia eléctrica que EEUU

El negocio de los ‘data center’ no para de crecer en España, pero los actores tradicionales del sector ya reconocen que hay muchas empresas que especulan de manera activa

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La especulación en el negocio de los centros de datos es una realidad. Las cifras son tozudas. España tiene una capacidad eléctrica de unos 180 MW IT en estos momentos. Se calcula que hay peticiones de acceso a la red de 5.000 MW, la misma capacidad que tiene operativa Estados Unidos.

El negocio de los centros de datos en España avanza a dos velocidades: la de proyectos con ladrillo visto y donde ya hay clientes instalados; y el conjunto de recién aterrizados que piden potencia eléctrica asumiendo que será un mercado con mucho potencial gracias al ‘cloud’ y la inteligencia artificial.

Los centros de datos son los canalizadores de toda la actividad digital. Son grandes construcciones que albergan ‘megaordenadores’ que gestionan el tránsito tecnológico. Una de sus principales características es el uso masivo de la energía para los sistemas de refrigeración. Para ello son esenciales las conexiones eléctricas a la red, que deben ser muy elevadas.

Esto supone una barrera de entrada, porque los accesos a la red, que los gestiona Red Eléctrica en el transporte, y las grandes compañías energéticas en el ámbito de la distribución, son complicados de otorgar y están contados.

Así surge la burbuja. «Es cierto que hay mucha especulación», reconoce un directivo de un ‘data center’ a ECONOMÍA DIGITAL. Explica que hay muchos proyectos tangibles que ya trabajan, que tienen MW operativos, y que todo es real; pero que muchos han llegado para especular.

Como barrera de entrada, desde el sector proponen un filtro para saber el interés: pertenecer a la asociación de centros de datos, que es la que defiende los intereses de estas empresas. Así se podría controlar de manera muy clara quienes invierten para desarrollar un negocio, y quienes lo hacen para elevar múltiplos en operaciones posteriores.

España, lo mismo que EEUU

El año pasado el mercado mundial de los ‘data center’ fue de 7.000 MW. De esta cantidad, EEUU dispone de una potencia aproximada de 5.000 MW, y el resto queda entre los demás países.

La duda es evidente: ¿cómo puede haber en Madrid solicitudes a la red por valor de 3.000 MW, que en el conjunto de España llega a los 5.000 MW, cuando no existe a nivel global ese demanda por parte de los clientes?

Controles por parte de la administración

Desde el sector consideran que el rol de la administración debe ser mayor. Las empresas que invierten en este negocio de manera estable deben tener la certidumbre de que conseguir el acceso a la red cuando tengan listos sus proyectos.

Los expertos del sector calculan que el crecimiento de los próximos años será sobre los 20-50 MW. Piden al Gobierno la capacidad de distinguir el ruido que generan los especuladores frente a las empresas que de verdad tienen su negocio en este sector.

Explican que se ha hecho evidente que algunos actores relacionados con el ámbito del inmobiliario y los fondos piden puntos de acceso en zonas donde no saben si finalmente habrá proyectos o no. Y que eso se hace, además, sin saber si habrá clientes. Pero el objetivo es acumular potencia.

Claridad entre todos

Tal y como ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, las grandes empresas de centros de datos están preparando un gran encuentro con Red Eléctrica y las grandes distribuidoras (Iberdrola, Endesa y Naturgy).

El objetivo es conocer bien los planes de despliegue de redes, las necesidades del sistema y todos los requerimientos. El objetivo es que todos los actores tengan clara la situación y no se den potenciales situaciones de especulación.

Las empresas tradicionales del sector quieren asegurarse que el ruido que se está generando no influye en su negocio, y ni daña los futuros despliegues a la hora de solicitar acceso a la red. Es un momento importante, explican desde el sector, para que se corte de raíz la especulación que lleva un par de años solicitando energía.

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Raúl Masa

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