El FMI propone que los Gobiernos inviertan en proyectos verdes privados 

El organismo también anima a los Gobiernos a fijar precios estables del carbono y a mejorar la información climática

Kristalina Georgieva, presidenta del FMI / EFE

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado un artículo este jueves alentando a los Gobiernos a «compartir riesgos» entre el sector público y el privado para dirigir una mayor parte de los activos financieros del mundo a proyectos climáticos.

El artículo, firmado por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el consejero financiero de la entidad, Tobías Adrián, explica que el cambio climático es «uno de los desafíos macroeconómicos y de política financiera más críticos» para los miembros del FMI. Por ello, aseguran que invertir en energía verde aumentaría la resiliencia frente a las crisis, como los recientes aumentos de los costes de los combustibles y los alimentos.

El FMI evidencia que aún falta mucha inversión para abordar el «desafío climático» y las vulnerabilidades ante las crisis. Estima que harían falta entre 3 y 6 billones de dólares por año hasta 2050 cuando actualmente solo se invierten 630.000 millones de dólares por año.

Reducir el riesgo de las inversiones climáticas

El FMI sostiene que se requiere de una acción coordinada entre el sector público y privado para reducir el riesgo de las inversiones climáticas. Propone que el sector público invierta en acciones o proporcione mejoras crediticias para mejorar la solvencia de los proyectos. «Al tomar una posición de capital en inversiones climáticas, el sector público asumiría gran parte del riesgo de inversión, pero también vería beneficios al alza cuando las inversiones tengan éxito», defiende.

Cita como importantes proveedores de financiación climática a los bancos multilaterales de desarrollo, especialmente a los de deuda, y a asociaciones público-privadas, que puedan lograr índices de apalancamiento más altos.

Aunque señala que estas herramientas tienen riesgos, como aumentar la deuda pública a través de «la cristalización de pasivos contingentes», por lo que deben ponerse límites a la exposición del estado, como ya hacen en Uruguay.

Las dificultades para invertir en mitigación y adaptación

Según la entidad, lo que impide que el dinero fluya en mayores volúmenes hacia proyectos climáticos es que los inversores tienen «muchas opciones alternativas para generar rendimientos, incluidos los combustibles fósiles» y que, actualmente, «los proyectos verdes en los mercados emergentes y en las economías en desarrollo no justifican los riesgos».

En concreto, cita como ejemplo las inversiones en mitigación y en adaptación por conllevar a menudo «altos costes iniciales, múltiples desafíos técnicos, un horizonte a largo plazo y modelos comerciales no probados».

Añaden además que hay «pruebas de que los grandes inversores descarten empresas con una capitalización de mercado inferior a 200 millones de dólares», un umbral que superan «relativamente pocas» empresas de energía renovable.

Fijar precios estables del carbono y mejorar la información climática

El FMI insta también a los Gobiernos a fijar precios del carbono sólidos y predecibles para atraer capital del sector privado hacia proyectos bajos en carbono. También les anima a promover «una sólida arquitectura de información climática» para mejorar la toma de decisiones y la fijación de precios del riesgo y para prevenir el «greenwhasing».

«Idealmente, esto incluiría datos y estadísticas de alta calidad, confiables y comparables; un conjunto globalmente armonizado formado por estándares de divulgación climática; y los principios acordados a nivel mundial para las taxonomías de financiamiento climático», detallan. De hecho, el FMI ha señalado en anteriores ocasiones las «lagunas de datos» existentes en este asunto.

Cristina Dolz

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