Fedea ve imposible cumplir con el objetivo de descarbonización del PNIEC y opta por alargar la vida de las nucleares

Fedea pone el foco en el retraso en la electrificación del transporte, el almacenamiento, la eólica y el hidrógeno

Archivo – Central Nuclear de Almaraz

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ve muy difícil cumplir con el objetivo de descarbonización del plan energético del Gobierno. La institución considera «imposible» llegar a los rangos establecidos para tecnologías como el hidrógeno, el almacenamiento o la eólica, mientras que defiende ampliar la vida de las centrales nucleares.

Así lo ha explicado Diego Rodríguez, investigador asociado de Fedea, durante la presentación del primer número del Observatorio para el seguimiento de los indicadores del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.

El objetivo del plan energético, que se revisa cada dos años, es reducir para 2030 la emisión de gases de efecto invernadero un 32% con respecto a las emisiones de 1990. A 2023 se había logrado reducir un 7,6% las emisiones de esos gases desde 2019, gracias al buen comportamiento del sector eléctrico.

Uno de los aspectos que ha destacado Rodríguez es el lento avance en la electrificación del transporte, cuyo objetivo es alcanzar los 5,5 millones de vehículos electrificados para 2030.

Desde Fedea creen que al ritmo actual es prácticamente imposible lograr la meta propuesta, que implicaría pasar del 10% de cuota de renovables al 28% en 2030. En conjunto, el sector del transporte solo ha cumplido un 11,7% de la previsión de descarbonización para 2030.

«Vamos bien, pero cada año tenemos que reducir las emisiones un 4,5% de forma persistente», ha destacado Rodríguez. El experto ha destacado que reducciones por encima del 4% sólo se han producido en años de crisis financieras, siendo 2019 y 2023 ejercicios anómalos por el abandono del carbón y por la vuelta a la normalidad tras la crisis energética.

Objetivos imposibles de cumplir en eólica, almacenamiento e hidrógeno

El think thank cercano a la patronal CEOE cree que en la estrategia de energías renovables, la fotovoltaica es la que más está cumpliendo con las metas marcadas, mientras que ve imposible que en eólica y almacenamiento se den las condiciones para llegar a los objetivos.

El PNIEC prevé un peso en la generación eléctrica que prevé alcanzar a 2030 el 81%, y que actualmente se encuentra en el 56,8%. Fedea considera «factible» el objetivo de 76,4 gigavatios (GW) al final de la década, aunque en el caso de la eólica no cree que se vayan a cumplir las metas, que pasan por los 62 GW en 2030.

En esta línea ha puesto el foco en la repotenciación de los parques y en eliminar las trabas administrativas, especialmente las relacionadas con los permisos de impacto medioambiental.

Además, ha asegurado la necesidad de acelerar la convocatoria de una primera subasta de eólica flotante, ya que sería «un primer paso para tener una pequeña capacidad instalada para el final de esta década», ha declarado.

En cuanto la fotovoltaica, si bien Rodríguez explica que avanza a buen ritmo, ha subrayado que existen «incertidumbres» sobre la evolución de los precios.

En 2024 se situaron por encima de los 45 euros por megavatio hora (MWh), tendencia que si sigue descendiendo podría llevar a la paralización de inversiones al cruzar el umbral de rentabilidad de 42 euros MWh para las plantas que no tengan la obligación de ponerse en marcha antes de julio de 2027.

En la parte del autoconsumo, el estudio de Fedea ha considerado también que difícilmente volverá a alcanzarse la intensidad de despliegue experimentada en los últimos años, «apoyada en la crisis de precios de la energía», ha añadido Rodríguez. No obstante, considera que no es algo esencial para los objetivos del PNIEC.

Por otra parte, Rodríguez ha manifestado que «elemento clave» para apoyar el despliegue de la capacidad renovable es el almacenamiento, aunque ha afirmado que se va «muy tarde» para el cumplimiento del objetivo del PNIEC de más de 22 GW en 2030 en esta materia.

Siendo optimista, prevé que la capacidad para entonces llegue a los 8 o 9 GW, especialmente por el bombeo hidráulico. Mucho menos entusiasta se ha mostrado Rodríguez para las baterías, un sector que actualmente está muy poco maduro.

El otro gran debate gira en torno al hidrógeno renovable. Fedea ve de «imposible cumplimiento» alcanzar los 12 GW de electrolizadores que se proyectaron en la última actualización del PNIEC.

El investigador asociado que ha elaborado el estudio no prevé la puesta en servicio de las primeras plantas hasta 2028, lo que afectará considerablemente a los objetivos de incremento de la demanda eléctrica establecidos en un 44% entre 2024 y 2030.

Es por ello que Rodríguez ha instado a que los esfuerzos de los próximos años se concentren al ámbito de la demanda industrial de hidrógeno. Una medida complicada que necesitará transformaciones importantes en sectores manufactureros y el establecimiento de las condiciones regulatorias que a día de hoy no existen.

Fedea tampoco se muestra especialmente optimista ante la posibilidad de cumplir los objetivos del PNIEC en el ámbito del biogás, a pesar de que la evolución en esta área es «más positiva», ha valorado Rodríguez.

Fedea ve «lógico y sensato» ampliar la vida de las centrales nucleares

Respecto a la energía nuclear, Rodríguez ha defendido que lo «lógico y sensato» actualmente es una modificación del protocolo de cierre de las nucleares firmado en 2019 entre las empresas propietarias (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP) y Enresa, puesto que el escenario ha cambiado desde entonces.

El investigador ha valorado así que los cierres previstos para los dos grupos de la central extremeña de Almaraz, los primeros previstos para el año 2027 y 2028, «se retrasen» al menos hasta 2030, considerando que normativamente no supondría algo complejo de llevar a cabo, ya que «básicamente es modificar una orden ministerial».

«No estamos hablando de una modificación de rango superior y creemos que las circunstancias actuales lo justifican, pero no por el interés de nadie, no por el interés de los propietarios de las centrales, sino por el interés general. Porque permite reducir las necesidades que hoy, sí o sí, suplirían esa menor producción nuclear, que sería una mayor entrada de los ciclos combinados con total seguridad», ha añadido.

Sin embargo, Rodríguez ha apuntado que la adaptación del calendario de cierre está ligada a los aspectos fiscales. En esta línea, ha puesto el foco en el impuesto a la generación (IVPEE), «que pagan inicialmente las centrales de generación, pero que se transmite de forma automática al consumidor de energía».

Así, una vez solucionado el problema del déficit de tarifa, «no hay ninguna causa que motive su mantenimiento. También ha puesto en el foco el impuesto especial eléctrico (IEE), que ve «perfectamente factible» reducirlo.

Respecto a la tasa Enresa, que sí que recae expresamente sobre las centrales nucleares, ha destacado que «nadie pone en duda» de que debe ser asumida por los propietarios.

En cualquier caso, ha estimado que las centrales nucleares «siempre han estado sometidas a dobles y triples fiscalidades». «A veces sobre el mismo hecho imponible, a nivel nacional y a nivel autonómico, y alguna solución tenemos que darle», ha recalcado.

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