Alerta de la OCDE: el recorte de las emisiones tendrá un impacto negativo del 2,13% en el PIB español

Entre los países miembros de la organización la factura por reducir las emisiones será del 3,7% en su PIB, índice que se triplica entre las naciones emergentes del G20

Reducir las emisiones tiene un considerable impacto en las economías, avisa la OCDE. Foto Nicholas Doherty – Unsplash

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La OCDE advierte el coste que acarrea el recorte de las emisiones contaminantes: en el caso de España, tendrá un impacto negativo acumulado del 2,13% en su PIB para 2050, ha revelado un estudio de esta organización.

Ese índice es menor a la repercusión que tendrá en el crecimiento de los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que de media tendrá un impacto acumulado del 3,7%.

Sin embargo, para los países emergentes que forman parte de G20 (como Argentina, Brasil, India, Indonesia o México) la factura será el triple de pesada: reducir las emisiones implicará un golpe del 10,88% a su PIB.

Los efectos de la transición energética

El documento, que se divulga cada dos o tres años para identificar los principales tendencias macroeconómicas y retos de política económica hasta 2060, se centra en esta ocasión en los efectos de la transición energética.

El informe señala que, sin contabilizar los beneficios logrados por evitar daños ambientales por el cambio climático, el coste en el crecimiento sería de 0,2 puntos porcentuales al año en el período inicial de la transición y de 0,6 puntos porcentuales en la fase final.

Otros países de la zona euros registran cifras en un rango similar a las de España: Francia un -1,57 %, Italia un -1,85 %, o Alemania un -2,76 %, mientras que en Estados Unidos es de -3,36 % y en China, el país con más emisiones de carbono, del -6,93 %.

El documento detalla también que la capacidad de producción eléctrica baja en carbono debe aumentar, en función de cada país, entre 2,5 y 25 veces para 2050, respecto a los niveles actuales.

Los cálculos del informe parten de la base de que todos los países aceleran la transición energética a partir de 2026 y eliminan el carbón de la matriz energética como muy tarde para 2050, año en el que el gas y el petróleo tendrían una participación respectiva del 5 % y del 10 %.

Menor crecimiento por el envejecimiento de la población

El informe de la OCDE también alerta de que el impacto de la transición energética tendrá lugar justo en medio de una tendencia de menores crecimientos por el mayor coste económico que el envejecimiento de la población tendrá en buena parte de los países de todo el mundo, especialmente en los países más desarrollados.

Así, el escenario previsto contempla que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) en el área OCDE-G20 se reducirá desde alrededor del 3 % anual antes de la pandemia de la covid al 1,7 % para 2060, debido sobre todo a la menor población en edad laboral y al menor aumento de la eficiencia de la  mano de obra.

Para los países de la OCDE, se prevé que el PIB per cápita tendrá un potencial de crecimiento de un 1,5 % anual hasta 2060. En España aumentaría un 1,3 %, una cifra similar a la de otros países de la zona euro (un 1,4 % en Alemania, Francia, Países Bajos y Austria; un 1,5 % en Italia, y un 1,1 % en Bélgica).

Los retos del futuro

El informe advierte de que una mayoría de miembros de la OCDE se enfrentan a un reto a largo plazo en el plano fiscal, debido a una conjugación de factores: la débil posición inicial, el aumento de los costes de financiación, la desaceleración del crecimiento y la mayor presión para el incremento del gasto debido al envejecimiento de la población y la necesidad de más servicios públicos.

Esto significaría que la mitad de los países de la OCDE necesitaría aumentar sus ingresos en al menos 1,2 puntos porcentuales del PIB para estabilizar su ratio de deuda pública.

Esa cifra sería mucho mayor para Estados Unidos y otros seis países, que tendrían que aumentar sus ingresos en un mínimo de 2,5 puntos porcentuales.

Y es que el gasto en sanidad y cuidados a largo plazo subirá en 2,1 puntos porcentuales del PIB en el país promedio de la OCDE entre 2024-2060.

Además, se prevé que el gasto en pensiones se incremente en 1,5 puntos porcentuales del PIB en ese mismo período en al menos la mitad de los miembros de la organización.

Todo esto supone que, sin cambios en las políticas nacionales, mantener los actuales sistemas de asistencia y beneficios sociales a la vez que se mantiene el nivel de deuda pública supondría un incremento de los impuestos de al menos 6,25 puntos porcentuales del PIB para 2060 en la mitad de los miembros de la organización.

Esta cifra sería superior a 9 puntos porcentuales del PIB en nueve países de la OCDE, incluyendo a Estados Unidos.

El documento recuerda que todo esto no significa que los impuestos vayan a subir en esas magnitudes, ya que los gobiernos pueden optar por otras medidas (como reformar los sistemas de pensiones o de servicios sociales, o incluso aumentar su endeudamiento).

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