Alsa afronta un verano histórico debido a los problemas de imagen de aerolíneas y tren

Entre realidades y percepciones, el verano ha dejado al sector del autobús en una situación de privilegio con respecto a la competencia

Alsa

Autobus de Alsa.

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El verano de la normalidad, tras dos años golpeados por el covid, ha sido también el verano de la realidad para muchos turistas que han sufrido múltiples huelgas y paros del sector aéreo, y también algún incidente con los trenes de alta velocidad. Estas circunstancias son buenas noticias para Alsa, que además ha tenido un primer semestre con grandes resultados. 

Y es que la principal compañía de autobuses que opera en España ha conseguido, sin proponerlo, que sus rivales de otras áreas de negocio manden señales negativas al mercado. Esto provoca, desde hace semanas, que quienes todavía no tengan sus viajes atados se replanteen qué transporte coger

La peor imagen la están ofreciendo las aerolíneas, y sobre todo Ryanair. Las continuas huelgas de sus tripulantes de cabina han dejado decenas de vuelos en tierra. Pero no ha sido la única compañía, ya que EasyJet también ha sufrido parones que ha dejado a sus clientes sin el servicio contratado.   

Por lo que respecta a los servicios de alta velocidad, en realidad sus percances han sido muy reducidos y controlado, pero han tenido tanto impacto mediático, que la percepción se torna en negativa. En concreto, hace unos días la línea de AVE Madrid-Barcelona se vio suspendida durante medio día por el robo de infraestructura. De igual manera, Ouigo ha tenido también algunos parones por incidencias técnicas. Si se suma que la alta velocidad a Extremadura ha tenido un arranque bastante humilde, el resultado es una percepción confusa. 

Todo esto lleva a que Alsa, cuyo servicio tiene una regularidad envidiable, esté recogiendo los réditos de esta situación. Así se ha reflejado, al menos, en los primeros seis meses del año. 

Alsa espera repetir 

Alsa obtuvo un beneficio de 52 millones de euros en los seis primeros meses del año, frente a los 1,3 millones que registró en el mismo periodo del año pasado, toda vez que se han levantado todas las restricciones a la movilidad. 

Los ingresos de la empresa de movilidad ascendieron a 527,5 millones de euros, un 60% superiores a los de la primera mitad del año anterior, con un resultado operativo de 60 millones de euros, tres veces más que hace un año, según consta en la cuenta de resultados de su matriz británica, National Express. 

Los niveles de ocupación de sus autobuses, así como la rentabilidad de sus rutas, ya se encuentran por encima de los niveles que registraba antes de la pandemia, a lo que se suma la reciente adquisición en España de la firma de transporte sanitario Vitalia, que le permite acceder a un mercado de 1.400 millones de euros. 

Los trayectos de largo recorrido también han alcanzado cifras históricas para la compañía, en términos de ingresos por kilómetros, parámetro que ha crecido un 19% en el último año, de media en todos los territorios donde opera. 

Su único ‘pero’ 

El único borrón que ha sufrido Alsa tiene que ver con un reciente informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) donde, precisamente, se tacha a la compañía de vivir en un sector sin grandes rivales, algo que le deja importantes ventajas competitivas. 

En concreto, Alsa y Avanza serían las empresas más afectadas si se liberaliza el transporte de viajeros en autobús en distancias superiores a 100 kilómetros, una medida que recomienda la CNMC siguiendo lo que han hecho varios países europeos como Alemania, Italia o Francia. Competencia defiende que al haber más competidores bajarían los precios y se mejoraría la calidad del servicio.  

En un informe, que ha llevado a la institución que preside Cani Fernández tres años elaborarlo, la CNMC destaca el elevado nivel de concentración que existe en los mercados autonómicos, donde es frecuente que los dos primeros operadores (Alsa y Avanza) concentren más de la mitad de los ingresos.  

A finales de 2019, Alsa poseía una cuota estimada en el total del mercado de concesiones español de entre el 30% y el 35% en términos de ingresos totales, el equivalente a unos 500 millones de euros. Esta cifra casi duplica la cuota de su segundo principal competidor, Avanza, que concentraba entre un 10% y un 20% ese ejercicio, alcanzando hasta 300 millones de euros.   

En los últimos años, los dos principales operadores han incrementado su presencia en las Comunidades Autónomas a través de la compra de varios concesionarios autonómicos de menor tamaño. De esta forma, el grupo Alsa ha adquirido el control de operadores en Galicia (Cal Pita), Canarias (Gumidafe) y, recientemente, Aragón (Ágreda Bus). Por su parte, el grupo Avanza adquirió en 2019 el control del operador vasco Grupo Pesa.  

Además de los principales operadores estatales, dentro de cada región destacan también grupos empresariales formados a través de la adquisición o fusión de empresas locales, como Moventis y Sagalés en Cataluña, Vectalia en la Comunidad Valenciana, Transabús Balear en Baleares o Global Salcai-Utinsa en Gran Canaria. 

Raúl Masa

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