Bruselas respalda las calderas con biometano como clave para la descarbonización
Desde 2040, la normativa europea permitirá el uso de calderas compatibles con gases renovables
Planta Elena (Barcelona), que produce biometano a partir de los residuos sólidos urbanos
La Comisión Europea ha confirmado que, a partir de 2040, estará permitido el uso de calderas con gases renovables. Bruselas destaca así el biometano como un actor estratégico en la transición energética, que será especialmente relevante en países como España, donde gran parte de las viviendas aún dependen del gas para calefacción y agua caliente, para descarbonizar los hogares. Esta medida forma parte de los objetivos climáticos orientados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar hacia la neutralidad climática en 2050.
El biometano es un gas renovable producido a partir de residuos orgánicos, agrícolas, ganaderos, urbanos e industriales. Su particularidad es que puede inyectarse en las redes de distribución existentes y utilizarse en las calderas actuales sin ninguna inversión.
El biometano se perfila como una de las grandes claves en la reducción de emisiones, ya que, al tener cualidades similares al gas natural, puede distribuirse a través de la infraestructura gasista existente y emplearse en hogares, industrias, comercios y también para movilidad en el transporte.
Las calderas no desaparecerán, pero deberán ser más verdes
Frente a los rumores que apuntaban a una retirada de los sistemas tradicionales, la normativa no afectará a las calderas híbridas ni a aquellas que estén diseñadas para funcionar con gases renovables, como el biometano o el hidrógeno verde.
Esta aclaración pone fin a una campaña de desinformación que había generado incertidumbre entre consumidores, fabricantes e instaladores. La Comisión ha reiterado que su objetivo no es imponer vetos inmediatos, sino fomentar el cambio hacia tecnologías más limpias, con un enfoque gradual y técnicamente viable.
La estrategia de descarbonización incluye también el impulso de otros combustibles renovables como biocarburantes, biolíquidos, biomasa y gases sintéticos de origen no fósil.
El biometano gana fuerza como solución para descarbonizar los hogares
Cada vez más hogares españoles ven en el biometano una alternativa real, económica y sostenible para reducir sus emisiones. Así lo demuestra un reciente estudio elaborado por Salvetti Llombart para Nedgia, distribuidora de gas del grupo Naturgy.
El estudio ha revelado que un 72% de los ciudadanos considera que esta fuente de energía renovable se ajusta perfectamente a sus necesidades domésticas. Además, un 65% valora su uso como diferencial respecto a otras fuentes renovables, al tratarse de una energía continua y no sujeta a variaciones estacionales.
Una de las principales fortalezas del biometano es que su adopción no requiere inversión, ya que todas las calderas de condensación actuales están preparadas para funcionar con este gas renovable sin necesidad de ninguna modificación ni inversión adicional. Además, puede circular por la red de gas natural ya existente, lo que lo convierte en una solución inmediata y económica.
El biometano no solo fomenta la economía circular, sino que también reduce el problema de la gestión de los residuos y minimiza el impacto ambiental. Otra de sus grandes ventajas es que puede producirse localmente, lo que refuerza la autonomía energética de España.
El papel de Nedgia (Naturgy)
Nedgia está desempeñando un papel clave en el despliegue del biometano, con una red de más de 60.000 kilómetros que ya puede llevar gas renovable a más de 5,5 millones de usuarios en 1.150 municipios de 10 comunidades autónomas. La compañía ha identificado más de 290 proyectos listos para ser activados, que podrían inyectar más de 10,7 TWh de biometano en la red.
Actualmente, 11 plantas ya están suministrando gas renovable a la infraestructura de Nedgia, con una producción total de 226 GWh, evitando la emisión de más de 40.000 toneladas de CO₂ al año.
Raúl Suárez, consejero delegado de Nedgia, ha destacado que «el biometano es hoy una alternativa real para avanzar en una transición energética sostenible desde el punto de vista medioambiental, económico y social. Sólo con un 30% del potencial de este gas verde que tenemos en España podríamos descarbonizar todo el parque de viviendas sin que los propietarios tuvieran que realizar ninguna inversion».