Catalunya lidera el absentismo laboral en España

Empresas y sindicatos prueban con éxito planes consensuados para combatir el fenómeno, que supone un coste directo de 10.840 millones en toda España

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En plena negociación de los convenios colectivos, los sindicatos han aceptado hablar con la patronal sobre el absentismo laboral, un fenómeno que la crisis ha recortado en más de un 20% desde el año 2009, pero que sigue afectando cada día a un millón de personas que faltan a su trabajo, el 40% sin motivos aparentes, según denunció el presidente de la CEOE, Juan Rosell, en #Briefingdigital.

La patronal defiende que se pueda despedir a los “profesionales” del absentismo, como ocurre en Seat con el beneplácito de los sindicatos, así como otorgar un mayor protagonismo a las mutuas patronales en la gestión de las bajas, ya que acreditan un 25% menos de incapacidades laborales que la Seguridad Social.

Los catalanes dejaron de trabajar el año pasado 85 horas por causas ocasionales, una más que la media española. De esas ausencias, dos terceras partes se atribuyeron a incapacidades temporales (IT). La ratio entre las horas no trabajadas y las pactadas en los convenios se situó en Catalunya en el 5,13%, mientras que la media española fue del 5,07%.

El coste directo del absentismo, que en el caso de Catalunya fue el año pasado de 2.193 millones de euros (10.840 millones en toda España), supone el 1,23% del PIB catalán, un porcentaje superior al 1,15% del impacto en el PIB medio español, según la actualización del informe Absentismo laboral en tiempos de crisis, elaborado por la patronal Pimec.

El presidente de la patronal Cepyme, Jesús Terciado, defendió este martes en Barcelona mejorar la gestión de las bajas laborales mediante una “inspección seria y rigurosa para evitar el absentismo de fin de semana, sobre todo en la Administración pública, que padece entre un 30 y 40% de absentismo laboral”. Para combatirlo, Terciado subrayó la necesidad de introducir “herramientas” de control en los convenios colectivos ahora en negociación con los sindicatos.

La solución en Seat

Por su parte, Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y líder del sindicato UGT, advierte que no se debe criminalizar a todos los trabajadores con bajas laborales, aunque reconoce la existencia de lo que él denomina un absentismo “facial, es decir, fraudulento”, que en el caso de la filial española del grupo Volkswagen, se ha logrado combatir con éxito, gracias a un procedimiento de cinco pasos pactado entre la dirección y los sindicatos que integran el comité de empresa (UGT, CCOO y CGT).

La aplicación de este pacto desde hace tres años ha posibilitado el despido “consensuado” de unos 80 trabajadores y la reducción de las ausencias laborales en Seat a una tasa del 4,62%, cuando en Nissan es del 6,55%, del 6,65% en General Motors y del 5,94% en Renault.

La fórmula desarrollada en Seat, con la aquiescencia sindical, parte de la gestión de la polivalencia de los trabajadores, mediante la rotación de tareas para restar monotonía y problemas ergonómicos, todo ello regado con grandes dosis de cogestión a base de la formación de equipos de trabajo y de recompensas económicas por productividad, de forma que “el que cumple obtiene más que el que falta al trabajo, que pierde privilegios”.

Carnero reconoce que el absentismo es más manejable de gestionar en la industria, con rotaciones de puestos de trabajo, formación de equipos de autogestión e incentivos, que en el sector servicios. Incluso revela que ahora que está controlado el absentismo en los talleres de Seat, “aumenta el de los directivos, incluso entre los jefes, por la gran presión que reciben”.

El líder sindical denuncia que últimamente se está produciendo mucho absentismo de índole psicológico en las oficinas de las compañías. Unas ausencias que atribuye a “la mayor presión del management”. Y señala más bajas por culpa de las nuevas tecnologías, “porque los jefes envían a sus empleados correos electrónicos de madrugada”.

Pedro Navarrete, presidente europeo de Sony, reconoce que la primera idea ante el absentismo es de índole “policial” en el sentido de plantearse “qué hacer para reprimirlo”. También acepta que las direcciones de las compañías y sus empleados tengan “vidas paralelas imposibles de converger”. Por eso recomienda “establecer objetivos comunes y luego discutir cómo llegamos a alcanzarlos”. Unos objetivos, si son compartidos, redundarán en un absentismo bajo.

Carnero y Navarrete participaron recientemente en un debate celebrado en la Universitat Abat Oliba-CEU, moderado por el doctor Manuel Serrano, presidente de Fórum Consultoría y Formación, iniciativa empresarial vinculada al grupo Instituto Ergos, de larga experiencia en el mundo de la seguridad y la salud laboral

Menos de un mes

En cuanto a la casuística, el informe de Pimec sobre el absentismo en tiempos de crisis indica que aproximadamente un 26% de las bajas por incapacidad temporal duran de uno a tres días, un 38% se prolonga de 4 a 15 días y un 11% alcanzan el mes. Por tanto, tres cuartas partes de las bajas duran menos de un mes y sólo el 1% supera el año.

En cuanto a la gestión de las incapacidades temporales, es normal que la patronal reclame que sus mutuas adquieran mayor protagonismo, ya que las bajas gestionadas por la Seguridad Social se prolongan 12,4 días más que las atendidas por las mutuas. Igual ocurre en la duración de las contingencias por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que es de 35,1 días más si las gestiona la Seguridad Social.

Respecto al tiempo medio de la incapacidad temporal, la Seguridad Social ha elaborado un manual de los estándares, según la enfermedad, con el objetivo de facilitar la harmonización de criterios en las actuaciones médicas. Entre otros ejemplos, destacan enfermedades comunes como la gripe (siete días de baja), el dolor de cabeza por tensión (cuatro días), reacción aguda al estrés (siete días) o vómitos excesivos por embarazo (14 días).

En cuanto a los periodos, el absentismo se reduce en los meses previos a cuando se acostumbra a disfrutar de una pequeña parte de las vacaciones o concentración de días festivos, y aumenta después de estos periodos.

Aproximadamente una cuarta parte de las bajas laborales comienzan en lunes y disminuye progresivamente a medida que avanza la semana, mientras que se observa un menor absentismo entre los trabajadores con mayor responsabilidad dentro de la empresa.

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