Celsa nombra dos directivos clave en plena pugna con los fondos

La siderúrgica designa a Francesc Massagué como su vicepresidente, un cargo de nueva creación, y denomina a Luis Sanz nuevo COO

Una imagen de la planta de Celsa en Castellbisbal (Barcelona).

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Celsa reorganiza su cúpula directiva con dos nombramientos. La siderúrgica catalana crea de cero el cargo de vicepresidente, que adoptará Francesc Massagué, y amplía las funciones de su director de Operaciones, un puesto ahora en manos de Luis Sanz. Ambos directivos forman parte de su Comité Ejecutivo, según informa la compañía en un comunicado.

Estos nombramientos llegan en un momento clave para el futuro de la compañía, después que los fondos que compraron gran parte de su deuda presentaron ante un juez un plan de reestructuración que pretende reducirla en 1.291 millones de euros a cambio de hacerse con el 100% de las acciones de la empresa de la familia Rubiralta.

Masagué, quien hasta hora era el director de Operaciones, absorberá funciones estratégicas que incluyen la supervisión en materia de innovación y tecnología. Con reporte directo a Francesc Rubiralta, el presidente y CEO del grupo, conformará juntamente con la dirección financiera, la de estrategia y sostenibilidad, de personas y asuntos públicos; la parte de la gobernanza enfocada a la evolución a medio plazo del modelo de la compañía.

Por su parte, como nuevo director de Operaciones, Sanz deberá «consolidar los buenos fundamentales del negocio» para cumplir con los objetivos marcados en el plan de la empresa hasta 2028. El directivo deberá de controlar la evolución diaria del negocio, con una refuerzo de las funciones del cargo. Dependerán directamente los directores de las diferentes unidades de negocio, incluidos los CEO’s de España, Celsa Nordic, Celsa UK, Celsa Poland y Celsa France. Hasta ahora, Sanz era el director Comercial y de Marqueting de la siderúrgica catalana.

Los cambios organizativos empezaron en 2021

«Las nuevas posiciones sustentan y consolidan una evolución del gobierno corporativo de la compañía con funciones enfocadas en operar el negocio recurrente y también en la evolución estratégica en el medio plazo marcada por los cambios en el entorno y en los mercados», defiende al compañía. Esta evolución en la gobernanza da continuidad a la transformación organizativa ya iniciada en 2021, y se inspira en los modelos de las empresas del sector de los Estados Unidos.

La siderúrgica con sede en Castellbisbal (Barcelona) reitera que el nuevo organigrama otorga «mayor flexibilidad y agilidad ante a la situación macroeconómica de volatilidad» y le permite reforzar sus objetivos. Entre ellos, Celsa quiere «poner el foco en los proyectos más importantes para la organización» y mejorar «la capacidad de visibilidad y estrategia», además de incrementar «la participación y capacidad de influencia en organizaciones internacionales sectoriales».

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