El jamón ibérico de bellota por 195 euros: es imposible

La estructura de costes de un verdadero cerdo ibérico alimentado con bellotas delata a los jamones por debajo de los 250 euros

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Los jamones ibéricos de bellota de siete kilos vendidos a 195 euros en Carrefour han levantado la sospecha generalizada del sector. ¿Es posible que un cerdo 50% ibérico alimentado únicamente con bellotas en la dehesa en la última etapa de su vida y con un proceso de curación de tres años tenga un coste tan bajo?

La Guardia Civil desarrolla una investigación a los jamones de la empresa Comapa, líder en la distribución del jamón ibérico en España por presunto fraude, tal como avanzó este medio este jueves. Y la investigación por los productos sospechosos también ha salpicado a Carrefour, la cadena que vende las piezas a precio de derribo.

Ganaderos, fabricantes y expertos jamoneros consultados por este diario coinciden en que es imposible vender un producto de esas características por ese precio. Los conocedores de la industria sólo admiten dos posibilidades: o la empresa vende por debajo de costes o está cometiendo fraude.

“Un jamón ibérico de bellota tiene unos costes de producción de unos 150 euros antes de añadir los costes de transporte, etiquetado, IVA y la comisión de los distribuidores. El precio de una pieza de 7 kilos es, sin ganancia alguna, de entre 250 y 300 euros. Por debajo de ese margen, estamos hablando claramente de dumping (ventas a pérdidas)”, explica Francisco Espárrago, director gerente de la empresa Señorío de Montanera, especializada en la producción de jamones 100% ibéricos de bellota.

“Es imposible que un jamón ibérico de bellota tenga un de precio de venta al público de 195 euros. La cerda ibérica tiene menos lechones, necesita más espacios y hay unos costes inherentes a este proceso que hace imposible ese precio. Con mis contactos podría conseguir un jamón por 300 euros pero creo que es muy difícil que un consumidor pueda encontrar incluso ese precio en un supermercado”, explica Lara Jiménez Cirujano, cortadora profesional y fundadora de Ham-on, una empresa que divulga la cultura del jamón ibérico.

Alarma en el sector

En las Denominaciones de Origen, que agrupan a los pequeños productores del cerdo ibérico, crece la preocupación por la venta de jamón de cebo que se presenta al consumidor como jamón de bellota, el más caro de todas las categorías.

“Con los precios que yo conozco, es imposible vender un jamón ibérico de siete kilos por 195 euros. Las cuentas son muy sencillas. El kilo de estas piezas se ubica en los 28 euros, 25,2 euros sin IVA y, restando el margen comercial para las cadenas de distribución, quedaría a unos 21 euros el kilo. Ése es precisamente el precio de mercado del jamón de pienso”, explica Juan Luis Ortiz, secretario de la Denominación de Origen Los Pedroches.

La empresa Comapa que comercializa marcas como Sabores de Antaño, Oro de Granada, La joya del Jabugo y Aurum, asegura que no ha cometido ningún fraude. Pero la Guardia Civil ha constatado que en los jamones vendidos en Carrefour faltaban los precintos que exige la ley y que certifican la procedencia y la alimentación que ha recibido el animal.

Jamones sin precintos

Comapa ha explicado a este diario que trabaja con jamones congelados, lo que le permite abaratar costes. La distribuidora investigada también ha justificado que las piezas no tuviesen precintos que exige la ley porque “se pueden caer”.

Este diario ha contactado con el fabricante de los precintos. El accionista mayoritario de Precintia, Jaime Baucells, ha explicado que es posible que se caiga algún precinto, pero que hay un procedimiento estricto en estos casos. Vender sin precinto está prohibido por ley.

“Se puede caer alguno pero el procedimiento indica que la empresa debe avisar. Lo que no es creíble es que se han caído la mayoría de los precintos, porque se trata de un sistema de calidad y seguridad que tiene un precio superior al resto de precintos del mercado”, explica el empresario que tiene entre sus clientes a la Reserva Federal de los Estados Unidos.

Las sospechas del sector se ciernen sobre Comapa, que sigue siendo investigada por la Guardia Civil. Las conclusiones de la investigación podrían ver la luz a finales de este mes. 

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