Los grandes fondos de EEUU superan el 10% en Repsol tras el acercamiento a Donald Trump
BlackRock y Bank of America elevan sus participaciones en el capital de la petrolera que lidera Josu Jon Imaz
BlackRock y Bank of America controlan el 10,6% de Repsol
Los grandes fondos norteamericanos han tomado posiciones sobre el capital de Repsol que superan el 10% de la compañía. La petrolera que dirige Josu Jon Imaz trata de dar la vuelta a su situación en el mercado con un plan de retribución al accionista atractivo, del que se quieren beneficiar firmas como BlackRock o Bank of America (BofA).
Los fondos de inversión de Estados Unidos controlan ya la mayor parte del capital de la compañía, con una participación conjunta del 10,6%, tras los últimos movimientos registrados.
De este modo, BlackRock alcanzó una posición histórica a finales de mayo en Repsol adquiriendo títulos hasta alcanzar el 7,416% en su capital. Se trata de un paquete accionarial que el gigante norteamericano no superaba desde el año 2010, alcanzado justo antes de la junta general de accionistas.
Por su parte, BofA ha elevado su posición en Repsol hasta el 3,188% esta semana desde el 2,784% anterior. Una compra que se produjo el pasado 5 de junio, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Un día antes, la multinacional española anunció que su consejero delegado había mantenido una reunión con el Secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, en el marco de una conferencia sobre energía en Alaska.
De su capital ha desaparecido, o al menos ha reducido su posición por debajo del 3%, el fondo soberano de Noruega. Norges Bank ha ido desprendiéndose de su participación en Repsol en las últimas semanas desde el casi 5% que controlaba hasta su nivel más bajo desde 2022.
En cualquier caso, los fondos norteamericanos siguen apuestan por el valor de la empresa española pese a los vaivenes accionariales que sufre por la volatilidad del mercado que reconocen sus propios dirigente y que afecta también a sus márgenes de refino.
El veto a Repsol y la importancia de EEUU para su negocio
Además, la política energética de la administración de Donald Trump ha puesto en problemas a diferentes empresas de todo el mundo, bien por su veto a proyectos renovables o bien por sus represalias a terceros países, como en el caso de Venezuela.
La reunión bilateral entre Imaz y el responsable de energía de Estados Unidos escenifica la relación de diálogo que permanece entre la multinacional energética y el Gobierno de Trump, siendo un país clave para la petrolera.
Con más de 800 empleados en el país, Repsol opera en el negocio de exploración y producción de hidrocarburos, con una producción de cerca de 190.000 barriles equivalentes de petróleo al día, una tercera parte del total de la compañía, a la que se incorporarán los activos Leon-Castile y Pikka este año.
Respecto a las energías renovables, Repsol cuenta con más de 2.000 MW (megavatios) de capacidad solar y eólica instalada y en fase de construcción.
La compañía aterrizó en este sector en Estados Unidos en 2021, a través de la compra del 40% de Hecate Energy, si bien no comenzó a producir electricidad con su primer proyecto solar hasta 2022, en Nuevo México.
El encuentro se produjo después de que el pasado 27 de mayo le fuera retirada la licencia operativa para producir petróleo en Venezuela, en línea con el veto a otras empresas del sector petrolero de Europa y Norteamérica.
Desde Repsol siempre han asegurado que mantienen una línea de diálogo «franco, abierto y sincero» con el Gobierno de Trump y que son optimistas respecto a la recuperación de su actividad en el país que gobierna Nicolás Maduro.
En este sentido, Imaz destacó en la última junta de accionistas de Repsol que tienen un «marco de respeto» a la legalidad venezolana y a toda la legalidad internacional, incluida la de Estados Unidos.
«Esperamos, no solamente continuar en el país, sino buscar los mecanismos para seguir generando valor con el respeto a todos los marcos legales«, subrayó Imaz.
Repsol opera en Venezuela desde hace años y su producción es mayoritariamente (85%) gas. No recibe dinero por mantener este suministro, sino que cobra en especie para compensar la deuda millonaria que tiene Venezuela con la empresa española. La energética produce gas en Venezuela a cambio de petróleo que desde la petrolera estatal venezolana, PDVSA, envían a través de barcos.
Para ello, Repsol mantiene en el país sudamericano un negocio conjunto con la italiana Eni, participado al 50%, Cardon IV, dedicado a la producción de gas. Además, cuenta también con el 40% de Petroquiriquire, la petrolera de gestión conjunta con PDVSA. La exposición patrimonial de Repsol en el país cerró 2024 superando los 500 millones de euros.
La petrolera eleva la remuneración al accionista
Cabe destacar el incentivo que supone para BlackRock y Bank of America la política de retribución al accionista que recientemente han anunciado desde Repsol.
Según explicó el propio Imaz durante la última junta general de accionistas, la intención de la petrolera es subir la retribución vía dividendos hasta los 1,06 euros por título en 2026 y hasta los 1,1 euros en 2027.
Con las participaciones actuales, el reparto de beneficios se traduce en cerca de 270 millones de euros para BlackRock (contando también el dividendo de 2025 de 0,975 euros por acción) y de unos 115,6 millones brutos para BofA.