Iberdrola y Endesa chocan con la administración en el impulso del coche eléctrico

Los puntos de recarga son la base para el desarrollo del vehículo eléctrico, pero el Gobierno no ofrece muchas facilidades

Iberdrola

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La revolución del vehículo eléctrico en España cuenta con muchos aliados. El problema es que tiene un enemigo que ralentiza todo: la administración. En el segmento de los puntos de recarga, las dos grandes eléctricas españolas, Iberdrola y Endesa, tienen todo dispuesto, el dinero sobre la mesa y la intención de invertir. Sin embargo, la burocracia juega en su contra

Todo ello pese a la iniciativa de estas empresas. De hecho, en las últimas horas se ha conocido que Iberdrola y BP España tienen previsto invertir 1.000 M€ para desplegar una red de 11.700 puntos de recarga rápida y ultrarrápida en España y Portugal. Este acuerdo contempla la instalación y operación de 5.000 puntos de recarga rápida en 2025, y se alcanzarán los cerca de 12.000 puntos para 2030. Para lograr este objetivo, BP e Iberdrola aportarán a esta ‘joint-venture’ sus actuales y futuros puntos de recarga rápida. 

Y todas las magnitudes son similares. Endesa -con su línea de negocio de movilidad eléctrica Endesa X Way- cerró el año pasado con más de 13.800 puntos de recarga. Además, según su hoja de ruta, espera tener para 2025 unos 66.000 puntos en liza. Por su parte, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán asegura que en estos momentos tiene 30.000 puntos de recarga entre uso industrial, privado y público. 

No son las únicas. Con volúmenes más modestos, pero también sumando, Repsol cuenta en estos momentos con 1.000 puntos de recarga; mientras, Naturgy tiene cerca de 400, y el compromiso de establecer 5.000 para el ejercicio 2025. 

Aunque estas cifras tienen un condicionante: la instalación de los puntos de recarga no supone que estén funcionando. Y esto se debe en gran medida a los números problemas administrativos que presenta España de cara a la implantación de esta infraestructura. 

Iberdrola y Endesa, ante muchos problemas 

Según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del mercado, el conjunto de las eléctricas están muy interesadas en invertir para desarrollar una red de puntos de recarga que dé un impulso definitivo, pero asumen que los trámites son «complejos y demasiados largos».

De hecho, los datos son realmente preocupantes, porque uno de cada cinco puntos de recarga que ya está en pie, y listo para su uso, en realidad no puede funcionar porque todavía no tiene todos los permisos pertinentes. Además, hay una gran diferencia entre la tipología de potencia en los puntos de recarga.

Por ejemplo, en los equipos con potencia de baja tensión que llegan hasta los 100 kW, la media total desde que se inicia el proyecto hasta que se tienen todos los permisos y la conexión eléctrica puede llegar hasta los 12 meses. Lo más alarmante es que para las recargas de media tensión, aquellas que superan los 100 kW de potencia, estos trámites pueden llegar hasta los 22 meses desde que se inicia hasta que finalmente se despacha la energía. 

Desde el sector insisten en que la legislación ha ido cambiando en algunos pasos de este camino, pero no es suficiente. Y, sobre todo, lo que más preocupa es que los problemas están identificados y son de sobra conocidos por todos los actores del mercado. Por ejemplo, explican a este medio fuentes conocedoras del proceso, que se podría empezar por aceptar presentar una declaración responsable para todas las licencias que sean necesarias. Eso, detallan, ya ahorraría muchas semanas, o incluso meses de tramitaciones. 

En todo caso, la realidad es compleja. Resulta imposible en estos momentos que el vehículo eléctrico tenga un desarrollo normalizado si la implantación de puntos de recarga no da un gran salto. Empresas como Iberdrola y Endesa tienen esa voluntad; sin embargo, las facilidades por el momento son mínimas.

Raúl Masa

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