La inmobiliaria Promabac entra en concurso de acreedores con una deuda de 9 millones
Varias compañías del sector inmobiliario se han visto obligadas a bajar la persiana y cesar su actividad empresarial en los últimos meses
El mercado inmobiliario está en plena ebullición, con precios altos y ventas récord. La desescalada en los tipos de interés ha marcado el pistoletazo de salida de un nuevo cliclo hipotecario, si bien la gran presión en la oferta y la continuidad de la tendencia alcista en los precios están dificultando el acceso a la vivienda.
A pesar de ello, la mayor parte de los portales inmobiliarios espera dinamismo en la compra de vivienda para la que se espera un ligero aumento en las compraventas, impulsadas por factores como el deseo de emancipación, la mejora de la calidad del hogar o la búsqueda de rendimiento en el mercado.
Con todo, en los últimos meses algunas compañías del sector inmobiliario se han visto obligadas a bajar la persiana y cesar su actividad empresarial. Es el caso de Promabac, una conocida promotora inmobiliaria cuya sede está emplazada en una de las zonas más exclusivas de Barcelona.
Promabac, en concurso de acreedores
La firma inmobiliaria se encuentra en concurso de acreedores después de que así lo haya dictaminado el Juzgado Mercantil número 11 de la capital catalana, que no ha nombrado administrador concursal al no existir ningún tipo de bien, recoge Crónica Global. En los últimos años, la compañía había registrado ‘números rojos’ de 12 millones de euros, mientras que su deuda se había enfilado hasta los 9 millones de euros.
El Juzgado Mercantil número 11 de Barcelona decreta el concurso de acreedores para la firma con sede en la calle Balmes de Barcelona
Promabac, con sede en la calle Balmes de la ciudad condal, arrancó su actividad en la década de los 90. El consejo de administración de la promotora inmobiliaria estaba encabezado por Jaume Colom-Noguera y conformado por Carlos Iribarren y Jaime Simó.
Más empresas al borde de la quiebra
Si se pone el foco sobre el sector ‘proptech’, que se caracteriza por aplicar tecnología a la compraventa de propiedades inmobiliarias, varias compañías también atraviesan un momento delicado. Una clara muestra de ello es Tiko, una agencia inmobiliaria digital que se ha visto abocada a entrar en concurso de acreedores al no poder remontar su situación financiera.
La firma, que era la más grande del sector en España y que prometía a los propietarios la venta de su inmueble en menos de una semana, había comprado recientemente la empresa especializada en servicios inmobiliarios Housell con el objetivo de multiplicar por diez el volumen de sus transacciones inmobiliarias y atraer a más de 700 agentes.
No obstante, poco después de llevar a cabo la compra, la compañía aplicó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) sobre la mayor parte de la plantilla conformada por 50 trabajadores. También optó por disolver sus filiales Tiko Es Asset Management 3 y Tiko Es Asset Management 4 y solicitar el preconcurso de acreedores para intentar mejorar sus finanzas.
La compañía disolvió sus filiales Tiko Es Asset Management 3 y Tiko Es Asset Management 4 y solicitó el preconcurso de acreedores para intentar mejorar sus finanzas
No se debe perder de vista que a medida que han ido pasando los años, la situación económica de la empresa ha empeorado a pasos agigantados, como se desprende del Registro Mercantil. Mientras que en 2021 los números rojos eran de 1,5 millones de euros, en 2022 ascendieron a 1,9 millones de euros y en 2023 superaron los 2 millones de euros.