Los minoristas franceses declaran la guerra a Shein, Temu y Aliexpress y exigen su bloqueo
Hasta 230 empresas y 16 federaciones del sector minorista francés han elevado una queja por escrito al Ejecutivo por la competencia desleal de estas plataformas al comercio local
El comercio minorista francés ha dicho basta. Una coalición formada por más de 230 empresas y 16 federaciones del sector, liderada por el Consejo de Comercio de Francia y la Confederación de Comercio de Francia, han lanzado una ofensiva pública y directa contra los titanes del comercio electrónico asiático: Shein, Temu y AliExpress.
Esta iniciativa, formalizada en una carta abierta dirigida al Ejecutivo francés el 3 de junio, exige medidas urgentes y eficaces para frenar lo que consideran una amenaza estructural al comercio local, a la seguridad de los consumidores y al equilibrio del mercado. El mensaje es claro: estas plataformas deben cumplir las mismas normas que cualquier empresa que opera en suelo europeo.
Los motivos por los que los minoristas franceses se plantan contra el comercio online de China
Un proceso por escrito en el que los minoristas no se han andado con rodeos. En su misiva, acusan a las plataformas chinas de eludir normativas europeas, fomentar el hiperconsumo y contribuir activamente a la contaminación ambiental. Pero quizás el punto más crítico es la acusación de competencia desleal, basada en un supuesto aprovechamiento de vacíos legales que les permite operar con ventajas inaceptables.
Entre las muchas denuncias incluidas en el escrito, los comercios franceses denuncian que estas empresas evaden el IVA, eluden aranceles aduaneros y no respetan los periodos oficiales de rebajas, mientras incumplen sistemáticamente las obligaciones de etiquetado, transparencia y trazabilidad. El resultado es un escenario donde los pequeños comerciantes franceses deben competir con actores que ignoran el marco normativo sin consecuencias visibles.
En la propia carta, los firmantes exigen que el Gobierno active de inmediato los mecanismos legales disponibles, entre ellos el «déréférencement», que permitiría excluir a estas plataformas de los motores de búsqueda o marketplaces, restringiendo así su visibilidad y alcance. Esta herramienta ya fue utilizada en 2021 contra la plataforma Wish, y los comerciantes piden que se aplique con igual firmeza ahora.
“El marco jurídico ya está establecido. Solo hace falta voluntad política para ejecutarlo”, resumen los autores del escrito, que ha hecho especial hincapié en el papel de la política europea en esta problemática. Además, también exigen mayor control sobre la trazabilidad de los productos, la fiscalidad de las importaciones y la seguridad de lo que se vende en el país.
Una denuncia que se basa en las prácticas de estas plataformas… y en los propios productos
Sin embargo, otro de los pilares de esta protesta gira en torno a la seguridad de los productos vendidos. Citan estudios que revelan que entre el 85 % y el 95 % de los artículos analizados de Shein, Temu y AliExpress no cumplen con las normativas de la Unión Europea. Y el problema no es meramente burocrático: hasta el 66 % han sido catalogados como peligrosos para el consumidor.
Todo esto sale a relucir de la mano de un etiquetado incorrecto, sustancias prohibidas en textiles, cargadores sin certificación o juguetes sin controles, que son solo algunos ejemplos con los que se demuestra la falta de control en la distribución de estos productos.. En palabras de los comerciantes, la falta de regulación efectiva no solo erosiona la competencia, sino que expone a millones de ciudadanos a riesgos evitables.
Una protesta con la que el Gobierno francés no ha ignorado el clamor. Desde el gabinete de la ministra de Comercio, Véronique Louwagie, han asegurado que la petición está siendo analizada “con la mayor atención”, en coordinación con las autoridades competentes en protección del consumidor y comercio digital.
Por su parte, Shein ha intentado calmar los ánimos anunciando una inversión de 13 millones de euros en 2025 para reforzar sus controles de calidad y seguridad, incluyendo 2,5 millones específicamente para pruebas de productos. Además, afirma estar colaborando con 15 agencias internacionales de certificación.
Por todo ello, esta carta abierta podría convertirse en un punto de inflexión en la regulación del comercio digital. Y es que lo que está en juego no es solo la viabilidad del comercio minorista francés, sino también la defensa de un modelo económico basado en la legalidad, la transparencia y la seguridad del consumidor.