Nissan Barcelona se encamina al precipicio

El fabricante japonés golpea doblemente su principal planta en España en una semana mientras baraja su cierre para centrarse en el negocio en Gran Bretaña

Interior de la fábrica de Nissan Motor Ibérica en la Zona Franca de Barcelona. /Toni Albir

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La fábrica de Nissan en Barcelona recibe otra estocada apenas una semana después de perder la fabricación de la pick up Mercedes X. En seis días, la principal planta de la compañía japonesa en España vio como a partir de mayo dejará de ensamblar la camioneta para Mercedes y recortará en un 40% su producción de la furgoneta eléctrica eNV200. Dos golpes que la dejan al borde del precipicio, con el cierre de la instalación sobre la mesa y sin un horizonte claro a la hora de captar un nuevo modelo que reactive la atonía actual.

La fábrica que dirige Genís Alonso es víctima de una combinación de factores que escapan de su control, desde los problemas de gobernanza del grupo japonés a las dificultades logísticas de la instalación pasando por el enfrentamiento con Renault dentro de la alianza o el resultado final de un brexit que pone en entredicho todo el negocio continental de la firma nipona. Así, el centro se encuentra ya por debajo del 30% de su capacidad, fijada en 200.000 coches anuales, y se espera que el porcentaje de ocupación caiga al 20% con los recortes de ambos modelos, previstos entre marzo y mayo.

“La fábrica de Zona Franca (Barcelona) ya no es rentable y tendrá un excedente de personal a partir de mayo”, dijo a los sindicatos el presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, la pasada semana. Los ratios de actividad están ya muy por debajo de las 60.000 unidades anuales que el ejecutivo fijó como suelo para la instalación catalana la pasada primavera, cuando llegó a Barcelona para anunciar un expediente de regulación de empleo (ERE) para 600 personas que, cuando se complete, dejará el número de trabajadores en alrededor de 2.400.

José Vicente de los Mozos hace tiempo que dejó de verse como una esperanza en Nissan

Lejos quedaron los días en los que el vicepresidente de la alianza Nissan-Renault, José Vicente de Los Mozos, se veía como esperanza. La careta ya cayó y hoy al todavía presidente de la patronal de fabricantes Anfac se le ve como un miembro más del engranaje corporativo de la dirección. «La última vez que lo vimos fue con el anuncio del ERE». En calidad de asesor, eso sí, para no mancharse las manos.

La plantilla aspira a un nuevo modelo, pero no se vislumbra ninguno en el horizonte. Cuestionado por la asignación de nuevos vehículos a la fábrica, De Ficchy siempre lanzó balones fuera: “Como para cualquier otra planta; estamos discutiendo ubicaciones para los nuevos coches”, dijo en una reciente entrevista. Sin embargo, no se espera que el fabricante japonés tenga nuevos productos que adjudicar hasta, como mínimo 2022. Tampoco está previsto enviar alguno de los coches ensamblados en las instalaciones de Renault.

Además, Nissan Barcelona no está preparada para hacer cualquier tipo de vehículo. Con la capacidad restringida a 200.000 unidades anuales –la nueva planta de pintura la recortará en varias decenas de miles–, la instalación no está diseñada para elaborar turismos de gran tirada. Ya fracasó el Nissan Pulsar, y los sindicatos aspiran a un modelo como la Renault Traffic, que se perdió en 2014. Muchos recuerdan ese momento como el principio del fin de la fábrica.

Antes de verano, De Ficchy prometió que presentaría un plan de futuro para la planta . Y en el horizonte solo parece haber dos alternativas: una adjudicación o el cierre.

Nissan estudia tanto vender su negocio europeo como apostar por la planta de Sunderland

Con el futuro de la alianza con Renault en entredicho tras la detención de Carlos Ghosn, los sindicatos establecen una relación de amor-odio con la marca francesa. Una suerte de ni contigo ni sin ti: Nissan es difícilmente viable en Europa sin la firma gala — que ya les salvó en 1999— , pero las fábricas francesas canibalizan una producción que podría haber supuesto la salvación de la instalación catalana.

«La alianza ha sido nefasta para la red de fábricas europeas de Nissan, pues Renault elabora bastantes productos nuestros pero ninguna de nuestras fábricas ensambla grandes modelos suyos», comparan. Y con un Estado como el francés en el capital de la firma gala, la prioridad es mantener la ocupación en sus centros a pesar de tener una peor productividad que sus homólogas españolas.

Romper la alianza no sería necesariamente una buena noticia para la planta catalana. Barcelona podría aspirar a cazar modelos que se hacen en las distintas instalaciones de Renault, pero con solo dos grandes fábricas en el continente — BCN y Sunderland—  podría suponer el repliegue definitivo de Nissan en el territorio. De hecho, Bloomberg ya informó en octubre que el fabricante sondeaba deshacerse de sus centros productivos en Europa ante la crisis que la azota en el territorio, donde la caída de ventas en 2019 rondó el 20%.

Sin embargo, la decisión no está clara ni en las oficinas de Nissan en Tokio. Esta misma semana, el Financial Times desvelaba otro de los planes que estudia el fabricante: aprovechar los aranceles que el brexit supondría para la importación de coches hechos en la Unión Europea para centrarse en el mercado británico gracias a un posible tratado de comercio entre el Reino Unido y Japón. La apuesta por el archipiélago vendría de la mano de una retirada en la capital catalana.

Nissan: adiós a la Mercedes X y menos furgonetas eNV200

Este lunes, la dirección comunicó a la plantilla que a partir de Semana Santa la producción de la furgoneta eléctrica eNV200 se recortará en un 40% desde las 102 unidades hasta los 60 vehículos diarios. Fuentes internas explican a Economía Digital que el ajuste se produce por un exceso de stock acumulado en los últimos meses, en los que se han producido varios incrementos de producción. La rebaja implicará el cierre de varios turnos de producción, aunque las mismas voces aseguran que la dirección “mantendrá el número de persona” y no se acometerán despidos ni salidas.

Sin embargo, Nissan sí mandará a casa durante siete días a la parte de la plantilla que trabaja en el montaje de las pick up para Mercedes, Renault y de marca propia. No serán necesarias medidas traumáticas, pues utilizará las posibilidades de flexibilidad reguladas en el convenio colectivo.

«Están dejando morir la instalación lentamente», lamentaban los sindicatos en una rueda de prensa convocada la semana pasada para protestar por las bajas producciones. Antes de recibir la nueva estocada, la plantilla ya temía por el futuro de la eNV200. El año pasado Barcelona ya perdió la NV200 de combustión, que se fabrica ahora en la planta francesa de Maubeuge utilizando la misma plataforma que la Renault Kangoo. Ahora Renault trabaja para lanzar al mercado una versión eléctrica del modelo, por lo que se especula que también emigre hacia el otro lado de los Pirineos.

El recorte de la elaboración de furgonetas llega solo una semana después de que De Ficchy comunicara que en mayo la planta dirá adiós a uno de los modelos que más volumen representaba en su operativa diaria: la pick up Mercedes X que ensamblaba para la compañía alemana. Ambos ajustes dejan en una quimera igualar las 60.000 unidades que la cúpula europea del fabricante japonés fijó como suelo para la instalación catalana.

 

Carles Huguet

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