La guerra sindical en Ryanair acaba con 6 días de huelga en España

USO Sector aéreo y Sitcpla cargan contra el acuerdo que firmó CCOO con Ryanair hace dos semanas y convocan seis días de huelga

Un avión de Ryanair. / EFE

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Ryanair vuelve a las huelgas este verano. Esta vez, por la guerra sindical desatada entre USO Sector aéreo y Sitcpla, contra CCOO. Los dos primeros han convocado seis jornadas de huelga para los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) de Ryanair en España. En concreto, para los días 24, 25, 26 y 30 de junio y 1 y 2 de julio. La duración será de 24 horas y afectará a todas las bases de la aerolínea en nuestro país.

¿El motivo? El convenio colectivo. Hace solo dos semanas, Ryanair y CCOO convocaron una rueda de prensa para anunciar que los tripulantes de cabina en España (casi 2.000 personas) contarían con su primer convenio colectivo y se les aplicará la legislación española, no la irlandesa. Por tanto, dejarían de estar contratados por agencias de colocación y firmarían sus contratos directamente con la aerolínea.

A priori, estos cambios iban a ser inminentes, o al menos así lo anunció Jon Herrera, secretario general del sector aéreo y servicios turísticos de CCOO y el director de personal de Ryanair, Darrell Hughes. Sin embargo, USO y Sitcpla denuncian que dichos cambios solo aplican a quienes estén afiliados a ese sindicato, no a toda la plantilla, y su representación en residual.

Lo que supone que, quienes quieran beneficiarse de estas nuevas condiciones deben afiliarse a CCOO, algo que critican con dureza desde el resto de sindicatos, que además recuerdan que llevan años de negociación con Ryanair y estaban cerca de alcanzar un acuerdo cuando irrumpió CCOO y echó por tierra un acuerdo que ya parecía inminente.

Así lo explica el representante de Sitcpla en Ryanair, Manuel Lodeiro, a Economía Digital. «La empresa nos había convocado el 9 de junio para volver a negociar cuando, el 31 de mayo, nos enteramos púbicamente de que habían alcanzado un acuerdo con CCOO, un sindicato que nunca se había sentado antes en una mesa a negociar», indica.

En su opinión, Ryanair está utilizando una estrategia de «amarillismo sindical» en toda Europa y por eso, en todos los países donde se le imponen querellas y se le obliga a cumplir con la legislación, «busca alternativas». Esto ha ocurrido en Portugal y ahora en España, asegura.

«Ryanair ha aprovechado los elementos de negociación que están a punto de ser adjudicados por sentencia judicial, para buscarse un aliado que esté dispuesto a hacer la vista gorda con los incumplimientos en materia laboral. Es algo inaudito», comenta.

El de Sitcpla asegura que las medidas anunciadas hace dos semanas «no rellenan ni dos caras de un folio». A su juicio, están incompletas, no se ha aplicado a nadie y se dejaron en el aire una serie de cuestiones claves como, la regulación del escalafón, las vacaciones (ellos piden 22 días) o las dos pagas extra, además de los festivos nacionales y que se abonen las imaginarias.

Lodeiro cree que el acuerdo firmado con CCOO solo cumple con el mínimo legal e imprescindible pero no hay descrito un mecanismo de cómo debe aplicar en cada caso. Una situación que «nos ha empujado a estas movilizaciones» que entiende, no hubieran sido necesarias si Ryanair retomara las negociaciones con ellos, tal y como llevan haciendo desde hace casi cinco años.

«Existen pocas esperanzas de que Ryanair frene la huelga»

«Teníamos la firme proposición de negociar, pero no nos dejan más opción. Seguimos los pasos de lo que ha ocurrido en Italia y Francia, donde hay movilizaciones actualmente». En este contexto, exigen que Ryanar se vuelva a sentar a negociar con los sindicatos elegidos por los trabajadores, «y dejen de mentir a los trabajadores y la opinión pública».

Asimismo, destacan que se han intentado poner en contacto con Ryanair pero «les han bloqueado la comunicación» y recuerdan que antes de la primera huelga, prevista para el día 24, existe una oportunidad de mediación con SIMA o la Dirección General de Trabajo, pero tienen «pocas esperanzas» porque la aerolínea ya está acostumbrada a vivir entre huelgas, concluye.

Cristina Hidalgo

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