Seat sacrifica ventas del León y el Ibiza para impulsar Cupra

La crisis de los chips ha llevado a la automovilística catalana a beneficiar la producción de la marca deportiva, en detenimiento de la firma tradicional, dado que es más rentable

El presidente de SEAT y CUPRA, Wayne Griffiths. EFE/ Sergio Perez

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Desde que se presentó la nueva firma deportiva, la apuesta de Seat por Cupra siempre ha sido firme y rotunda. Sin embargo, la crisis por la escasez de semiconductores no ha hecho más que acelerar la expansión de la joven marca. De hecho, Seat ha sacrificado ventas y producción de sus modeles insignia como el León y el Ibiza para poder impulsar las del Cupra Formentor, mucho más beneficiosas económicamente para la empresa en tiempos convulsos.

Fuentes cercanas a la fábrica de Martorell asegura que, cuando la tecnología así lo permite y la planta va escasa de materiales, Seat traspasa componentes de los modelos tradicionales de la marca homónima al Formentor, el nuevo modelo estrella de la compañía que disparó sus ventas en 2022 con fuertes márgenes operativos.

Estos cambios en la producción se han visto reflejados en las cifras finales de entregas de coches. En 2022, se vendieron 71.000 Seat Ibiza, un 46% menos, y 51.300 unidades del León, un 47% menos. El Formentor, por su parte, se convirtió en la gallina de los huevos de oro de la empresa, vendiendo 97.600 unidades en todo el mundo, un 63% más. En el cómputo global, Seat matriculó en 2022 un 40% menos que el año anterior, mientras que Cupra catapultó sus ventas un 93%.

La demanda se mantiene

Estas fuentes aseguran que la demanda de modelos como el Ibiza o el León se mantiene, pero se han alargado los plazos de entrega por la baja producción y su consiguiente oferta limitada o bien ha desplazado las ventas a otros fabricantes. Por lo general, el target de clientes de Seat y de Cupra no suele ser el mismo por la diferencia de precios entre modelos. De hecho, el cliente de la enseña deportiva sería más equiparable a otras marcas del grupo Volkswagen como Audi.

La firme apuesta por Cupra ha permitido, sin embargo, que Seat se acerque a los números negros pese a vender menos coches dado que son modelos mucho más rentables. A nivel empresarial, es más beneficioso vender menos unidades en el cómputo global, si así se pueden incrementar la producción y las ventas de los modelos con mayores márgenes.

De hecho, si no fuera por los gastos extraordinarios asociados al plan de salidas voluntarias acordadas con los sindicatos en el último año, la automovilista española hubiera obtenido beneficios a lo largo de 2022. A falta de las cifras oficiales a cierre del año, que no se harán públicas hasta finales de marzo, y sin tener en cuenta estos gastos; Seat obtuvo beneficios operativos por más de 234 millones de euros hasta setiembre, tras registrar pérdidas en el mismo periodo del año anterior.

Una vez se normalice la crisis de los chips, la cuota de producción de los modelos de la marca Seat y los Cupra en el centro barcelonés va a volver a la normalidad. Hasta el año pasado, se solía equilibrar en un 50/50 de fabricación para cada marca, con la balanza un tanto inclinada hacia Seat.

En total, la producción global de la compañía, incluyendo el Audi A1, se mantuvo en niveles similares a los de 2021, con 478.954 coches fabricados, lo que supone un descenso del 1,1% respecto al año anterior (484.046). La producción en la fábrica de Martorell disminuyó un 4,8% hasta 366.764 vehículos debido a la escasez de componentes.

Por ahora, parece que el cambio de año está sentado bien a a la automovilística catalana. Hasta la fecha, la empresa no ha tenido que tirar del ERTE y ha podido operar todos los días laborables a tres turnos y medio. De hecho, hasta cabe la posibilidad de recuperar totalmente el tercer turno, según fuentes de la fábrica.

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